Capítulo 27

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Bueno digamos que tengo esperanzas de que la cena no vaya mal, aun no han llegado mi padrastro, ni Samuel. Sinceramente espero que no tarden mucho en llegar porque si no mi madre va a interrogar a Orión y no es plan.

-Bueno... ¿Y que quieres estudiar cuando termines el Instituto?

-Pues... Habia pensado en sacarme un grado en gastronomía y trabajar en el restaurante de mis padres.

Orión parecía tranquilo, desde luego que no debería estarlo.

-¿Cocinero? -dijo mi madre sin mucho entusiasmo. -

-Si, bueno. Chef.

-¿En el restaurante de tus padres?

-Eso he dicho sí.

Mi madre me miró con cara de: ¿de verdad? ¿No habia nadie mejor?

Si, mi madre es bastante clasista, ya os dije que mi madre y yo chocamos mucho, ella es muy antigua. No digáis que no os advertí.

Parece que Orión se dió cuenta, lo vi en su cara y lo dije con la mirada: no te preocupes.

- Y, ¿es a lo que aspiras en la vida? ¿A ser el cocinero en el restaurante de tus padres?

-Mamá, para. -Dije cortante, seca. -

-¿Y tu ahora por qué me hablas así? Cariño solo estoy hablando con el.

-No, no estas hablando con el lo estas despreciando.

-Cariño, tu quieres ser jueza, ¿de verdad quieres estar con alguien que quiere trabajar para sus padres en un restaurante de pueblo?

Orión se estaba empezando a molestar, no me hacia falta mirarlo para saberlo, lo esta despreciando y lo intentaba ridiculizar pero yo no lo iba a permitir.

Me parece bien que el quiera seguir con su negocio familiar, que quiera trabajar duro para que dure muchos años mas abierto, ese restaurante tiene ya cuatro generaciones, no veo como algo malo que el quiera cuidarlo y prosperar con el.

-No veo que tiene de malo querer conservar el negocio familiar que lleva abierto decadas.

Para mi sorpresa no fui yo quien dijo eso, fue Orión. Giré la cabeza a lo niña del exorcista para mirarlo directamente a los ojos.

Sabia que mi madre no se iba a tomar bien su contestación.

Por suerte y por fortuna, se escuchó la puerta del garaje abriéndose, solo podía significar una cosa, mi padrastro estaba aquí. Menos mal, el hace las cenas mas amenas.

Poco después se escuchó la puerta por la que de accede a casa desde el garaje.

-Hola chicas, ¿que tal os ha ido el...

Se quedó callado cuando vió que no estabamos solas, que Orión también estaba en casa.

- Oh, Hola. No sabia que teniamos visita, disculpame.

Sigo sin saber como puede estar con mi madre, lo veo demasiado agradable para ella.

-Es el novio de Celia. -dijo mi madre sin dar detalles. -

-Oh, que bien, encantado, me llamo Jorge, soy el marido de Nadia.

-Encantado, Orión.

En ese momento se estrecharon las manos, de forma tranquila.

Poco después también llego Samuel y nos sentamos en la mesa, mi madre hasta estar todos en la mesa no hizo mas preguntas, Jorge y Orión hablaban de cosas sin importancia, al menos el no le interrogaba, ni le despreciaba.

Samuel no dijo nada, solo se le quedó mirando le saludó y siguió a lo suyo, como siempre, por eso me cae bien, no se mete en mis asuntos ni yo en los suyos a menos que sea necesario.

Mientras estabamos sentados en la mesa Jorge intentó sacar tema de conversación.

-Bueno Orión, cuentame, ¿como os conocisteis?

Vale, pregunta complicada.

Orión pareció pensativo durante unos segundos, normal ¿que le iba a decir? «pues veras, la conocí cuando eramos pequeños, perdió la virginidad conmigo y después ella, su novio, ahora ex-novio, y yo nos montamos un poliamor y ahora resulta que el era un capullo que en verdad no la queria y ella solo se ha quedado conmigo», desde luego eso no sonaba nada bien.

-Nos conocimos hace unos años, en el colegio. -dijo finalmente. -

Mi madre en ede momento se bebió la copa de vino entera, de un trago.

-Que bonito que ahora tengáis una relación, al menos por ahora. -dijo toda sarcasmo ella. -

-Pues yo estaba convencido de que acabaría con Marcos, ¿no era ese el que te gustaba? -dijo mi hermano. -

No abre la boca en toda la cena y justo la abre para decir eso, cojonudo.

-Marcos ya no me gusta, estoy con Orión.

-JA. -fue lo único que dijo mi madre, de esa forma tan ironica, sarcástica que ella tiene. -

-Bueeeeeno... -Jorge dió una palmada. - pues yo creo que es hora del postre, si todo el mundo ha terminado voy sacandolo, he comprado flan antes de venir a casa, ¿te gusta el flan?

Al menos el intentaba hacer sentir comodo a Orión, era un avance.

-Si, claro.

-Perfecto. Amor, ¿me ayudas a traer las cosas?

Mi madre se le quedó mirando y se levanto para acompañarlo sin decir nada.

Cuando fueron a la cocina, se empezaron a escuchar los murmullos de los dos y no se si fue por eso o por otra cosa que mi hermano de repente habló.

-Se que también estabas enrollada con Marcos. -fue lo unico que dijo. -

-¿Y tienes algún problema?

-Pues la verdad es que me da igual. Solo quería que supieras que lo sé.

-Me parece información muy relevante en mi vida, gracias por comunicarmelo.

Toda ironía, en eso es en lo unico que me parezco a mi madre.

-Lo digo enserio, quiero que sepas que no te juzgo y espero que si algun dia me pasa algo parecido tampoco lo hagas.

Iba a preguntar que porque decia eso pero en ese momento aparecieron mi madre y mi padrastro con el postre.

Lo que quedó de cena nos lo pasamos hablando de trivialidades y cuando la cena acabó Orión se despidió de mi con un beso en la mejilla y se marchó.

Mi madre no me dijo nada mas y yo decidí ir a mi habitación, pero antes de llegar me detuve en la puerta de mi hermano y entré para hablar con él de la charla que habiamos dejado a medias.

Tres son multitudWhere stories live. Discover now