El Rey De Negro #1 || hananene/Amane

once

Nene estaba parada mirando asia la oscura noche, cuando por atrás de ella siente un abrazo.

"Me intente negar, pero no sirvió"

Al reconocer la voz su mirada se encontró cristalina.

"Lo siento"acurrucó su rostro en su hombro.

Ella paso una de sus manos por los cabellos de este.

"Está bien"

Ella se volteo para mirarlo apretando los dientes.

"Pero ahora, creo que lo mejor es ya no seguir con estos engaños"

Ella por dentro no quería decir eso.

El la miro abriendo los ojos como platos.

"¿Por qué?"pregunto amane.

"Sabes cómo son las cosas, aveces... Solo piensas en los sueños que nunca se aran realidad, este era mi sueño, estar junto a ti"

"Pero tú no eres mío, ni yo soy tuya"

Nene acaricio su mejilla la cual se encontraba con un rastro de lagrimas.

"Te amo, amane, pero... Esto no será... No si no somos libres, nuestros reinos quizás nunca se cruzarán, pero... Nunca te olvidare"

Ella salió corriendo a buscar a kou, ambos se retiraron de la fiesta y nene le contó todo a kou en el regreso a casa.

"Entonces. Tu amante era el rey, pero el está comprometido¿No?"

Ella asintió.

"Okey, esto solo lo he visto en libros"

"No ayudas con nada"le dijo mirando a la ventana.

"Está bien, creo que hiciste lo correcto, mejor acabar con la mentira antes que salga a la luz"

"¿Tu crees?"

"Creo"

"Por qué se veía totalmente herido, me dolió verlo así de triste"

"¿Puedo decir algo?"

"Dime"

"Sin duda tu vestido es un desastre"

Ella le dió un golpe en la cabeza.

"Creo que es lo mejor, la verdad, no sé si encontré el amor verdadero, pero le tuve que decir adiós en ese momento"

"Lo entiendo"

Amane aún seguía parado, tratando de comprender la situación, hasta que su prometida lo llamo atrás de él.

"Hey"

El se volteo solo para mirarla como la persona que acaba de arruinar su vida.

"Nos esperan para el retrato ¿Vienes?"se aferró a su brazo.

Amane no respondió nada, solo la sigui, por qué de ahora en adelante, está mujer seria la que mandaría.

Ya no podrá ser el mismo de antes, y en lo único que podía pensar en el momento de quedarse quieto como estatua, solo pensaba en yashiro y en sus últimas palabras antes de irse.

El no quería, pero entendía la situación, ambos estaban condenados a pasar el resto de su vida sin el otro.