Si alguna vez estamos juntos...

Capítulo 6

Gael

— ¿Williams?

La molesta voz del entrenador me devuelve a la realidad, se encuentra de pie, frente a mí y con los brazos cruzados, el hombre de un metro sesenta, no para de mirarme como si hubiera cometido el mayor de los delitos y fuera a llevarme directo a la cárcel.

Ni siquiera respondí, simplemente hice contacto visual con el personaje y deje que el mismo se descargara y dijera todo aquello que tenía guardado en su alma.

— ¡Mi sobrino de seis años nada mejor que usted! ¡Eres un desastre! El peor de…—el entrenador continua lanzando toda su artillería pesada contra mí, pero para lo que me importa sus palabras, fingí escucharlo, para que al menos se sintiera un poco importante ahora mismo.

Sí, debo admitirlo, fue un completo asco mi desempeño en el día de hoy.
Pero es como para que él se descargue conmigo solo por eso.

Observo la piscina detrás de él, recordando la primera vez que mi madre me inscribió en clases de natación, me encontraba un poco asustado, pero a la vez, quería intentarlo. Siempre me llamó mucho la atención este deporte, de pequeño no paraba de ver competencias de natación.

Nadar me libera de todo, me hace sentir en completo estado de calma.

— ¡¿Acaso está escuchando lo que le estoy diciendo, Williams?!—fijo mi mirada de nuevo en el entrenador, ¿acaso este tipo no tiene una vida? Todo el maldito tiempo esta criticándome, es lo único que sabe hacer, no importa si soy el mejor, el siempre encuentra la forma de sacar el lado negativo a todo—. Personas como usted, no merecen estar en este equipo, no tiene la capacidad necesaria para…

—Suficiente, ya me hartó— digo con voz firme y me pongo de pie, soy lo suficientemente más alto que aquel hombre, pero eso no interesa, no quería intimidarlo con mi altura, simplemente quiero salir ya de este lugar. Los demás integrantes del equipo y el resto del personal del lugar nos observan, incluso mi mejor amigo quien regresaba del baño, se quedo estático en su lugar—. Solo es un entrenamiento, métase eso en la cabeza. No porque hoy mi desempeño haya sido una mierda, significa que  soy así. Todos aquí saben que soy excelente en lo que hago, y si vamos al caso, sí, sí pertenezco a este equipo, porque me lo he ganado desde hace mucho.

—Solo estas aquí por tu madre, es solo por eso que aun sigues en este equipo, metete ese en la cabeza, Williams.

—Estoy aquí por mis habilidades, no porque mi madre mueva influencias—permanezco un momento en silencio, al darme cuenta de algo—. Pues claro…—me echo a reír, logrando un profundo desconcierto en la expresión del entrenador.

— ¿Qué?

—Ahora comprendo todo. Por eso siempre se queja de mi—el entrenador me observa sin entender aun mis palabras—. Con razón, no es porque su hijo quedó fuera del equipo porque llegué yo, no, no es así. Esto tiene otro trasfondo, usted me odia, porque no soporta el hecho de perder por segunda vez…—dejo aquello al aire.

El rostro del entrenador se tiñe de rojo, por la rabia, aquello me hizo deducir que sabe de lo que estoy hablando. Una sonrisa arrogante aparece en mi rostro cuando observo a los demás en el lugar atentos a la conversación, curiosos por conocer más del tema, y por supuesto, yo daría esa información. El entrenador nunca ha parado de meterse conmigo, de denigrarme en más de una ocasión, y de humillarme solo porque es el entrenador y cree que por eso tiene algún estúpido poder sobre mí.

—Williams…

—No soportas perder de nuevo, primero, pierdes a la mujer con la que estabas obsesionado, contra mi padre, y segundo, viene el hijo de ambos, y destrona a tu hijo, tu rabia es que no soportas eso, ¿pero sabes algo? No es mi culpa que las cosas hayan sucedido de esa forma en el pasado, por favor, supera a mi madre de una vez por todas, ya tienes una familia y ella la suya, cierra esa etapa—el entrenador no para de lanzarme dagas con la mirada, coloco mi toalla alrededor de mi cuello, preparado para retirarme a los vestidores—. Ah, por cierto, no es mi culpa ser mejor que tu hijo, supera eso también.