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Sunoo seguía sin procesar lo ocurrido, sentía que sus pies no tocaban tierra y su corazón se había quedado en el aire con esas palabras de su madre merodeando en su mente.

"Heeseung se ha suicidado, Sunoo".

Sunoo no se lo podía creer, le estaban jugando una mala broma o quizás esto era una simple y horripilante pesadilla, pero cuando sintió sus mejillas húmedas y calientes, mientras su madre lo miraba con una expresión de lástima, supo que era verdad. Es por eso que ahora había arrojado espuma sobre el suelo de la impresión, sintiendo ese amargo sentimiento y mal sabor de boca salir desde lo más profundo de su estómago.

Heeseung...

Heeseung...

Heeseung...

―Cariño, lo lamento tanto... ―dijo de forma suave su mamá, pero Sunoo ya no la estaba escuchando. Estaba paralizado y con su mente en esa única frase pronunciada por ella, jamás borraría ese recuerdo de su mente.

Un enorme agujero se había creado en su pecho y sintió que no podría detener todo el daño que de por sí ya estaba avanzando por todo su ser. Eso era todo, porque ahora Heeseung estaba muerto.

― ¿Qué fue lo que pasó, mamá? ―preguntó Sunoo, con sus ojitos rasgados colapsando de lágrimas, ese agujero en su corazón le dolía tanto que comenzaba a arder. ―Él no pudo suicidarse, no es verdad. Heeseung no haría algo así.

―Supongo que todos ocultamos muchos secretos, amor.

Su madre lo abrazó, pero Sunoo seguía sintiendo lo mismo, sin llegar a valorar ese abrazo reconfortante. Ahora la culpa era más grande, se sentía como un pésimo amigo. ¿Por qué Heeseung no le había comentado acerca de sus deseos de acabar con su propia vida? ¿Qué tan solo se sentía incluso con la presencia del rubio en su vida? Sunoo se sentía cómo un ser tan insignificante e inútil, pensando irracionalmente que pudo haberlo salvado de este trágico desenlace en la vida de Heeseung; sin embargo, había algo dentro de él que le insistía en que Heeseung no sería el autor de esta tragedia. Sunoo pensaba que necesitaba culpar a alguien más que a sí mismo, pero incluso así, el dolor era tan grande que temió no volver a recuperarse.

Heeseung había sido en su momento una pieza clave en la recuperación que tuvo, al pasar por ese proceso difícil de su alimentación que lo empujó hacia el precipicio sin fondo de la baja autoestima y depresión. Ahora que Sunoo había sanado y limpiado esas heridas infectadas en sí mismo, se lamentaba por el hecho de que quizás no fue el mejor apoyo para su mejor amigo y que eso en parte pudo haber acelerado su tristeza, cometiendo este acto más por impulso que por algo más. 

Al paso de algunos días, Sunoo ni siquiera notó que le estaba dando demasiadas vueltas al asunto, tanto que además de faltar a clases, se ausentaba en todo tipo de actividad fuera de sus estudios y eso estaba alarmando a la señora Kim, tanto que tuvo que dejar por unos días su trabajo y encargarse al cien de su único y pequeño hijo, que a las justas tocaba su plato de comida y tan solo dormía por horas, evitando cualquier tipo de contacto externo, incluso el maternal. A pesar de eso, no se negó a despedirse de Heeseung correctamente y es por eso que asistió al entierro y al velorio, los cuales de forma sorprendente tuvo a muchos más participantes que Sunoo no recordaba que fueran tan cercanos a su mejor amigo.

Dentro de ese entorno, se encontró con alguien que se esperaba, pero que no tenía ni la más falsa modestia y vergüenza para disimular frente a todos y llorar desconsolada, era nada menos que la madre de Sunghoon.

―Era tan joven... ―expresó con pena, mientras se escondía detrás de su pañuelo y también detrás de su propio hijo, quien lucía una expresión neutral y cansada de las escenas de su madre.

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⏰ Última actualización: Aug 08 ⏰

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𝐃𝐄𝐀𝐃 𝐓𝐎 𝐌𝐄 | sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora