Capitulo 7

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Primera semana de clases, segundo año, aburrido, no tenía ni media hora en mi primera clase cuando ya me había fastidiado, teníamos que escoger una capacitación y según yo por más fácil elegí turismo, sólo que la voz del profesor ya me había fastidiado.

-Les aviso de una vez que esto no es la escuelita de allá afuera cómo la conocen, en el campo laboral no tiene que haber trabajos en individual, todo se tiene que hacer en equipo. -El profesor de turismo era un señor que rebasaba los 50 años de edad, tez morena y demasiadas canas en su oscuro (y poco) cabello que tenía, todo era tan aburrido hasta un mensaje.-

- Tengo una sorpresa para ti en mi mochila.

¿Ahora que planeabas Naim?, Las sorpresas eran dos cosas a la fuerza.
O te gustaba, o terminaba siendo algo que nunca esperaste y que solo saliera un: oh...
De tu boca cuando lo mirabas y de inmediato querías ocultar, aún que creo que éste no era el caso.

-Yo también tengo algo para ti, además te lo debía desde las vacaciones.

-¿Que podrá ser?, Mmm no lo sé.

Sonreí bobamente y solo esperaba con ansias el receso, tan pronto tocaron el timbre tomé mi mochila y salí corriendo directo a las mesas que estaban cerca del salón de matemáticas y ahí estaba...

Tenía el cabello un poco largo, a lo que supuse que olvidó cortarlo, el típico cubre bocas por la pandemia pero que también no se lo quitara conmigo ni un momento.
Mi corazón de verdad parecía que se iba a salir, cómo es posible que se viera tan lindo?, No me lo podía creer estaba congelada mirándolo hasta que el me miró a mi. Mafer acaba de morir.

-Te quedarás ahí parada?. -me miró confundido mientras que yo muy apenas y reaccionaba-

-Eh... No, ya voy jaja. -verguenza, el único sentimiento que había en mi en ese momento, era una tarea tan sencilla lo que tenía que hacer que ¡¡adiós!! Mi cerebro dejó de funcionar.

-Mete la mano aquí -señaló su mochila mientras que yo seguía sin entender- lo que saques es tuyo, ¿De acuerdo?.

-Vale, sólo espero que no sea un animal muerto o algo.

-No digas tonterías niña.

Finalmente metí la mano agarrando uno de los empaques que habían ahí, de inmediato ví la figura que tenían y chillé de la emoción.

-¡¡GOMITAS!!, Te acordaste, pensé que lo olvidarías

-No olvidaría una apuesta, además, quería verte feliz con ellas. -Mafer ah muerto por segunda vez, mis mejillas de inmediato se pusieron rojas por el comentario de que quería verme feliz, ¿No era una mentira?-.

Era algo nuevo para mí que me dijeran eso, mis ojos comenzaron a picar con seña de que quería llorar a lo cual me contuve, él ya sabía que yo lloraba por todo pero de verdad pensé que era tonto llorar por qué me hayan regalado unas gomitas. Sin mencionar de que recordó la apuesta además de que trajo mis favoritas, gomitas de pandita.

-¡¡Muchas gracias Naim Parkurero!!, Nunca había probado los panditas ácidos -(patrociname ricolino)- ¿Cuáles son las que tú comerás?.

-Panditas rojos, es mi color favorito y quiero ver a qué sabe. -Su comentario me pareció gracioso-.

-Me recordaste a algo que leí hace un tiempo, un chicho ciego le preguntaba los colores a uno que si podía ver y éste le dijo que tenían sabores y le daba una cosa de cada color para que probara.

-Eso es muy lindo de verdad, pero tú si sabes que los colores tienen sabores, ¿Verdad?.

-Si -debí decir que no-, yo lo tuve que aprender por mi cuenta. -abrí mis gomitas y metí una a mi boca después hice una pequeña mueca debido a que no estaba acostumbrada a comer cosas ácidas o picantes, bueno, yo les sentí un toque de chile-.

Pasaron los minutos hasta que escuché el timbre para que regresemos a nuestras aulas me entristeci, de verdad estaba muy feliz con él que no quería volver a aburrirme con mis compañeros de clases.

-Adios Naimcito.

-Adios... Fercita.

¿Fercita? ¿Quién diría que ese apodo dentro de poco tiempo me traería mal. Una vez en mi salón recordaba una y otra vez esa linda manera de la cuál me llamó a lo que decidí algo: confesarme hoy mismo.

Tonto tal vez pero relacioné eso un poco con que tal vez sentía algo por mí, no estaba muy segura así que pregunté a unos compañeros de mi grupo.

Miguel y Heidy estuvieron durante dos horas diciendo que no sería malo si le decía todo lo que sentía que él se miraba igual "loco" por mí, tenía demasiado miedo, a pesar de que yo miraba interés en el yo simplemente lo negaba y todavía tenía la idea en mi cabeza de que probablemente yo sea vista cómo una amiga.

-Naim, ¿Podemos irnos juntos hoy?, Creo que no vendrá nadie por mi ésta noche.

Y enviar... Solo recibí un "si", algo que aprendí de él es que cuando está concentrado a veces responde de manera muy simple a lo que sólo me alegré por la respuesta.

Finalmente lo que estaba esperando la hora de la salida, caminé por las banquetas de los salones hasta llegar a la entrada o en éste caso era la salida.

Después de unos segundos de mirar por el lugar lo ví a él, corrí para llegar a su lado y sólo dije "vámonos".

-¿Entregaste tus trabajos?. -me susurró al oído con una ligera voz ronca, mi piel se puso chinita y yo nerviosa-

-¡Oye!, ¿Por qué hiciste eso?.

-No me escuchabas tenía que hacerlo -hizo su manía de todos los días, arrancar una flor del arbusto-.

No sabía cómo empezar a decirle todo así que apliqué la más obvia.

-Naim, quiero un consejo.

-Mande.

-Desde hace tiempo conocí a un chico el cual se me hizo desde que lo conocí, y me gusta. -lo miré y la expresión de su cara cambio por completo a una triste- pero creo que él sólo me vé como una amiga ya que nunca me ah mostrado que quiera algo más conmigo.

-Fer, si no le dices no sabrá que te gusta, yo recomiendo que le digas quizás y sienta lo mismo por ti. No sabes cómo piensa o algo como para saber si le fastidias o no, no pierdes nada en intentarlo.

Asentí rápidamente con cabeza mientras imaginaba miles de escenarios posibles hasta que me armé del valor que nunca eh tenido.

-Naim, la persona que me gusta eres tú...

Me miró muy sorprendido a lo que supuse que la había cagado y arruinado nuestra amistad, no decía nada simplemente estaba confundido y callado.

-Fer yo...

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Ig: Heiner_kaminari

El futuro que no existióWhere stories live. Discover now