•°• 8. LUZ

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Capítulo dedicado a:
Cameron Boyce, que siempre estará presente en nuestros corazones, como cada personaje a quien le dio vida y como la gran persona que fue y sigue siendo, en donde quiera que este.
Vuela alto Cameron.
🕊

•°• Evie

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•°•
Evie

La semana estuvo bastante pesada, en especial para mí, aunque no digo que para los demás fue fácil, para mi, en lo personal, fue aún más compleja, porque tuve que buscar la forma de repartir mi tiempo, entre entregar vestidos para el baile de conmemoración, hacer exámenes e investigar un poco más sobre lo que ha pasado en Auradon, antes de que Bella y Bestia reinaran.

—Vamos Evie, solo faltan unos cuantos trajes y estamos listos. —como siempre, Doug, es quien me ayuda con todo esto, sin él, creo que ya me habría vuelto loca.

—Chad, Gil… —repase la lista de entregados. —solo serían, Harry, Tú y yo.

—Entonces, solo debemos entregar uno más. —Doug, me dio una sonrisa, esa que siempre me daba cuando por fin, habíamos terminado el trabajo.

—Será mejor que vayas a cambiarte. Me encargaré de buscar a Harry. —tome el traje, que estaba guardado de manera muy delicada para que no se estropeara.

Salí por el pasillo, que, para ese momento, estaba completamente vacío, porque todo el mundo debía estar ya, alistando todo para el baile, que era dentro de pocas horas.

No me apure demasiado, al final todo ya estaba listo para mi, solo debía cambiarme y ponerme algunos accesorios que ya había previsto desde antes, porque sabía que si no tendría mucho tiempo, era mejor adelantar lo mío y vaya que funciona.

Camine hasta el edificio nuevo, recordando que la habitación de Harry, es una de las que quedan al final del pasillo, con las ventanas que están justo al lado del sendero por donde me escondí aquella vez que me fugue hacia la otra isla.

—¡Evie! —el solo escuchar el grito con mi nombre, me alteró de una forma horrible, haciendo que soltara el traje en cuanto me di cuenta de que mis manos brillaban con intensidad.

—¿Q-quien anda ahí? —pregunte un poco más temerosa por mis manos, que por quien había gritado.

—Soy yo querida. —un ser, de apariencia extraña se visualizó frente a mi.

Di un par de pasos hacia atrás y estire mis manos como método de defensa, ante esa persona o criatura, de apariencia muy inusual, pues su piel, era brillante pero de un color musgoso, sus ojos eran como los de un reptil y sus garras, bueno, con solo decir que tenía garras, es más que suficiente para asustarse.

—¿Quién eres? —apunte mis manos en su dirección, lo que sea que soltara de ellas, iría directo a él.

—Que descortés, no me he presentado ante su Alteza. —soltó una risa, la risa más extraña que escuche jamás. —Yo soy Rumpelstiltskin, a sus órdenes Majestad.

—¿Cómo dices? —su nombre era aún más extraño que su apariencia.

—Se que suena difícil Alteza, pero… puede decirme Rumpel, no hay ningún problema. Ahora, si bajamos armas, será más fácil hablar. ¿No lo cree Majestad?

Mire mis manos, el brillo en ellas, se estaba apagando de a poco, así que las baje lento, hasta que de nuevo, volvieron a su normalidad.

—Si buscas a Mal, no está por aquí, debe estar en el castillo. —me adelante a decir, porque por su habla, había estado refiriéndose a mi, como si fuera algún tipo de reina o princesa.

—No busco a Mal, Alteza. A quien realmente busco, es a usted. —me señalo con una de sus garras y volvió a reír.

Se acercó a mi tan rápido, que no tuve tiempo ni siquiera de retroceder, porque él, ya estaba frente a mi.

—¿Qué es lo que buscas? —fue lo primero que se me ocurrió preguntar.

—Primero lo primero princesa. —hizo una reverencia frente a mi y me extendió su mano.

Dudé en tomarla, porque bien podría hacerme algo malo, pero al final, me arriesgue y la tome, después de todo, jamás sabría que quiere si no cooperaba.

—Ya veo. —susurro sonriendo al vacío. —su Alteza aún no lo sabe, eso me explica muchas cosas.

