"𝐍𝐎 𝐍𝐄𝐂𝐄𝐒𝐈𝐓𝐎 𝐔𝐍 𝐐𝐔𝐈𝐑𝐊. 𝐒𝐎𝐘 𝐔𝐍 𝐆𝐄𝐍𝐈𝐎"
𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐂𝐔𝐀𝐋 una joven adolescente demasiado sarcástica y estrafalaria quiere ser una heroína como ninguna otra. Ser estrafalaria no era un obstáculo, ya que era una genio certifi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NADIE SABE DE VERDAD lo que pasaba dentro de la brillante mente de Y/n con ella misma como excepción. Era la encarnación humana de un enigma. Era abierta y misteriosa al mismo tiempo, lo que hizo que algunas personas la miraran con escepticismo.
Tras el torneo de Estados Unidos, su fama y las ventas de su empresa se dispararon. Se hizo viral en todo el mundo en las redes sociales y fue recibida con elogios y odio amargo. Aunque Y / N no podía importarle menos, ella tenía mucho en mente. Actualmente era su primer día de descanso y uno pensaría que ella estaba celebrando su victoria, pero en realidad era todo lo contrario.
Todoroki, por otro lado, también se enfrentaba a su propio dilema. Tenía la cabeza en blanco y el cuerpo frío a pesar del calor sofocante, debido al nerviosismo que le producía cada paso que daba.
Se detuvo y miró fijamente la puerta que le había señalado la recepcionista, donde residía su madre. Podía oír cómo su propio corazón latía rápidamente dentro de su pecho, permaneció inmóvil y se vio frenado por la indecisión.
De repente, una voz familiar devolvió sus pensamientos a la realidad, sacándole de su ensoñación. Su mirada vagó por los blancos pasillos del hospital hasta que sus ojos se posaron en una figura que conocía bien.
Y/n tenía una expresión que nunca había visto antes. Una expresión que expresaba seriedad. Sus cejas se juntaban en el puente de la nariz y sus labios se entreabrían mientras murmuraba palabras incoherentes en voz baja. Todoroki arqueó una ceja.
Había visto a Y/n luchar contra villanos, lidiar con Bakugo, dibujar formas abstractas -que él suponía un invento- llenas de complejidad e incluso recibir una reprimenda de Aizawa, pero ni una sola vez la había visto tan mortalmente seria.
Excepto ahora. Aqui estaba, de pie, en un pasillo blanco y en blanco; su habitual cara sonriente habia sido sustituida por una mirada sedada mientras miraba glacialmente una maquina expendedora.
Era un paisaje que uno menos esperaría, especialmente de una persona como Y/n. Una joven genio multimillonaria con una prenda de vestir de mal gusto, forcejeando con una máquina expendedora en un hospital escupiendo maldiciones como si cantara un ritual mientras ahora empezaba a golpear con la palma de la mano el marco de cristal.