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24/ marzo/ 2014 - Munich, Alemania.

—No puedo apoyarte en esto- Bill entró a mi cuarto, me miraba con decepción.

-Llevas más de un mes diciendo eso- Lo miré a través del espejo, mientras terminaba de ordenar mi ropa.

-Tom, esto no es correcto y tú más que nadie lo sabes- se paró frente a mí con sus manos en sus caderas- Estás siendo egoísta.

-¿Egoista yo?- mi cuerpo se tensó por completo, me giré para mirarlo- He esperado por más de dos malditos años, en unos meses serán tres,  y lo poco que sé de ella es por cosas que veo en redes sociales o en televisión.

-Ella sufrió demasiado por ti, ¿cómo crees que estará cuando anuncien tú nueva relación Mañana?- puso sus manos sobre mi pecho, empujandome con fuerza- Es increíble que conserves todas sus cosas y aún así estés jugando con alguien más.

-No estoy jugando con Alessandra- me crucé de brazos- Deja de decir eso.

-¿Ah no?- río con ironía- ¿Entonces por qué sigues escribiendo canciones para Megan? o no, mejor dime por qué sigues usando ese collar... me imagino ya le explicaste eso a Alessandra- elevó una de sus cejas, mirándome lleno de seguridad- ¿Ella no te ha preguntado por ese collar?¿Por esa hermosa "M" adornada con un rubí que lleva tanto tiempo colgando de tú cuello? ¿O de la chica que ha sido tu musa por tantos años? Tom, no seas hipócrita.

-¿Te vas a dedicar a echarme en cara todo esto? Carajo, Bill, ya tengo suficiente con mis propios pensamientos- froté mis ojos con fuerza- Ella dijo que quería que siguiera con mi vida.

-¡Estás viviendo una maldita mentira!-Me señaló de arriba abajo- Este no eres tú, Tom.

-Déjame en paz, Bill- señalé la puerta- Vete, Alessa no tarda en llegar y tengo que estar listo.

-Te vas a arrepentir de esto- me advirtió, señalándome- No te molestaré más, pero después no quiero que vuelvas a llegar a mí llorando porque te condenaste a amar únicamente a Megan.

Por más que quería responderle, no lo hice, solo mantuve mi vista fija en él hasta que salió de mí habitación.

Bill tenía razón, todo esto era una mentira, no lograba sacar a Megan de mi cabeza, todo lo que hacía, veía o sentía terminaba conectándome con ella de nuevo; la música por ejemplo, lo único que realmente me apasiona, siempre terminaba inspirandome en ella, en cada momento que pasamos juntos. Todo el mundo siempre hablaba de ella, de su talento, su belleza, mi vida prácticamente giraba entorno a Megan, no me molestaba en lo absoluto, después de todo era lo único que realmente me mantenía unido a ella.

La seguía amando cómo el primer día, recordándola con el mismo carisma que cuando le pedí ser mi novia en aquella cabaña, que cuando estuve con ella en año nuevo, que cada maldito día que me despertó dejando varios besos sobre mi rostro. Megan era todo lo que siempre había querido en una pareja, Megan era mi amor platónico desde que era solo un niño; Por eso ahora sabía que jamás volvería a encontrar a alguien como ella, que mi alma siempre le iba a pertenecer, pero aún así tuve que seguir adelante con mi carrera y sobre todo con mi vida, quizás conseguir otra pareja no es la mejor desición que he podido tomar, pero esa "relación" ya había avanzado demasiado y Alessandra me amaba con todo su corazón, como yo no podía hacerlo con ella. Simplemente ya no podía echarme para atrás.

El sonido de mi teléfono retumbando por toda la habitación me hizo volver a la realidad, a mí no muy agradable realidad. Me incliné no muy emocionado para tomar la llamada pensado que era Alessa, pero no, mi corazón latió con fuerza al ver que era Georg quién llamaba.

-¡Tom!- habló con emoción- Que gusto volver a escucharte.

-Hablamos hace cuatro días, Georg- reí, caminé hacia mi cama para sentarme sobre ella- ¿Cómo han estado, que tal todo en América?

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | Tom KaulitzWhere stories live. Discover now