—¿Saber que?

—La verdad por supuesto. —soltó mi mano.

—¿Qué verdad?

No me respondió, y yo tampoco sabía que era lo que estaba diciendo, me volvería loca pronto si esto seguía así, todo el mundo quería que me enterara de una verdad, una que no voy a tener hasta que encuentre algo relevante.

—Oh, querida, que extraño que aún no lo sepas, considerando que Ben Florián Y Mal Igna de la isla, ya lo saben. —me miro por un momento en silencio.

—¿Cómo que ya lo saben? —hable lento, me costaba un poco entender todo esto.

—Si princesa, ellos saben un poco más de la historia que su majestad tiene incompleta. Pero, es mejor que no pregunte Alteza, pues puede que ellos mismos se lo digan, de otra forma, tendrá que ser usted misma, quien la descubra. —dio un giro, por alguna razón, esto parecía divertirle.

—¿Y no puedes decirme esa verdad? —pregunte levantando del suelo el traje que había tirado antes.

—Oh, no princesa, lamento decirle que no, porque yo, estoy muerto. —movió sus manos frente a su cara como si fueran cascabeles.

—¿Qué? —ahora si, estaba yo volviéndome loca.

—Eso mismo Alteza, yo ahora mismo, no existo, pero, su madre es muy importante y tenemos un fuerte lazo, así que, por ende, yo debo ayudarla su majestad y protegerla cuando sea necesario. Así que, si me necesita en un momento crítico, solo debe decir mi nombre tres veces y huala, aquí su servidor. —hizo otra reverencia y me sonrió.

—Creo, que ya… me volví loca. —mire a mi alrededor, no podía creer que, con todo el escándalo, nadie haya aparecido.

—No se preocupe princesa, cuando todo se aclare, usted sabrá bien la verdad, tenga paciencia Alteza. —y sin más, desapareció frente a mis ojos, como Emma y Regina habían hecho antes.

Me quedé unos segundos quieta, el había dicho que Mal, ya sabía la verdad o al menos parte de ella, así que debía esperar a que por sí cuenta me dijera, bueno, me dijeran porque Ben lo sabe también y ambos son mis amigos, así que supongo que cuando estén listos me lo dirán.

Respire hondo, por ahora debía olvidarme de eso y seguir con lo que estaba haciendo, que era concentrarme en el baile de la noche. Así que seguí el camino hasta la puerta de Harry, donde di tres golpes.

—¿Quién es? —la voz de Uma, fue quien me recibió, no me pareció extraño, después de todo ambos son amigos, así como nosotros aquí.

—Hola, es Evie, vine a traer el… —no termine de hablar cuando Uma, ya había abierto la puerta.

—Hola Evie. Justo hablábamos de ti. —ella me sonrió y yo devolví la sonrisa.

—Bueno, vine a entregar este, es de Harry, así que… ¿podrías dárselo? —extendí el traje, ella miro hacia atrás un momento.

—Linda, yo tengo que ir a prepararme para el baile, lo siento. —se encogió de hombros y salió dándome paso. —pero ahí te lo dijo, los veo en el baile.

Asentí lentamente y miré luego en frente, Harry parecía estar limpiando su garfio, yo entre en silencio.

—Lo dejaré aquí, sobre la cama. —eso hice y él se giro a verme con una sonrisa.

—Gracias, no tenias porque hacerlo. —dejó su garfio en un cajón.

—Siempre lo hago, así que es algo normal para mi.

—No te vayas a reír, pero, jamás en mi vida eh usado uno de esos. —señalo el traje sobre la cama.

—No me reiría, es algo que a muchos les pasa ahora.

—Cierto. Necesito saber, ¿Cómo se pone?

Eso si me hizo reír un poco, porque era cómico ver a Harry, un chico rudo de la isla, que siempre intimidó a quien quiso, pedirme que le diga como se pone un traje elegante para ir a un baile.

Le explique lo más fácil, cuando supuse que había entendido, deje que se lo pudiera esperando a verlo, así podría ayudarle si algo no había quedado bien.

No demoró mucho en salir y cuando lo hice, asentí sonriendo, la mayoría lo había hecho bien, así que no tenía mucho para arreglar.

