17: Edward, William y la Luna

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Louis aún no podía creerlo.

No lo creyó hasta que finalmente vió a Harry cargar las maletas y pedir un taxi a la casa que habían rentado.

No lo creyó hasta que fueron a recorrer las calles.

¿Qué era lo que Louis no creía? Bueno, en aquella cena Des les había regalado un viaje todo pagado a Italia, según el alfa era para desestresarse y salir un poco de la monotonía.

Después de la cena hicieron las maletas, a la mañana siguiente se fueron al aeropuerto y horas más tarde estaban instalados en una pequeña casa con vista al mar.

"Señores Styles, benvenuto in Porto fino" decía la pequeña pavlova que había en la mesa, la casa estaba llena de flores, desde la entrada hasta el patio trasero. Pequeños ramos que Harry se había encargado de comprar y mandar a poner para su omega.

La casa era grande, de tres pisos, cuatro habitaciones, tres baños y medio, la cocina, sala, comedor, patio con vista al mar, horno para pizzas y asador en el patio, alberca, estancia de juegos para niños, cochera para 4 autos, azotea y un mini bar al aire.

Louis quedó encantado, le mencionó a Harry su fascinación por la casa y juró que deberían buscar una casa así en Londres.

Llevaban apenas un día en Italia, el omega de piel canela estaba tomando una ducha, Harry lo llevaría a un museo y seguido de eso irían a cenar pizzas a un restaurante local que -aparentemente- el alfa visitaba muy seguido.

Louis terminó su ducha, se observó en el espejo y contempló su abdomen hasta que su mente y William le jugaron una mala pasada. Salió observando a Harry hablar por teléfono.

El alfa estaba en el balcón de la casa con vista al mar, tenía unos shorts café claro, una camisa caqui tejida y una musculosa en color blanco junto con unos tenis básicos del mismo color.

—¿Cuando podemos vernos? —El alfa suspiró recargando su peso corporal en una pierna.

Louis frunció el ceño comenzando a cambiarse. Sintió un ardor en el pecho que ignoró.

—Hoy puedo, si —Harry se movió de lugar y el omega se escondió detrás de una pared para no ser descubierto —. Solo saldré a cenar y podemos vernos, si. A dopo.

—No sabía que hablabas italiano —Louis entró a la misma habitación mientras alisaba su camisa y frunció el ceño cuando Harry se tensó.

Harry se acercó y le tomó las mejillas, jugó con ellas antes de besarlo brevemente y atraerlo a su pecho.

—Lo hago, stellina mía, angioletto, piccolino, amuruccio, Vita mia —Ronroneó marcando al omega con su aroma.

Louis hizo un puchero abrazando al alfa por la cintura.

—Hoy no tengo ganas de salir, ¿Podemos acostarnos y ver una película? —Rogó dejándose caer en el pecho del alfa y disfrutando de sus mimos.  

—¿Pasa algo? Eras el más entusiasmado en probar las pizzas de Don Franchesco. —El alfa lo cargó y se sentó en el sillón con el Omega en su regazo.

—Estoy cansado... Solo eso. —Suspiró.

—¿Seguro? —El alfa besó su frente —. Saldré a comer en un rato, no quiero dejarte solo si te sientes mal.

Louis solo asintió.

—Quizás salga a caminar, no me gusta estar solo. —Tiró la indirecta.

Harry evidentemente no la captó.

Wrong Wedding [L.S]Where stories live. Discover now