Carlos Sainz había llegado a Mónaco en busca de una distracción, una forma de llenar el vacío que sentía en su corazón roto. En una noche lujuriosa y desenfrenada, esperaba encontrar el olvido temporal que tanto anhelaba. Sin embargo, lo que encontr...
"People started talking, putting us through our paces"
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Mara González
—Sus nombres están en absolutamente todos lados. —Aviso la pelirroja mirándonos.
"Carlos Sainz & Mara González"
Cosa que era definitivamente una mala noticia para Carlos y para mi. Saber que fuimos captados saliendo de aquel club puede significar un gran cambio de planes, ya que no teníamos contemplado que nos hayan tomado fotos juntos.
Se suponía que era una fiesta privada, pero habíamos aceptado que fue ingenuo de nuestra parte creer que no llegaríamos a manos públicas siendo figuras importantes.
Solo teníamos una cosa en ventaja: la prensa no sabía que escondían aquellas fotos, y por esconder me refiero a una noche que nos llevó a un matrimonio, o al menos eso esperábamos.
—¿Recuerdan a que otros lugares fueron luego de salir del club? —Preguntó esta vez Gabriela.
Carlos y yo nos miramos mutuamente. No recordábamos una mierda. Sabía que tanto él como yo, estábamos de los nervios.
—Luego de salir del club todo se vuelve borroso. —Susurre.
—Es lógico que fueron a algún otro lugar. De alguna manera terminaron en esta situación.—Dijo obvia la rubia. —Nos llegaron fotos de ambos en otros lugares alrededor de Mónaco.
Y cada vez nuestra situación empeoraba más. No podíamos permitirnos el lujo de que salieran más fotos que nos comprometieran a más.
Stella intervino, intentando calmar la situación. La pelirroja suspiró y se colocó frente a nosotros con una carpeta.
—Aquí está el contrato. —Habló Stella. —Una vez que firmen, es oficial el trató.