—Se te ve bien. —comente levantándome de la cama.

—¿En serio? —se paró frente al espejo. —vaya, mira eso, ¿habrá algo que no me quedé bien? —empezó a hacer algunas poses haciendo que yo me riera de nuevo.

—Bueno, considerando que tienes la corbata muy mal y el cuello de la camisa, aun más mal… entonces si, eso te queda mal.

Él me miro con cierta expresión de ofendido, yo solo me acerque y acomode el cuello de su camisa, para luego armar bien la corbata, aunque sin ella, parecía verse mejor.

—Evie. —susurró.

—¿Sí? —hable, concentrada en decidir si debía quitar o no la corbata.

Hubo un pequeño silencio, hasta que hable yo:

—Creo que, para la próxima, un moño negro quedará perfecto, por ahora, las corbatas no son lo tuyo y al parecer lo de ninguno aquí. —negué y con cuidado quite la corbata pasándola por su cabeza. —mejor así.

Volví a acomodar mejor el cuello, para que tampoco se sintiera ahogado, cuando termine fue que no te su mirada en mi, todo el tiempo había estado tan inmóvil, y en parte callado, que no se me hacia tan raro.

Sus ojos quedaron justo en los míos, note un pequeño brillo en ellos, uno como el de Ben al mirar a Mal, o como el de Carlos cuando está con Jane. Sus pupilas se dilataron y en sus labios había una diminuta sonrisa, como la de un niño inocente.

Era más alto que yo, por lo que, para poder mirarme del todo, debía encorvarse un poco y lo estaba haciendo, casa vez más, provocando una cercanía indiscutible, yo fui ahora quien se quedó inmóvil, con las manos sobre sus hombros, al haber finalizado aquel pequeño detalle de su traje.

Pronto sentí su nariz rozando la mía y mis sentidos se aceleraron, tuve que separar un poco mis labios para respirar, porque mi corazón y mis pulmones estaban acelerados amenazando con salirse de mi pecho.

Por inercia cerré los ojos, sintiendo como él también estaba teniendo esa misma dificultad para respirar, elevé solo un poco mi mentón, y sentí un roce tan ligero como el de su nariz, pero esta vez, sobre mis labios.

—¡Evie, Doug dice que…¡! Wow! —el grito de Carlos, nos alejo de golpe y tan rápido que si no mantenía el equilibrio, me caía al suelo, como antes con ese extraño personaje.

Sentí las mejillas arder de inmediato, ni yo me podía creer lo que había pasado, mire a Carlos, con los ojos abiertos de la sorpresa y la vergüenza, el también estaba un poco avergonzado.

—Estaba abierto y… —Carlos, trato de explicarse, pero Harry lo interrumpió.

—Si, no pasa nada. —ni siquiera podía mirarlo y solo estaba ahí, dando la espalda.

—Amm, Evie, Doug, él… dice que aún debes arreglarme, y que ya término de hacer el resto de las cuentas. Así que… —se aclaró la garganta.

—Si, ya voy. —me recompuse lo mejor que pude y caminé a la puerta donde estaba Carlos. —nos, nos vemos en la fiesta. —hable para Harry esta vez.
—Si. —asintió aún sin mirar.

Yo cerré y solté aire, me iba a morir si seguía teniendo esas sorpresas seguido.

Carlos no dijo nada, pero si me miro con esa sonrisa de niño travieso y esas tiernas pecas, que le daban un aire de aún más inocencia.

—¿Con Harry en serio? —pregunto cuando estábamos un poco más lejos.

—¡No! —volví a sentir esa misma vergüenza. —no sé cómo llegamos a eso, solo paso.

—Ajá. —soltó una risita. —Evie, reconozco esa mirada cuando la veo y Harry, wow, jamás vi que mirara así a nadie, ni siquiera a Uma o a Mal, en casos más extraños.

Le di solo una simple mirada, agradecía que haya sido él quien lo vio, porque de otra forma, me estaría enterrando de vergüenza.

—Pero Evie. —freno un momento y me miro, así que hice igual. —Doug también lo hace. Desde hace mucho y lo sabes.

—Lo sé. —asentí, solo que, a él, si le da aún más timidez acercarse.

—Es nuestro amigo también… debes decirle la verdad. —tomó mi mano y apretó los labios.

—Sabes que no me gusta lastimar a las personas. —suspire. —se lo diré cuando descubra que pasa conmigo, lo prometo.

Me sonrió y asintió, así que seguimos caminando hasta llegar a mi casa, donde rápidamente entre y empecé a prepararme para la noche, los accesorios estaban más que listos, gracias a Dizzy, que se encargó de dejármelos al alcance.

Cuando fue hora de irse, estuve lista y salí con los chicos para el baile.

—¡Doug! —Jay, grito en cuanto estuvo en la puerta, pues Doug, aun no salía.

Me regresé para ver qué pasaba y lo encontré buscando su moño, que ya tenía puesto, eso era un tanto normal en él, era olvidadizo a veces.

—¿Buscas algo? —pregunte y el me miro sonriendo.

—Si, pero en cuanto lo tenga salgo. —volvió a buscar.

—Adivinare, un moño negro que ya tienes puesto y amarrado.

Él enseguida se miro al espejo y ambos reímos, como lo supuse, era eso mismo.

—Vamos, que se hace tarde. —moví un poco la cabeza en dirección a la salida.
Enseguida nos apuramos y llegamos al auto para ir al baile.

La música se escuchaba fuerte y muchos ya habían llegado, por suerte, nosotros no éramos los últimos, así que no estábamos tarde. Carlos, se fue con Jane al puesto de bebidas y Jay estaba con Lonnie y la mayoría del equipo de esgrima.

Yo por mi lado, camine a esperar a Mal y Ben, por lo que no tenía mucho afán de nada.

—¡Evie! —Audrey, como la mayoría de las veces, me encontró y tomó mi brazo emocionada. —cada vez tus vestidos son más hermosos.

—Gracias. —le di una sonrisa.

—¿Dónde están los demás? —miro a mi alrededor, notando que no había nadie. —¿y Doug?

—Ah, se ofreció a reemplazar a Jane en las bebidas, así que esta con el hada madrina, ya sabes, siempre está disponible para todo. —arrugue levemente la nariz.

—Es cierto. —me dio la razón y me llevo a la pista de baile, donde estaban la mayoría. —Ben y Mal, van a tardar un poco más, así que solo están sus padres por ahora… menos Maléfica. Ya sabes. Así que debes divertirte mientras tanto. —tomó mis manos y bailó conmigo.

Se veía feliz, eso era lindo, Audrey también merecía su final feliz, como todos, así que me alegraba bastante por ella.

—¿Sabes Evie? —llamó mi atención. —antes, cuando creí que ustedes arruinarían Auradon, te dije que el título de princesa no iba a para ti.

—Lo recuerdo bien. —nos reímos levemente.

—Pero ahora se, que si tu fueras reina de algún lado, serias la mejor. —y ahí estaba otra persona más, diciéndome lo que últimamente escuchaba mucho. —para mi, eres más que una princesa Evie.

—Vaya… ¿la princesa Audrey, aceptando a la hija de una villana? —me burle un poco y ella río.

—Todos merecen una segunda oportunidad. —me guiño el ojo.

Seguimos bailando hasta que Bella anuncio la llegada del rey y la reina. Sonaron trompetas, la música se silencio así como todos los presentes y pronto ambos reyes, se dejaron ver con sus coronas.

Aplaudimos todos eufóricos por su llegada, Ben saludaba con alegría y a su vez Mal le seguía, se pagaron frente a todos para dar su discurso.

—El día de hoy, no sólo conmemoramos que hay una nueva generación de reinado en Auradon, si no también, conmemoramos que ahora los tiempos son diferentes y trabajamos juntos todos para este gran cambio. —aplaudimos una vez más.

Ben iba a seguir hablando, pero una niebla mirada empezó a invadir el lugar, empezaron a quedar quietos y algunos a asustarse, Audrey apretó mi mano con algo de fuerza.

Mire alrededor buscando a los demás, Dizzy, al verme antes que a su abuela, corrió a mi y me abrazo fuerte, yo no la solté, ni a ella, ni a Audrey, camine entre la niebla antes de que se volviera más densa y al encontrar a Jay y Carlos, las deje allí.

