tres

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Destello lunar


"No digo que sea tonto, solo que en eso ya somos dos"

"Nunca me he enamorado antes, pienso que es solo una perdida de tiempo, algo que no vale la pena esperar toda tu vida, algo que se que nunca llegará, algo imposible"

Yashiro lo miro y él también.

Y amane, se perdió en sus ojos carmesí, perdiéndose en el brillo de aquellos ojos, sintiendo que... Su ser ahora brillaba, sintiéndose conmovido.

"¿Puedo hacerte otra pregunta"

El se levantó del suelo extendiendo ambos brazos para que la mujer también se levantará.

"¿Podemos bailar aquí y ahora?"

El pregunto.

Y ella respondió.

"Si"

Ambos bailaban al compás de la luna, y está les sonreía y las estrellas gozaban el momento, los árboles bailaban y las plantas movían todo su cuerpo.

Los animales iban y venían y ellos no paran de bailar, no paraba de sentirse bien en ese momento, no paraban de sentir que ahora todo estaría bien.

Que nada malo está pasando.

Olvidándose de todo y de todos.

Solo son ella y el.

Bajo la luna.

Bajo las estrellas.

Solo ellos asían que todo... Lo gris y sin color,estallaran en una bomba de colores, perdiéndose en el paraíso de sus ojos.

Perdiéndose en sus pupilas.

Perdiéndose en el reflejo del otro.

Cuando el la inclino, dando por terminado el pequeño baile, la miro directo a los ojos, y viendo como Miles de estrellas se reflejaban en sus ojos, y como la luna brillaba en los mismo.

Ahora... Amane encontró algo peculiar, algo precioso, algo con mucho valor.

Y sentía que... El podía sanar su roto corazon, se inclino más hasta quedar a centímetro de ella.

Perdiéndose nuevamente pero ahora en sus labios, el los miraba, y ella se daba cuenta.

Este, con uno de sus dedos dirigió su barbilla más cerca de el, acariciando esos labios que ahora quería besar.

Ella no hizo nada.

El la beso con delicadeza.

Y ella correspondió.

Y el la miraba con los ojos cerrados.

Para el momento de sacarse, se unieron en tro beso.

Amane ahora, se sentía... Mejor que nunca, al sentir como esas palabras que siempre a escuchado.

"Mariposas en el estómago"

Y el las sintió.

Poso una de sus manos en su mejilla, acariciándola. Y pensando en la suave piel que ella poseía.

Y en ese hermoso cabello cual seda de terciopelo.

Ambos se encontraron con sus ojos nuevamente.

Ahora admirando a la luna reflejada en ambos ojos.

El Rey De Negro #1 || hananene/AmaneWhere stories live. Discover now