Elastic Heart ©JJK

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Mi padre tenía sus ojos cerrados mientras su cabeza estaba hacia atrás en su asiento. Mi madre a su lado miraba su teléfono, y yo movía mis manos nerviosa sobre mi vestido color esmeralda oscuro.

Estos acontecimientos me ponían nerviosa. Supuestamente yo ya sabía que iba a suceder, pero todo estaba tan diferente a cómo había pasado antes que seguía dándome ansiedad pensar que podría estar cambiando el futuro de alguien más.

Era tan distinto a la última vez. Ahora llevaba un vestido con el que me veía bonita, me sentía feliz y esperaba poder pasarlo bien sin sentir aquel horrible miedo que me hacía temblar cada vez que salía con Dongyul.

Cuando el vehículo se detiene frente aquella alfombra, unos hombres se acercan sosteniendo paraguas. Mi padre es el primero en salir, y es quien nos ayuda a mi madre y a mí a quedar en el exterior del vehículo. Espero a que ambos comiencen a caminar para ir tras ellos.

Era una obligación que al entrar a un evento siempre fuera la persona más poderosa de la familia quién encabezara al grupo. Dongyul siempre me gritaba porque no le gustaba tener que ir tras mi padre cada vez que les acompañábamos a alguna parte.

Mi boca se abre al ver toda la decoración. Era todo exactamente igual que el cumpleaños al que asistí siendo novia de Dongyul, quizás el futuro no había cambiado tanto.

Si todo salía bien esta noche, quizás Jungkook podría recuperar su destino. No le había vuelto a insistir con el tema de Sooji, pero era necesario que la historia siguiera teniendo el mismo transcurso para él. Era yo la que tenía que cambiar mi vida, no la de alguien más.

— ¡__________! —sonrío al ver a Hajin acercarse sosteniendo su vestido azul— Te ves genial —me da un abrazo— Nunca te había visto tan linda.

— Me ofendes —ríe cuando llevo mi mano a mi pecho— Yo siempre estoy linda.

— Sí, lo siento —unos camareros nos ofrecen unas bebidas— Pero yo siempre voy más divina —sonrío.

— ¿Has visto a Sooji? —miro hacia todos lados llevando la copa a mi boca para saborear aquel tequila con sabor a frutillas.

— Dicen que saldrá en unos instantes, y que su vestido es espectacular —sonrío— Tan solo tienes que mirar a su hermanastra para darte cuenta de que le han dado muchos privilegios a Sooji en esta fiesta.

Aunque la decoración era la misma, la verdad era que el lugar no. Aquella vez fue en la sala de fiestas de un hotel bastante normal de la ciudad, aún recuerdo cómo intentaban humillarla en todo momento, pero Jungkook estaba ahí para ella.

Me sentía una fanática de un Kdrama en el que yo era un personaje secundario con una vida cruel.

Todos giramos nuestros rostros hacia las enormes escaleras cuando las puertas se abren. Frunzo mis cejas, realmente esto parecía la entrada de una princesa en la película.

Las personas comienzan a murmurar sobre Sooji cuando ella comienza a bajar las escaleras junto a su padre. Estaba segura de que mis ojos brillaban visualizando aquel vestido enorme con diamantes.

Sí que era una princesa.

— Está... —comienza a hablar Hajin.

— ...hermosa —acabo yo la frase haciendo que me mirara.

Ese vestido no tenía nada que ver con el que llevó aquella vez. En el cumpleaños en el que yo asistí, ella llevaba un vestido muy común, había personas en la fiesta que incluso se veían mejor que ella; pero esta vez todo estaba muy extraño.

— Yo iba a decir que un poco exagerado para un cumpleaños —la miro— Pero sí, está muy linda —bebe de su copa sin alcohol.

A mí me parecía que estaba espectacular. Muchas personas la miraban, y ella sonreía a aquellos que se acercaban al final de las escaleras esperándola.