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No contesto sus mensajes, ni sus llamadas, ni siquiera era capaz de dejarle en visto, le estaba ignorando, y se estaba volviendo loco. No era tan fácil como ir a verlo o buscarlo, ambos estaban en diferentes partes del mundo, a miles, cientos de kilometros, se iba a volver completamente loco. Tanto tiempo imaginándose diferentes posibilidades para no cagarla, y era lo primero que hacía.

Tenía que admitir, que antes de conocer al Ruso, había sentido una atracción extraña, iba más allá de lo perfecto que patinaba y la admiración que sentía hacia el. La cosa cambió cuando le pidió de ser amigos, a cada paso que lo iba conociendo entendía que su atracción hacía Plisetsky, no era gay, pero había quedado enamorado del rubio.

No quería perderle, se había convertido en una persona muy especial para el, y así cerró su boca por años. También siendo su propio problema de vida para conseguir pareja o intentar relacionarse con mujeres, siempre pensaba en Yuri. Por eso sus relaciones no pasaban de sexo y besos, y tampoco hacía falta recordarle una vez que tuvo sexo y dijo el nombre del rubio. No hacia falta.

_. ¡OTABEK SACA ESA MALDITA CARA DE AMARGADO!─Su hermana, quien tenía poca paciencia, y de una carácter bastante fuerte le arrastraba por la ciudad_. No te contesto los otros quinientos mensajes, que le mandes otro mas no va a hacer que te responda.─El moreno guardo su celular de mala gana y esta vez presto atención a la pelinegra.

_. ¿a que me trajiste? Sabes que no estoy de humor.─La contraria carcajeó.

_. Para que seas mi recoge bolsas.─Bromeó_. No es mi culpa que te pongas cachondo con un poco de alcohol.─Otabek le miró mal_. Sinceramente entiendo al chico, recién esta pasando a la vida adulta. Su primer y único amigo fuiste tu, dudo que sea una persona muy sociable romanticamente. Apuesto que fue su primera vez, Imagínate perder tu virginidad con tu amigo mas preciado, seguro entró en pánico el pobre. Yo estaría muy avergonzada. Aunque... ya es un adulto, si no te responde ya es preocupante.

Otabek no lo pensó, no pensó que esa pudo haber sido la primera vez del Ruso, esto empeoraba aún más las cosas, le agradaba la idea egoísta de ser el primero, pero en términos de su relación con el rubio, la cagaba en todos los sentidos.

_. Deja de preocuparte. Son las personas mas unidas que conocí, una cogida no creo que los separe.─Tenía su forma de decir bruscamente las cosas, de la cual ya estaba acostumbrado.

_. Cuando se arreglen. Quiero que lo traigas, lo quiero conocer fuera de una pantalla─Nunca había traído a Yuri a su país natal, y había conocido a parte de su familia por las cientos de videollamadas que había hecho con el_. Ahora anda. Quiero ropa, y mucha.

Continuo insistiendo los siguientes dias, mandando uno o dos mensajes la semana, a la segunda semana se negó a seguir escribiendo, había entendido por completo que no le iba a responder. Hasta había visto por las historias en las redes sociales de Mila que seguía patinando, al menos sabía que estaba vivo.

Solo llamó una única vez en la última semana, que mínimo sintió varios tonos antes de que colgase, no le quedaba otra que rendirse, parecía que el rubio no lo queria en su vida en ese momento, ¿se sentiría asqueado?¿se habrá enojado demasiado con el?

¿Quería terminar con todo el vínculo que tenían en todos estos años?

Frunció el ceño otra vez, mientras se recostaba mirando su propio fondo de pantalla, en el cual se encontraban ellos dos en su motocicleta. No quería perderlo, si su amor no era correspondido, quería seguir permaneciendo a su lado.

[...]

Vergüenza. Eso era lo que sentía Yuri desde que se despertó esa mañana y vio el cuerpo desnudo de Otabek a su lado, lo primero que vino a su mente era huir y que su vuelo se iría sin el. Lo único que recordaba su cabeza eran muchas escenas de como su cuerpo se fusionaban, y como el era el que lo había seducido para terminar en eso.

Stupid Question [Otayuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora