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❝San, ATEEZ❞

⸻Perfectly fine.

Me desperté algo exaltada, busque a mi lado y mi novio no estaba. —¿San?— Susurre mientras frotaba mis ojos para ver más claro, aunque debía ponerme los lentes.

—Buen día preciosa— Entro a la habitacion mientras secaba su pelo, se acerco y dejo un beso en mi frente.

—¿Dónde estabas?— Me volví a recostar y lo observe mientras se ponía crema en la cara.

—Estaba dándome una ducha, no te quise despertar— Una linda sonrisa decoro sus labios y sentí que quizás el día comenzaría perfectamente bien hoy.

San se acostó junto a mi, recosté mi cabeza en su pecho y deje que la tranquilidad se apoderara de mi cuerpo un rato más. Empecé a frotar un poco mi cabeza, dándole señales para que me haga pequeños mimos en la misma. —¿Trabajas hoy?— Pregunto mientras sus dedos se escondían entre mis rizos, bufe y asentí sin ganas. —¿No deberías levantarte?— Me acomode y lo mire.

—¿Me estas echando?— Apretó mi mejilla y se giro quedando sobre mi.

—Para nada, pero no deberías llegar tarde— Empezó a dejar suaves besos por mi cuello para después ir bajando de a poco.

—Entonces deberías parar con lo que haces— Me miro y sonrió.

—¿Estas seguro de que quieres que pare?— Dejo besos en el interior de mis muslos y volvió a subir de nuevo, suspire y asentí.

—No quiero quedarme sin trabajo culpa tuya— San se volvió a acostar y me abrazo con fuerza.

Deseaba intensamente quedarme así para siempre, entre sus brazos. Pero sabía que el tiempo no se detendría por nuestra comodidad. Con un suspiro, rompí el abrazo y me puse de pie, estirando mi cuerpo en busca de energía.

San me miró con ternura y se sentó en la cama, observándome mientras me preparaba para enfrentar el día. Sabía que tenía que cumplir con mis responsabilidades, aunque preferiría pasar el tiempo con él.

Mientras me arreglaba frente al espejo, San se acercó por detrás y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura. Susurro en mi oído, con su voz suave y reconfortante. —No importa lo ocupada que estés, recuerda que siempre estaré aquí para ti, apoyándote en todo lo que hagas—

Su calidez me inundó el corazón, dándome la fuerza necesaria para encarar el día. Me volví hacia él y lo besé suavemente, agradecida por su amor y comprensión. San conocía perfectamente que el ambiente de mi trabajo no era el mejor, la mayor parte de las veces iban viejos verdes que se desubicaban y mis compañeras eran realmente molestas. 

Después de despedirme de San, salí de casa con una sonrisa en el rostro. Aunque el trabajo me esperaba, sabía que tenía algo especial que me esperaba al regresar a casa. Mientras caminaba hacia mis responsabilidades, llevaba conmigo la certeza de que, al final del día, encontraría consuelo en los brazos de San. Y quizás por eso, el día podía ser perfectamente bueno hoy.

Holisss, hoy la verdad no se de donde salió esto que escribí, siento que quedo medio rari pero buennooo espero que les haya gustado<33