Capítulo 30

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He llegado a casa hace un rato después de clase, mi madre también nos ha recogido y la verdad es que pensaba que nos iba a gritar nada más llegar a casa, pero ha estado callada, no ha dicho nada de como vamos solo nos ha dicho que iba a pedir comida. 

-Oye, ¿tu sabés que le pasa a mamá? -dijo mi hermano. -

-No. 

-Pues espero que no sea por lo que le haya dicho el director. 

Mi hermano tiene razón, no tiene que estar nada contenta. A mi me han expulsado dos veces en el mes que llevamos de clase y la verdad es que no se como le estará yendo a mi hermano. 

-¿A tí cómo te va en clase? 

-Hay mas posibilidades de que haya un Apocalipsis zombie antes de que yo apruebe, este año repito seguro. 

La verdad es que me sentí bastante identificada, normalmente saco buenas notas pero este curso entre las expulsiones, mi relación y ruptura con Marcos, mi relación de poliamor, las peleas con Minerva y que estoy intentando descubrir quien le gusta a mi hermano he descuidado mucho los estudios. 

Tengo que ponerme a estudiar sí o sí. Quiero ser jueza y no voy a permitir que estas cosas se interpongan, tengo que recuperar el tiempo perdido con las expulsiones y no puedo meterme en más líos. 

-Oye Samuel. 

-Dime. 

-¿Tu tienes pareja? 

-Sí

Vale no pensaba que me lo iba s decir directamente, pensaba que le iba a tener que insistir y lloriquear hasta que por fin me lo contara. 

-¿Tienes novia? 

No me había dado ni cuenta de que mi madre había vuelto. 

-Si, tengo pareja y vamos muy enserio. 

- ¿Y cuando la vamos a conocer? 

Vale, ¿este es el momento en que mi hermano confiesa y yo le defiendo con garras y dientes? Obviamente lo voy a hacer si el decide contarlo. Es mi hermano. 

-No se tendría que consultarle antes de nada. 

-Bueno espero que sea pronto, después de lo de tu hermana espero que me des una alegría.

-Claro que lo haré. 

Mi hermano y yo nos miramos y ahí supe que iba a traer de verdad a su pareja y que el no tenía el más mínimo miedo, en ese momento me sentí muy orgullosa de él. 

Antes de que mi madre preguntara nada más llamaron al timbre, imagino que sería la comida del restaurante al que había llamado. 

Nos sentamos a comer y antes de empezar me di cuenta de que faltaba alguien. 

-Mamá, ¿donde está Jorge? 

-Hoy no viene a comer. 

No dijo nada más, tampoco hacía falta Jorge no venía a comer muchas veces, a veces tenía que quedarse mas tiempo preparándose algún caso. La cosa se quedó ahí y empezamos a comer. 

-Bueno, después de hablar con el director he decidido que te voy a rebajar el castigo, el lunes que viene podrás salir otra vez, pero te aseguro que si te vuelven a expulsar, vuelves a meterte en cualquier lío, suspendes un solo examen o haces cualquier cosa que no debes la cosa no se va a quedar en un simple castigo, te puedo asegurar que no te voy a dar otra oportunidad, te irás directa a casa de tu padre, ¿me has entendido? 

Preferí no responder porque solo con su mirada quedaba claro que lo decía totalmente enserio. 

-¿Me has entendido? ¿Si o no? 

-Si… 

-¿Sí qué? 

-Sí mamá, te he entendido. 

-Eso espero. 

No hablamos mas en lo que quedaba de comida, joder ahora si que me tenia que poner a estudiar y a recuperar todo el tiempo perdido. 

-Bueno, tenéis que recoger y fregar los platos, yo tengo que irme, esta noche nos vemos, recordad que la cena la hace Jorge hoy.

No hizo falta contestarle, ella subió a su habitación imagino que a prepararse y a coger sus cosas y se marchó.

-Bueno, ¿lo haces tú?

-Por supuesto que si mi señor, ¿necesita algo mas? ¿Que le lave los dientes, que le abanique o un riñon tal vez?

-Lo del riñon suena bien, uno nunca sabe cuando va a necesitar uno de repuesto. ¿Piedra, papel, tijeras? ¿Tres rondas?

-Venga va. 1, 2, 3...

-Claramente he ganado.

-Pero como vas a ganar si tu has sacado tijeras y yo piedra

-Celia, corazón, claramente mis tijeras apuñalan a tu piedra y yo gano.

No sabia si reírme o llorar.

La segunda ronda salió empate. Los dos sacamos Papel.

-Venga va la última, 1, 2, 3...

-Perfecto mi piedra gana a tu papel.

-Como va a ganar la piedra al papel, el papel envuelve a la piedra.

-No, a la mia no, porque mi piedra tiene pinchos para protegerse y destroza tu papel.

-Tengo una idea, tu friegas los platos ahora y yo no te lanzo mi zapato.

-Dios que picada eres, no sabes perder Celia.

-Efectivamente, así que hazlo. Yo tengo mucho que estudiar.

-Bueno pero tu friegas los de esta noche.

Subí sin hacerle ni caso, le mandé un mensaje a Isaac y Gema diciéndoles que el lunes me levantaban el castigo, a Orión se lo diría mañana en clase. Aún sigo dándole vueltas a que sorpresa me tiene preparada para nuestra primera cita.

Tres son multitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora