Capítulo 8

629 40 7
                                    


Desde el mismo momento en que he abierto los ojos estaba nerviosa, el partido de Derek es esta tarde y yo no sé qué ponerme.

He estado pensando en la tarde que pasé en su casa. Ahora, cada vez más, no puedo evitar pensar en él. Y me siento como una tonta porque seguro que a él no le pasa lo mismo.

He hablado con Vero y me ha dicho que lo siente pero que imposible que venga hoy al partido, finalmente sí que tiene que estudiar.

Así que le he mandado un mensaje a Darcy.
Iba a ir igualmente con su novio a ver a Derek, pero ha preferido sentarse en primera fila conmigo, así que Connor se queda en su casa.

Cuando me lo ha dicho así tan directa no he podido evitar reírme.

Sé que a Darcy le emociona mucho que sea tan cercana a Derek, pero no termino de entender el porqué.

Cuando miro a Derek siento algo raro, como si hubiese algo que nos ata.

Dice Verónica que es el hilo rojo, pero a veces parece que va fumada y no le hago mucho caso.

No había sentido nunca esto, y en parte tengo miedo. Me siento muy idiota pensando esto una y otra vez. Seguro que él lo ha tenido con más gente y ni siquiera piensa en mí de esta manera.

Yo también podría sentir esto con cualquiera.

Ajá.

Casi lo sentí con...

Interrumpo ese pensamiento de golpe.

No. No voy a seguir autoconvenciéndome. Me ha llevado años aceptarlo y no voy a volver a ese juego enfermizo.

Dejo los pensamientos de lado y vuelvo a centrarme en lo que estaba haciendo, buscar algo que ponerme.

Remuevo toda mi ropa del armario una y otra vez pensando que va a aparecer algo nuevo.

Finalmente no le doy más vueltas y me pongo unos vaqueros negros ajustados, una camiseta de manga larga blanca lisa y una sudadera roja encima.

Entro al cuarto de baño y veo que la chica que me devuelve la mirada no es igual que siempre.

Tiene mejor color, un brillo diferente en los ojos, está sonriendo.

Parece más... viva.

Aunque estoy demacrada por los exámenes, estoy feliz. Y sé que mi mejor humor se debe a alguien.

Lo odio, porque no quiero que tenga ese efecto en mí sabiendo que yo no lo tengo en él.

Últimamente hace mucho frío, han bajado las temperaturas de una manera drástica en las últimas semanas y mi cuerpo no está acostumbrado. Aunque no hay mucha diferencia realmente de Vancouver a aquí, es mucho más seco y el frío te llega a los huesos. No me quiero imaginar en enero.

A lo mejor para entonces ya te calientan.

Conciencia, silencio.

Me lavo la cara y me peino un poco. Me echo corrector y rímel para tapar las ojeras de los exámenes e ir mejor al partido.

Pienso en hacerme una trenza para controlar el pelo. Aunque lo llevo limpio, al ser ondulado tiene más volumen de lo necesario.

Termino dejando el pelo suelto y sonrío.

Salgo del cuarto de baño y me meto a mi habitación para ponerme mis converse rojas.

Las he limpiado, pero aún así siguen bastante oscuras. Las letras que escribí hace unos años en la goma siguen intactas, cosa que agradezco. Son de una canción de Taylor, "Long story short, I survived".

Algo más que una conexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora