Capítulo 23

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GAEL


Han transcurrido varios meses y puedo decir que a  pesar de ciertas…cosas que han interrumpido momentos de mi vida. Todo va muy bien.

En el transcurso de estos últimos meses han existido momentos buenos como malos, aunque ya eso es algo normal. Porque así es la vida, no es una línea recta, es más…no tiene una forma definida, porque es muy cambiante.

Pero todo se resume a una frase muy usada en la actualidad: Cualquier cosa puede suceder.

Un ejemplo de ello sería que he vuelto a retomar con mayor interés la natación y los insultos o los comentarios del tonto de mi entrenador ya no me interesan en absoluto. Mi padre ha conversado conmigo, me ha dicho que no le preste atención, que es mejor dejarlo vivir bajo su ignorancia de quererme hacer sentir como un bueno para nada, cuando es todo lo contrario.

Sé muy bien que no soy un estúpido y, aunado a eso, soy excelente en lo que hago.

Entre esas conversaciones que tuve con mi padre, surgió una muy importante, una propuesta laboral…una que todavía estoy pensando.

Hace un mes un amigo de mi padre le ha dicho que está interesado en mi como deportista para ser la imagen de su equipo y así participar en competencias a nivel mundial, lo cual implicaría mucho más esfuerzo de mi parte…mucho más del que ya llevo a diario.

Lo cual, me ha dejado pensando.

Me ha hecho pensar sobre diversos aspectos de mi vida diaria, y, sobretodo, es la primera vez que me he sentido un tanto absorbido o sin salida en toda mi vida.

Desde muy pequeño siempre he rechazado todo, un ejemplo muy grande, es el tener el mejor promedio académico desde niño.

Siempre me ha gustado informarme a través de videos o documentales respecto sobre temas de mi interés. Sin embargo, no es algo que me guste compartir con todo el mundo.

Incluso, una vez de niño me hicieron una jugada mis padres con un amigo que es psicólogo, necesitaban saber si por mis bajas calificaciones yo tenía algún tipo de problema de aprendizaje. Resultó ser todo lo contrario, estoy muy bien…lo único es que, en parte, me da pereza en clase hacer las cosas bien.

Y, también, no me gusta obtener la atención de todos por una nota.

Una calificación no define tu inteligencia, ni te hace más, ni menos.

En realidad, me gusta mucho el camino que tomé. He observado en los años que tengo de vida como muchos se exigen demás por obtener excelentes calificaciones, dejando de lado su juventud y, además, destruyendo su salud mental.

No digo que todas las personas deben tomar mi camino. Porque tener excelentes calificaciones te abren muchas puertas, en cuanto a universidades o al momento de realizar una pasantía. Pero, al final del día, y algo que es muy cierto, es que puedes tener mucha teoría en tu cabeza, pero si no sabes explotarla en tu área, sino eres bueno al momento de la práctica.

Entonces no vale de nada haber leído millones de libros sino sabes cómo dar solución a algo.

Mi mente en las últimas semanas ha estado divida en varias partes, una parte quiere aceptar aquella propuesta laboral, pero otra se lo impide porque ya tengo un empleo, uno en donde estoy encargado de probar videojuegos y evaluarlos en cuanto a calidad. Por otro lado, pienso en mi futuro y en mi carrera profesional, estoy estudiando ingeniería en sistemas, una carrera que ciertamente no era mi primera opción, pero si estaba entre las que llamaban mi atención.

Comencé a estudiarla porque a medida que voy avanzando en ella, puedo decir que me estoy enamorando de mi carrera y no es algo que quisiese dejar de lado…aunque me provoque muchos dolores de cabeza y haga a mi cerebro carburar en ciertas ocasiones.

Si alguna vez estamos juntos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora