Capítulo 2

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Cerca de la noche, Madison se vistió para salir una vez más. Mark había llegado tarde otra vez de su trabajo y luego de comer un poco cayó rendido en la cama. Habían intentado solucionar sus problemas, pero solo lograron avanzar muy poco. Sabía que su siguiente paso en su investigación era un boliche desconocido con un nombre extraño, un testigo que había hablado con ella días atrás, le había dicho sobre ese sitio donde aparentemente habría visto a Nancy más de una vez con amigos. Madison ter minó de retocar su estilo oscuro como su hermana solía vestir, recogiendo su cabello en un rodete, maquillaje violeta o negro, pulseras y collar de calavera, todo su estilo de negro ajustó el vestido y se abrigó con una chaqueta de cuero. Sus rasgos eran muy similares a los de su hermana, al ser mellizas solo se pare cían por muy poco. Pero cualquier persona luego de dos copas de más las podría confundir fácilmente. Otro detalle diferente de Nancy era que sus ojos eran oscuros y su cabello más castaño. Al fin, decidida, tomó aire y salió en camino hacia ese sitio desconocido.

En la fría noche de la ciudad, a esas horas nada era seguro. Se preguntaba cómo era tan valiente en ese momento y luego el pensamiento de que estaba cada vez más cerca de su hermana le nublaba la razón. Entró por un pasillo tenebroso, el aroma a alcohol y tabaco inundó sus sentidos, también su piel se congeló del temor y la incertidumbre. En letras grandes decía el nombre y supo que era el sitio correcto.

Entró y enseguida chocó con un hombre misterioso que resguardaba la puerta, para su sorpresa la había dejado avanzar. Las luces dejaban ver con poca claridad y llegó a notar a lo lejos una figura que le resultaba familiar. Un grupo de jóvenes se encontraban en un rincón bebiendo y divirtiéndose. Uno en particular, vestido con una camiseta negra y varios piercings en su rostro, con su cabello bien corto y oscuro la miró sonriente.

—¡Nancy! ¡Qué alegría verte preciosa! —Le dio un suave beso en la mejilla, Madison corrió su rostro con disgusto—. Ven con nosotros.

El extraño la acercó a la mesa, enseguida supo que su nombre era Chad y los demás que estaban allí la observaron asombrados.

—Creí que te habías perdido —dijo una mujer de cabello oscuro con sus puntas verdes y también con un piercing en su boca, sonreía y bebía de una botella claramente ebria. Coqueteaba con un hombre de la misma edad. Ese hombre era rubio, con su expresión seria y fumaba un cigarro pasivamente.

—También lo creí —respondió con ironía. En lugar de su hermana, no lograba adornar una sonrisa falsa.

—Le decía a Josh que no ibas a tardar en volver. Ahora debemos ser más cautelosos, Bob ha estado furioso por lo de... —Chad, hizo silencio en el momento en que el rubio misterioso se volvió aún más serio y le hizo señas que callara

—Ve a mirar que todo marche bien —ordenó. Madison conectó sus ojos con los suyos y supo enseguida que había sido descubierta.

—Está bien. Espérame aquí. —Chad se alejó sin pensarlo dos veces, pero de mala gana y ella se quedó allí sin decir una palabra. Hasta que el otro hombre extraño decidió acercarse.

—Ven conmigo —susurró.

—¿A dónde piensas ir? —chilló la joven mujer y este respondió autoritario.

—Te quedas aquí, debo hablar sobre negocios.

La mujer giró sus ojos sin importarle y se marchó en busca de más bebida. Madison no sabía si debía confiar, pero al me nos sabía cómo defenderse si por casualidad la llegara a atacar. Avanzó unos pasos siguiendo sus pasos y deteniéndose junto a una pared en una parte más oscura

—Tú no eres Nancy —apuntó con seriedad, inhalando su cigarro—. No me puedes engañar.

—¿Cómo lo sabes? Tal vez eso quiero que pienses.

Caminando Entre Sombras © AMAZON/KDPNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