🎧 Canción del capítulo: Sign of the Times (Stripped).
Día catorce del viaje — Baile de máscaras.
Había estado tanto tiempo mirando aquellas palabras grabadas en su itinerario que empezaban a quemarle los ojos. Aunque tal vez las culpables no eran aquellas letras a priori inocentes, si no su significado.
Sólo quedaba un día más de vacaciones.
Restaban apenas unas veinticuatro horas para que todo llegara a su fin. Mañana sería el último amanecer en aquella remota isla del mar Mediterráneo, el último desayuno en ese inmenso salón ahora cargado de recuerdos.
Y, evidentemente, sería también el último paseo matutino hasta el acogedor pueblecito, bordeando lentamente esa incomparable costa completamente dorada a esas horas, junto a Lord Antipático...
Se alejó del recordatorio con un suspiro cansado, pese a que eso no ayudaría a borrarlo de su mente.
Fue a recostarse sobre el suelo del salón, donde comenzó a observar el techo. Atraída por las peculiares formas que creaba el reflejo del sol, el cual se colaba travieso a través de las cortinas mecidas suavemente por el viento.
Pensar en esas últimas cosas que haría mañana le dejaba un sabor increíblemente agridulce. No solo porque se acaba todo ese extraordinario tiempo de relajación, no, era algo más. Algo que no sabe muy bien cómo interpretar, mucho menos explicar, pero ahí estaba.
Quemándola un poco por dentro.
Siente que una parte de ella se quedará siempre en esa isla, adherida a sus ásperos riscos, a sus sinuosas curvas marinas, a su suave vegetación y, que el resto que se marchará de allí nunca volverá a ser el mismo que llegó.
No es que allí hubiese ocurrido algo realmente trascendental. Sin embargo, parece como si todo el eje que regía su ordenada existencia hasta ese momento hubiese girado completamente a su antojo cambiando de dirección, a pesar de que todavía no comprenda muy por qué o cómo sucedió eso.
La persona que era al llegar allí lentamente fue dejando de existir para dar espacio a esta otra completamente nueva. Una que llegaba con renovadas aspiraciones, aficiones e incluso sueños, una que venía deseosa de exprimir su vida al máximo y experimentar todas aquellas cosas que antes se había perdido escondida dentro de su zona de confort.
Sin darse cuenta mueve los dedos despacio sobre la mullida alfombra, dejando que se entierren entre su deliciosa espesura. Es muy similar a la que está colocada en la habitación de Cailean, igual a esa en la que lo encontró recostado tan solo unos días antes... Aquel extraño día en que... Que locura, en el que se besaron.
Tan solo con pensarlo su corazón volvía a acelerarse descontroladamente como esa vez. ¡Para! ¡Deja de hacer cosas raras! Le exigió al centro de sus latidos.
¿Por qué las cosas se sentían más "extrañas" con el duque después de eso?
Solo habían sido unos tontos besos, unos que aparentemente ni siquiera significaban nada. Y, sin embargo, parecía haber crecido algo raro dentro de su estómago que se estremecía cada vez que se acercaba a él.
¡Que tonta!
El problema era que no quería dejar aquel lugar.
No sólo porque se sentía como una especie de paraíso terrenal, si no porque sabía que lo iba a echar de menos, todo. Absolutamente todo. Esos pensamientos pensaban cada vez más en su pecho a medida que se acercaba el final.
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Quince días para enamorarnos [COMPLETA]
RomanceA Sienna nunca le ha importado mucho el amor, las relaciones de pareja y todo ese tipo de cosas románticas. Pero cuando su vida laboral se vuelve un poco caótica y necesita alejarse un tiempo de todo para reflexionar, acepta la descabellada propuest...