𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 • 𝘦𝘯𝘻𝘶𝘭𝘪𝘢𝘯

𝘵𝘳𝘦𝘴.𝘶𝘯𝘰

𝘿𝙄𝙎𝘊𝘓𝗔𝗜𝘔𝗘𝗥
￣￣￣￣￣￣
Julián no tiene dos hermanos, solo uno: Agus. Enzo tampoco tiene hermanos, directamente es hijo único. La edad de ambos no respeta la real: acá, Enzo es el mayor y le lleva siete años de diferencia a Juli. No se asusten cuando vean expresiones como "el menor", "el más chico", porque solo es eso, una expresión. Los dos están en la mayoría de edad. Todo legal. Un montón? Sí, pero es por el bien de mis gustos. Finjan la demencia que me falta a mi. Ya saben que si no les gusta lo que leen, se pueden tomar el palo.

𝘿𝙄𝙎𝘊𝘓𝗔𝗜𝘔𝗘𝗥 𝐈𝐈
￣￣￣￣￣￣
Esto iba a ser una sola parte pero como el texto es demasiado extenso, voy a dividirlo en "tres.uno" y "tres.dos". Si deciden leerlo, ya saben. Fueron 14.200 palabras. Enzulian pasión.

┆

𝚝𝚠.ᐟ 𝐥𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚𝐣𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐨 𝐥𝐞𝐯𝐞. 𝐟𝐞𝐭𝐢𝐜𝐡𝐞 𝐝𝐞 𝐩𝐢𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐮𝐬𝐥𝐨𝐬. 𝐟𝐞𝐞𝐭𝐣𝐨𝐛. 𝐥𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚𝐣𝐞 𝐨𝐛𝐬𝐜𝐞𝐧𝐨.

˒

ℰl ballet probablemente era una de las disciplinas más complicadas de llevar. Lo difícil que había sido buscar en Calchín una academia de baile que encima aceptara a un pendejo de siete años fascinado con eso fue tan complicado que directamente no la habían encontrado. El nene seguía con ganas igual, el encanto por la idea de bailar música suave, con tutú o mayas, rodearse de nenas amigables y delicadas, lo hacían emocionarse. Lo habían tratado de persuadir y aunque el señor y la señora Álvarez nunca creyeron en esa mierda de las cosas que terminantemente eran para hombre o mujer, el padre de Julián le tuvo que decir: "el ballet es para los maricones, Julián, no querés fútbol mejor?"

"¿En qué se parecían el ballet y el fútbol?" pensó el Julián de diez años que veía que lo del ballet iba a quedar en nada más que un hobbie que practicaría en casa por medio de videos en internet. Total, cuando fuera grande, iría a la capital del país y se anotaría en alguna academia posta. "Sí" dijo, contentando a su padre que no tardó en mandarlo a jugar unos picados con los pibes del barrio. Julián tampoco tardó en hacerse varios amigos y congeniar con la pelota que, al menos hasta que vistiera las medias y zapatos de baile, lo distraía lo suficiente de la vida. No que tuviera una vida de mierda, pero era hiperactivo. Un rompe bolas en pocas palabras.

Esa había sido su niñez: el fútbol, la escuela, los pósters de Francescoli y Labruna en la pieza, los partidos en la plaza, los vídeos de ballet, el contorsionismo, las cargadas de su hermano mayor, el apoyo de su hermano mayor también, Tchaikowsky, cuarteto. Una mezcolanza. Y hablando de su adolescencia, fue tanto el fruto que el fútbol había hecho que hasta se había planteado jugar al fútbol, de verdad, posta, en serio: salir del potrero, entrenar más duro y dedicarse a eso. El padre? Orgulloso, porque había asumido que Juli se había olvidado de que iba a viajar a la ciudad solo por el ballet. Julián? Ciudad - fulbo - ballet. En fin, ya a los dieciocho Julián estaba fichado por un equipo piola de Córdoba y estaba a nada de entrar, de no ser porque debía materias en el colegio, por lo que no tardaba nunca en cagarse a puteadas y reprocharse el no haberlas rendido. Si igual, siempre decía, tenía tiempo hasta terminar el colegio.

───Ya fue boludo, las rindo en octubre. Mañana arranco a laburar posta.── Comentó refiriéndose al estudio. Era mayo.

Estaban esperando que los demás vinieran. Eran Juli y cuatro pibes más con él, calentando, boludeando mejor dicho viendo que de a poco iba llenándose el club. Eran los mismos de siempre, los mismos con los que se juntaba desde los siete, los mismos que se reían por ver los dotes de futbolista que Juli había pelado diciéndole que piense en lo estúpido que era que inicialmente hubiese roto las bolas por hacer ballet. ¿En qué cabeza entraba? Más de una vez Julián había dicho: "Y las dos no hay chance no, culiao'?"
Tal vez era que a esa altura ya no le daba tanta bola como antes, o tal vez que el fútbol lo había entusiasmado más los últimos años, pero había dejado de responder eso y así mismo, los comentarios de burla habían disminuido. Ojo, no burla despectiva, sino burla joda. Joda de pibes.