Él es mi Peter Pan.

Capítulo 45.

Recuerden que su voto me ayuda mucho y que sus recomendaciones también, así recomiéndenme con esa amig@ lector@ igual de loquit@ que ustedes para que conozcan a Peter y All<3
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La luz se instala en mis ojos, gruño porque no quiero despertar. Me giro y algo capta mi atención despertándome de golpe: él no está.

Como aquel día. Me siento en la cama y miro el reloj de mi teléfono, 9:35 am.

Esto no será como aquel día. Me digo intentando convencerme. Me levanto y me pongo el pijama que Mimi me presto, quisiera usar la camisa de Peter pero no la veo y sería muy sospechoso. Me lavo la cara y los dientes, es un alivio que Mimi tuviera un pequeño neceser sin usar. Cierro la puerta del baño y lo encuentro sentado a los pies de la cama, me mira y sonríe.

—Buenos días.

—Buenos días.

Tira de mí para que me siente en su regazo. Deja un corto beso sobre mis labios, luego otro y luego otro, me hace cosquillas y yo me retuerzo debajo de él.

—No Peter, basta —digo entre risas.

—Creo que es justo esto después de lo que me hiciste.

—¿Qué te hice?

Jala el cuello de la camisa mostrándome la clavícula. Me ruborizo al instante, la silueta roja de mi mordida adorna su clavícula. Entierro mi cara en su pecho ante la vergüenza.

—Yo también te extrañe.

Me rio evitando el contacto visual. Me levanto y corro al espejo con él detrás de mí, espero no tener chupetes o algo así, papá me mataría de ser así.

Se recarga en el umbral de la puerta observándome con diversión.

—No tienes uno All, yo no soy un salvaje como tú —camina hasta quedar detrás de mí —pero he de decir que anoche fue una de las mejores noches que he tenido.

Me giro para enfrentarlo.

—No es que tú hayas sido precisamente el más gentil.

—Mi necesidad de ti me hace ser un salvaje en ocasiones.

Me levanta y me sienta sobre la base del lavamanos. Me analiza con curiosidad.

—¿Qué ronda en esa cabecita tuya? ¿Qué no has preguntado o qué tienes que decir?

¿Por qué me conoce tanto?

—All —insiste.

—Peter, ¿hay manera de que... bueno... esté embarazada?

El color abandona su cara pero se repone al instante.

—No lo creo, tome todas las precauciones aquella noche. Créeme que sé usar un condón.

—¿Por qué te burlas en un momento así?

—¿Por qué me haces esa pregunta?

—Porque tengo miedo —tomó un profundo suspiro —estuve haciendo cuentas y todo cuadra incluso no he tenido el periodo.

Lo noto tensarse. Mi respiración se vuelve más pesada.

—¿Te sentirías mejor si hiciéramos una prueba?

—¿Estás enojado? —Mi labio comienza a temblar y la culpa me carcome por dentro.

—No preciosa —acuna mi cara entre sus manos y deposita un beso en mis labios. —Nunca estaré molesto por algo que nos involucre a los dos. No voy a mentirte estoy nervioso.

Me alivio al escucharlo.

—¿Qué pasará si sale positiva?

—La pregunta es para ti, ¿qué quieres hacer?