𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰.𝘶𝘯𝘰

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𝘿𝙄𝙎𝘊𝘓𝗔𝗜𝘔𝗘𝗥
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Cualquier tipo de alusión a traumas es por conveniencia del capítulo. No se busca ofender a nadie, ni asumir nada "psicológicamente" hablando ya que claramente no estudié psicología. Es ficción, recuerden. Xd.

𝘿𝙄𝙎𝘊𝘓𝗔𝗜𝘔𝗘𝗥 𝐈𝐈
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Todos las personas acá mencionadas cuentan con mayoría de edad. Cualquier adjetivo relacionado con la niñez o adolescencia es solamente un decir, nada tiene que ver con el mundo funable de la pword. Ya saben el tipo de cosas que escribo yo y jamás rosaría ese lado.

˒

𝚝𝚠.ᐟ 𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲 𝐢𝐬𝐬𝐮𝐞𝐬

˒

𝓙ulián no negaba sus constantes indecencias, de verdad que no, inclusive advertía al resto antes de hablar de un tema alusivo. Era algo normal compartir experiencias con su grupo de amigos y todos ellos coincidían que el pibe de Córdoba estaba hecho mierda de la cabeza. Lo bueno era que ya no estaba en el colegio donde necesariamente tuvo que esconder sus impulsos: ahora simplemente se guíaba por ellos.
Le molestaba en sobre manera saber que cualquier tipo de gusto por la gente mayor era visto como una carencia, aunque en su caso, fuera parcialmente verdad. Tenía veintitrés años y su padre lo había abandonado a los doce, su adolescencia se había tratado única y exclusivamente de encontrar una figura que lo ayudara a encaminarse pero nada servía ya que los tipos con los que su madre salía eran un desastre. Fue promiscuo, su interés sexual era burdo, desastroso y tosco; por lo único que contactaba a las chicas que se le tiraban era para coger y nada más. Ahí actuaba ese problema paterno, porque si deseaba mendigar amor estaban los tipos de cuarenta para arriba. Había algo en esos mismos hombres desastrosos que a Julián parecía bastarle para lograr someterse al instante.

Fue un buen día cuando conoció a Benjamín, un compañero de cursada que supo facilitarle bastante las cosas. Si algo se le daba bien a Juli era socializar y detectar el tipo de gente que necesitaba a alguien como él. Sus dotes de caradura y entrador caían bien hasta cierto punto dónde él mismo se encargaba de aflojar. Benjamín era un pibe tranquilo, tímido pero despierto, por ende su personalidad iba perfecto con la del rebelde Julián que acostumbraba a comerse el mundo cada vez que se lo proponía. Como buenos estudiantes de informática solían estudiar día y noche, las salidas eran una ocasión especial para Benja que de verdad prefería quedarse en casa jugando al LoL antes que salir y pretender que la gente le caía bien. No fue hasta un día que Julián lo convenció de salir a bailar, tarea exitosa después de varias súplicas y súplicas. El reto era sencillo: si uno de los dos se levantaba a tres minitas, el otro tenía que hacerle el trabajo de final de cursada. Estaban jugados, y muy a pesar de su genio, Benja terminó aceptando porque creía en su sensibilidad para chamuyar.

La noche hubo terminado con Julián totalmente borracho y pidiendo por favor al pibe que lo dejara dormir en su casa hasta al otro día temprano cuando se iría. Benja reía, contento de saberse ganador del reto, incluso aunque supiera perfectamente que no dejaría que su trabajo final dependiera de su amigo. Era muy meticuloso en ciertas cosas, y esta especialmente ameritaba todo el cuidado posible.

───Bueno, bancá que llamo a mi papá a ver si nos viene a buscar.

Todo respeto y leve cariño que había tomado con Benjamín desaparecieron cuando conoció a su padre: Enzo. Ahora, y siempre desde ese instante, esperarlo significaba una tortura gustosa para el estudiante. Lo vió atento, cuidadoso y compinche, todo eso que alguna vez deseó y necesitó en una figura paterna estaba en él, pero había algo más y obviamente apuntaba a lo físico. El cuarentón desconocía el profundo deseo caprichoso y oscuro que el amigo de su hijo albergaba. Julián, por su parte, agradecía que éste tipo fuera el papá de un alguien cualquiera porque eso no impedía otro tipo de acercamiento. En su mente ya se había sentado en su regazo diezmil veces.

𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 • 𝘦𝘯𝘻𝘶𝘭𝘪𝘢𝘯Where stories live. Discover now