~Déjame ir, Isak~

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—¿Ese era el bloc de dibujo de Even? — preguntó Isak.

Se pasó una mano por el cabello y cerró los ojos lentamente.

Sentí mi corazón latir contra mi pecho con fuerza, sabía que Isak me había visto sostener y maldecir en silencio y en cualquier oportunidad a aquel cuaderno, también sabía que estaba consciente de las noches que quedaba dormido con él entre mis brazos llorando sin razón.

Isak también sabía que odiaba que lo tocara y siempre estaba cerca de mí. 

Mierda. 

Pero no podía decirle que había tomado esa parte de Even para mí, para no sentirme solo y perdido cuando él estaba lejos, en los largos días que tuve que pasar y que no tenía idea que serían tan duros. 

—No. No es suyo — contesté, era una mentira que me costaría mucho, una mentira que se arrastraría conmigo durante algún tiempo.

Si tan solo Even no lo hubiera encontrado hoy ahí, si solo Isak no hubiera llegado a mi habitación en ese momento, estaría con Even tomando un tranquilo desayuno, hubiera sonreído mientras hacía más preguntas a Even sobre su vida con su padre, estaría escuchando su voz, inundándome de su olor a canela y café, estaría ahí con él y nada más importaría.
 
Observé molesto a Isak, él no tenía la culpa de tener a alguien como yo —una basura—, y tampoco tenía la culpa de que yo fuera un miserable y que me arrastrara solo por unas cuantas migajas de amor o de atención por parte de Even.

—¿Entonces, por qué…
 
—Debo irme — dije cortando su pregunta antes de que la hiciera, hizo un gesto molesto y miró el café sobre el escritorio. 

—Escucha, Johannes…

—Debo ir a la universidad, tengo clases a mediodía. Así que, si no tienes nada urgente que decirme, me iré — dije  y busqué mis zapatos debajo de la cama, donde la ropa de la noche anterior todavía se encontraba tirada en el suelo.

Justo ahora lo menos que quería era dar explicaciones o seguir escuchando lo que tuviera que decir, estaba cansado. 

¿Insensible? ¿Cruel? Tal vez sí, pero no me importó.

Isak me observó detenidamente, su bonito rostro con una mueca de disgusto y frustración grabada duramente, suspiró derrotado y me entregó un vaso de café caliente. 

—¿Ahora te preocupas por ir a la universidad? Quizá hayas reprobado la mayoría de tus materias, Johannes, tu orientador dijo que nos has ido a clases durante varias semana — dijo con voz algo fría, yo lo miré solo un segundo, después busqué mi mochila, terminé encontrando mi celular en uno de los rincones, estaba roto. 

—Bueno, entonces iré al trabajo, cualquiera de esas cosas está bien, ¿no? — pregunté, levanté el teléfono en mis manos y lo miré con cuidado, la pantalla estaba rota y no encendía. 

—Johannes, ¿Cómo pasó esto? ¿Es por eso que no contestabas mis llamadas?— preguntó mirando el teléfono roto que dejé también sobre el escritorio. 

—Una pequeña crisis. Debo irme — volví a decir con más urgencia, se mordió el labio indeciso, me apresuré a la puerta y él tomó mi brazo, un poco de café se derramó por la tapa quemando mi piel, estaba tan caliente, no dije nada.

—¿Qué es lo que te ocurre?

—Nada. Tengo algo de prisa, Isak, por favor — mi voz sonó baja y pequeña, solo quería que me dejara de hacer preguntas, que me dejara en paz para correr detrás de Even.

—¿Prisa para qué?

—Ir a otro lugar, ya te lo dije, cualquier otro maldito lugar — dije despacio, aún de espaldas a él, soltó mi brazo y más café se derramó. 

"Us"《BL》EN PAUSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora