capitulo 1 : Bosque

3 0 0
                                    

Duria se adentró en el oscuro bosque, siguiendo un sendero estrecho y cubierto de maleza. A medida que avanzaba, las sombras se alargaban y el aire se volvía denso. Los árboles altos y retorcidos se alzaban a su alrededor, sus ramas crujían como huesos secos, sus hojas susurraban con una melodía siniestra.

De repente, una visión perturbadora se desplegó ante sus ojos: un claro lleno de rosas gigantes de un color rojo intenso y pétalos amenazantes. Parecían vivas, como si latieran con una energía oscura y misteriosa. Los destellos de luz se filtraban entre los pétalos, creando una atmósfera surrealista y delirante.

La fragancia que emanaban las rosas era dulce pero asfixiante, un aroma embriagador que llenaba el aire y aturdía sus sentidos. Duria podía sentir cómo su mente se nublaba lentamente, mientras las luces parpadeantes y los colores distorsionados creaban una ilusión casi hipnótica.

En el centro del claro, Duria divisó una cabaña abandonada en ruinas. Sus paredes de madera estaban desgastadas por el tiempo y la negligencia, sus ventanas rotas dejaban pasar los destellos de luz, creando sombras danzantes en el interior. Parecía un lugar que había sido olvidado por el tiempo, envuelto en un aura de misterio y desolación.

Intrigada y a la vez llena de temor, Duria dio unos pasos vacilantes hacia la cabaña. Cada crujido de la madera bajo sus pies resonaba como un eco siniestro. Al acercarse, pudo escuchar susurros indistintos que parecían surgir desde el interior de la cabaña, como voces arrastradas por el viento.

Con el corazón latiendo con fuerza, Duria empujó la puerta con lentitud. Crujió de forma ominosa y se abrió revelando un interior oscuro y desgarrado. La luz parpadeante que se filtraba por las ventanas creaba sombras inquietantes que bailaban en las paredes, generando un efecto alucinante y delirante.

Una vez dentro, Duria se vio envuelta en una danza caótica de luces y sombras. El suelo cubierto de polvo y escombros parecía temblar bajo sus pies. Los murmullos se intensificaron, transformándose en susurros incomprensibles que resonaban en su cabeza. La realidad parecía desvanecerse mientras su mente era arrastrada por un torbellino de confusión y delirio.

De repente, un destello de luz cegadora iluminó la habitación, revelando la figura espectral que se alzaba en un rincón oscuro. Sus ojos brillaban con una malicia desconocida, destellando en un tono frío y penetrante. Duria sintió cómo su cordura pendía de un hilo mientras luchaba por comprender la naturaleza de esta entidad sobrenatural.

El terror y el delirio se entrelazaron

La criatura, con su forma amorfa y su vago parecido a lo humanoide, se movía con una gracia macabra y deslizante. Su piel era pálida y translúcida, como si estuviera hecha de sombras vivas. Los destellos de luz que llenaban la cabaña parecían danzar a su alrededor, revelando su contorno inquietante.

Duria se encontró paralizada por el miedo, incapaz de apartar la mirada de aquella criatura que emanaba una presencia tan abrumadora. Sus extremidades se retorcían y se alargaban, como si no tuvieran una forma fija. Los ojos oscuros de la criatura se clavaron en los de Duria, llenos de una sed malévola que parecía traspasar su alma.

El delirio se apoderó de Duria mientras intentaba comprender la naturaleza de aquella criatura. ¿Era un producto de su imaginación o algo más oscuro y tangible? El sonido de su propia respiración se volvió ensordecedor, mezclándose con los susurros ininteligibles que llenaban la habitación.

Sin previo aviso, la criatura se abalanzó hacia Duria con una velocidad sobrenatural. El aire se llenó de un aroma nauseabundo y el viento silbó con un tono ominoso. Duria intentó retroceder, pero sus piernas no respondían, como si estuviera atrapada en un sueño febril.

El roce gélido de la criatura rozó la piel de Duria, enviando escalofríos por su espina dorsal. Su presencia era inquietante, una mezcla de terror y fascinación que consumía los sentidos de Duria. ¿Era esto el amor que había encontrado en aquel bosque de rosas gigantes y ruinas abandonadas?

Justo cuando la criatura estaba a punto de alcanzarla, la luz brillante que inundaba la cabaña se intensificó, envolviéndola en un destello deslumbrante. Duria se encontró de repente fuera de la cabaña, de vuelta en el oscuro bosque de rosas gigantes. La criatura había desaparecido, dejando solo un eco de su presencia en la mente de Duria.

Temblando y con el corazón palpitante, Duria se alejó del claro, alejándose de las rosas y la cabaña en ruinas. Sabía que había encontrado algo que trascendía la comprensión humana, algo que la perseguiría en sus sueños y despertares.

Desde aquel día, Duria se convertiría en una buscadora de la verdad oculta, una exploradora de los límites entre la realidad y la fantasía. Y mientras el recuerdo de la criatura la atormentaba, su sed insaciable de respuestas la impulsaba a enfrentarse a los horrores que se ocultaban en las sombras del mundo.

DuriaWhere stories live. Discover now