𝘤𝘶𝘢𝘵𝘳𝘰.𝘶𝘯𝘰

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𝙋𝙇𝘼𝙔𝘓𝘐𝘚𝘛
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𝐏𝑈𝐓𝐼𝐓𝐴
𝐋𝑂𝐒 𝐂𝐴𝐋𝐼𝐄𝐍𝐓𝐸𝐒

𝐂𝑂𝐌𝑂 𝐄𝑅𝐴𝐍 𝐋𝐴𝐒 𝐂𝐎𝑆𝐀𝑆
𝐏𝑈𝐄𝑆𝐓𝐎
𝐏𝐼𝐉𝐴𝑀𝐀𝐒

𝚡 𝙱𝙰𝙱𝙰𝚂𝙾𝙽𝙸𝙲𝙾𝚂

𝘿𝙄𝙎𝘊𝘓𝗔𝗜𝘔𝗘𝗥
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Qué onda, Una disculpa por los casi dos meses sin subir nada. Larga historia de cuestión laboral. Ahre, qué les importaba.

Este, igual que el tres va a estar dividido en dos, sino queda muy largo y ésta poronga no me deja subirlo entero.

Gracias por el apoyo a los otros capítulos, pocos pero con mucha intención. Se darán cuenta del tipo de ideas que se me ocurren. ¿Por qué nadie escribía algo así? Y si sí hay contenido parecido a éste, ¿por qué no lo conozco?

Se vienen más cosas, vaya a saber Dios cuándo. Mientras, acá tienen.


𝚝𝚠.ᐟ 𝐟𝐞𝐭𝐢𝐜𝐡𝐞𝐬. 𝐣𝐮𝐠𝐮𝐞𝐭𝐞𝐬. 𝐚𝐠𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 𝐥𝐞𝐯𝐞. 𝐟𝐥𝐮𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐩𝐨𝐫𝐚𝐥𝐞𝐬. 𝐥𝐞𝐧𝐠𝐮𝐚𝐣𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐨. 𝐡𝐮𝐦𝐢𝐥𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐥𝐞𝐯𝐞. 𝐚𝐧𝐚𝐥.

˒

𝓛os viernes eran un día particularmente aburrido. Tampoco es que siendo profesor uno tuviera una vida extremadamente divertida, al menos no él. La suya se limitaba a tres tópicos: ejercicio, internet y trabajo. Enzo había decidido a temprana edad lo que quería. Tenía veintidós cuando abandonó su año sabático para dedicarse a estudiar una carrera universitaria. Era un pibe inteligente, dedicado y bastante disciplinado, enfocado en lo que quería lograr, además de que sabía ahorrar. Los trabajos que había tenido lo ayudaron a poder sustentar sus gastos, recibirse en tiempo récord gracias a que le dedicaba mucho al estudio a la vez que trabajaba por dos mangos y aún así lograba subsistir. Había sido clave saber administrarse en sus gastos. Ahora que por fin se había establecido como un hombre soltero, con un departamento en pleno chetaje porteño, dueño del monopolio de su tiempo y dinero, no podía estar más satisfecho con las decisiones que había tomado. Veía los frutos de su esfuerzo.

La mañana y la tarde habían pasado satisfactoriamente, todavía tenía impregnado en la nariz el olor a cigarro de los pasillos de abogacía, incluso llenando de aromatizante el coche, la fragancia a pucho persistía. No había caso. Tardó menos de media hora en llegar a su casa, estacionando en el garage y poniendo seguro. Era ansioso, siempre hacía el mismo ritual de irse sacando el saco antes de si quiera llegar al ascensor. Para cuándo llegó al frente de su puerta, ya estaba medio desvestido, restandole entrar, cerrar y tirar el saco y el maletín en el sillón que tenía a la derecha de la entrada. La computadora lo esperaba en el rincón entre la pared de la tele y la ventana con vista al atardecer de la ciudad. Podía pasar el día, e incluso la semana, de forma fenomenal, pero la verdadera razón por la que esperaba el viernes era por cierto encuentro virtual que había agarrado el gusto de practicar. Se aproximó a la mesada de la cocina y puso a calentar agua para hacerse un café batido, no sin antes haberse lavado las manos. En su cuello la corbata iba a aflojarse sin ser quitada del todo, su camisa desabrochada en los tres primeros botones y sus pies descalzos. Esas medias grises no iban a mancharse en su piso de madera perfectamente lustrado.

𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎 • 𝘦𝘯𝘻𝘶𝘭𝘪𝘢𝘯Where stories live. Discover now