—Voy con Mal. —avise, tenía que asegurarme que ellos también estuvieran bien.

Subí rápido por las escaleras y por suerte encontré a Mal, quien se tomó de mi brazo, haciéndome retroceder mientras la niebla se hacía cada vez más densa que antes, hasta el punto de no dejarnos ver nada.

El silencio se apoderó de todo el lugar, no sabíamos que estaba pasando, bien podría ser broma de alguien o bien podría ser algo más.

Los minutos pasaron y no pasaba nada más que niebla, poco a poco, se desvaneció, hasta que, al quedar poca, alguien o algo la absorbió de golpe.

Miramos a los lados, buscando que pasaba, nadie veía nada raro, empezaron a calmarse todos y a revisar si estaban bien, si quizá había algún tipo de anomalías o algo similar, pero no.

—¡Ya pasó todo, no entren en pánico! —Bestia, se veía un poco más asustado que los demás y empezaba a recorrer el lugar, mirando si todo estaba en orden.

—Pero miren esto. —alguien entre el público hablo y de nuevo, todo el mundo hizo silencio. —pensé que sería invitada a la fiesta, pero veo que no.

—Regina… —susurre al verla y aunque trate de ir con ella, Mal, no me dejó.

Regina entonces, miro a todos lados, no tenía nada raro, su ropa de hecho era de lo más normal, no había nada que dijera peligro en ella.

—Pensé que nunca nos volveríamos a ver, Adam… —miro al padre de Ben, que, a este punto, se veía molesto. —o, mejor dicho, Bestia. —recalcó la última palabra con algo de odio.

—¿Qué haces aquí Regina? —pregunto él.

—¿No lo sabes? ¿Tan rápido se te ha borrado la memoria? —soltó una risa negando. —¡vine a decirle la verdad a todos aquí!

Regina, paso la mirada por todo el lugar, y cuando me encontró, se quedó unos segundos mirándome, haciendo que algunos también lo hicieran.

—¡Lárgate del Reino de mi hijo! —grito bestia tan brutalmente, que nos hizo a todos dar un salto hacia atrás de la impresión, nadie nunca lo había escuchado de esa forma.

—¡No es el Reino de tu mocoso! —grito de regreso Regina. —¡este es mi Reino y vine a que me regresará el todo lo que me has quitado!

Todos, quedamos en silencio de la impresión, pero yo, uní lo poco que tenía de información y logré descubrir aún más de aquella verdad, al menos eso creía.

Porque entonces, si el libro era cierto, Regina es la reina legitima de todo, a quien le arrebataron todo, incluso a su hija y el padre de Ben, es esa bestia de la que el libro habla, esa misma, que dejó a la reina sin nada más que desgracias.

—¡Yo, vine por lo que me pertenece por derecho! ¡Vine por mi Reino y…! —Regina, se entrecorto, la voz de repente no le salió y en cambio, sus ojos soltaron lágrimas instantáneas que se mezclaron con su expresión de rabia. —y vine para que me regreses a mi hija.

De nuevo, quedamos llenos de impresión, era cierto, ella era la reina legitima, ella era la reina que perdió a su bebé y todo por culpa del padre de Ben.

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Vale, hay cositas que aún muchos se preguntan, porque quizá no he sido muy clara, pero aquí les diré sobre esas cositas

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Vale, hay cositas que aún muchos se preguntan, porque quizá no he sido muy clara, pero aquí les diré sobre esas cositas.

1. La bella, es de ambas historias, porque no se si recuerdan, que al inicio, se mencionó, que luego de la muerte de Rumpel, ella se casó una vez más, pero esta vez con Adam, la bestia, que es de descendientes, lo que quiere decir, que es ambas bellas.

2. Si, Rumpel aquí está muerto, por fines de la trama, porque no podemos tener dos de cada cosa, así no tendría gracia la historia, aun así, estará como un ente, así como ya vieron aquí.

3. Si tienen más preguntas, o cositas que no tengan claras, pueden decirme sin lios. Besos.

<3

Mirror, mirror: El otro lado de la isla || © Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang