capitulo 45

9 2 4
                                    

Orión después de eso me ha dejado sola, se ha ido de la cabaña, no se a donde.

La verdad es que después de esto ya ni siquiera me importaba lo que pasara conmigo, es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo.

Me duché cuatro veces seguidas y aún así me sentía sucia, rota.

Un rato después Orión volvió y se tumbó en la cama.

-Espero que entiendas que he tenido que hacerlo.

No respondí.

-Ademas eres mía, puedo usarte cuando quiera.

Después de eso entendí que vivir significaba poder destruirlo, esa era mi meta, acabar con el, hundirlo, antes o después me encontrarían.

•••

Pasaron tres días y aún no nos habían encontrado.

Me gustaría poder decir que Orión no me había vuelto a tocar pero mentiría. Llegó el momento en el que dejé de sentir asco y dolor, simplemente dejé de sentir.

No estaba en la cabaña, me había encerrado y se había marchado a comprar la cena al pueblo que hay en la montaña, imagino que piensan que está aquí de vacaciones.

Escuché cómo abría el candado y entraba.

-Ya estoy aquí.

No le respondí. Aún así me dió un beso. Puso la cena encima de la mesa y me hizo sentarme con él.

No comí, llevaba desde que llegamos sin comer, no pensaba comer nada.

-¿Necesitas ayuda?

Sabía lo que significaba eso, o comía o el me obligaría a tragar.

Me obligué a comer.

-Aun nadie sabe dónde estas, siguen sin pistas, te están buscando.

No respondí, eso me quitaba bastante la esperanza.

Como no respondí Orión se enfadó.

-TE ESTOY HABLANDO.

-Perdoname.

-Ya sabes cómo pedir perdón.

Se acomodó en la silla mientras yo me levantaba y empezaba a bailar mientras me quitaba la ropa.

Cuando solo me quedaban las bragas el me hizo ponerme de rodillas, sabía lo que quería.

No protesté, no me negué, sabía que si lo hacía sería peor. Me acomodé y empecé a quitarle el cinturón para hacerle lo que él quería.

•••

Ya habían pasado siete días, aún no me habían encontrado, los primeros días cuando escuchaba cualquier ruido fuera pensaba que me habían encontrado, pero perdí la esperanza hace tiempo.

Orión no estaba, por las tardes no estaba nunca, imagino que va al pueblo para que la gente no sospeche de él, la verdad es que no me importa, solo sé que estoy mas tranquila cuando el no está.

Está apunto de hacerse de noche así que enseguida va a llegar con la cena, ahora como todos los días, cuando no como Orión se enfada y cuando se enfada me hace sangrar.

Poco después escucho como abre el candado de la puerta y entra, está serio. Mierda.

-Hola amor, ¿qué vamos a cenar hoy?

Si le hablo con cariño no me pega.

Al principio no me dice nada y tengo que insistirle, con cuidado de que no se enfade aún más de lo que ya está.

-¿Amor?

Me mira por primera vez desde que ha entrado y me da un beso.

-Hamburguesas con patatas.

No dice nada mas, está serio, eso siempre es malo.

-Vale amor, me encantan. -le sonrió con la sonrisa más natural que puedo.-

Nos sentamos en silencio, me da miedo que esté tan callado, pero tampoco quiero interrumpir sus pensamientos, cuando lo hago me pega bastante fuerte.

Cuando pasa un rato habla.

-Esta noche quiero que me montes.

Solo dice eso. Me dan ganas de vomitar pero le sonrío.

-Vale amor, me encanta hacerlo.

-Lo sé.

Seguimos cenando en silencio, la verdad es que estoy comiendo mucho más lento de lo normal, no quiero tocarlo y mucho menos que el me toque a mí.

Mientras cenamos escucho un ruido fuera, imagino que no será nada, cada vez que me he hecho ilusiones resultaba que solo era un animal salvaje. Orión ni siquiera le ha dado importancia.

Seguimos cenando en silencio y cuando acabamos Orión se me acerca por detrás y empieza a besarme el cuello y a agarrarme las tetas, finjo que me encanta y hasta suelto algún gemido mientras me toca.

Tengo ganas de llorar pero no lo voy a hacer, cuando lo hago es más brusco.

En ese momento cuando empieza a quitarme la ropa interior escuchamos un sonido

Ese sonido tan simple, que tantas veces he escuchado en mi vida y nunca le he dado importancia, me llena de esperanza.

Alguien ha tocado a la puerta.

Tres son multitudWhere stories live. Discover now