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Narrador Omnisciente

Por fin había llegado el día que ambos tanto anhelaban, los nervios invadían completamente el cuerpo de los dos, ambos estaban ansiosos por poder mostrarle al mundo su amor, entregarse en uno al otro sin miedo a nada, volver a ser oficialmente el uno para el otro.

La menor se encontraba en su auto, conduciendo en dirección a la playa, dando un pequeño paseo que le ayudara a calmar sus nervios, ella sabía perfectamente lo que pasaría esa noche y se sentía más feliz que nunca.

Las ganas de llorar llegaron repentinamente a su cuerpo al estar estacionada frente aquella playa, se sentía feliz, pero a la vez nostálgica, habían pasado más de tres años para que algo así volviera a suceder, en el pasado ella soñaba con estar celebrando su compromiso en estas fechas.

-Si tan solo no hubieras hecho tantas cosas mal, Megan... - dijo para sí misma, reclinó su asiento mirando a través de la ventana la hermosa luna llena que adornaba el cielo.

Los últimos meses habían sido realmente caóticos para ella, confusos e incluso dolorosos, tanto así que la llevaron a terminar actuando como se había prometido no volver a hacerlo, pero eso ya no importaba, por suerte había decidido parar a tiempo. Era momento de dejar a un lado todos los errores que ambos habían cometido, y comenzar un nuevo amor, algo real, algo eterno.

Bajó de su auto rápidamente al ver cómo el castaño se acercaba hacia su lugar. Se veía impecable, su ropa, su cabello, todo en él era más perfecto que nunca.

-Te ves hermosa. - la recibió con un dulce beso, combinando no solo sus cuerpos sino también sus energías, sintiendo como juntos eran uno mismo- Quiero que pasemos una noche tranquila... merecemos por fin poder vivir tranquilos. - Entrelazó sus manos, adentrándose en el preciso lugar el que se encontraban.

Los ojos de la pelinegra se iluminaron al ver el hermoso escenario que Tom había preparado para ella, algo tan sencillo pero tan maravilloso que llenó su alma de alegría.

-Es algo sencillo, lo sé...- espetó rápidamente el mayor.

-Tom, esto... Esto es hermoso- no tenía palabras para expresar lo que sentía, quería besarlo, expresarle sin palabras todo su amor- Gracias por esto, te amo tanto.

-Esto no es nada para todo lo que mereces. - acunó las manos de su amada entre las suyas, analizando cada parte de su rostro, viendo cómo sus bellas facciones resplandecían bajo la luz de la luna- Perdoname por haber hecho tantas cosas mal. - una pequeña lágrima cayó por la mejilla de su chica- Todo habría sido muy diferente si hubiera hecho las cosas bien desde el principio.

-No pidas perdón, no debes hacerlo. - se inclinó sobre las puntas de sus pies para poder tener más acceso al rostro del mayor, dejando un largo recorrido de besos sobre el mismo- Ambos hicimos demasiadas cosas tontas, pero ya no importa, mira donde estamos ahora, quizás todo eso era necesario para que esto pudiera pasar. - se aferró a su abdomen con fuerza, recostando su cabeza sobre su pecho, sintiendo como su respiración se combinaba con los latidos de su amado.

-Quiero estar contigo el resto de mi vida. - no resistió más, dejó escapar sus lágrimas, ni siquiera él sabía cómo lidiar con todo el amor tenía guardado para ella- Eres el amor de mi vida, Megan, quiero entregarte mi amor, hacer las cosas bien esta vez. - sus ojos se encontraron con los de su amada, esos sus dulces ojos marrones que le generaban paz- Mi alma es tuya, lo ha sido desde hace siete años, desde la primera vez que me besaste, y terminé de comprobarlo después de la última vez que lo hiciste en Alemania... Soy tuyo Megan, cada pequeña parte de mi siempre te ha pertenecido- se alejó de ella, sacó una pequeña caja de su bolsillo, la extendió hacia ella, mostrando el hermoso anillo que esta contenía.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔 | Tom KaulitzWhere stories live. Discover now