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"Okay, ¿qué tal ahora?" Su amigo le preguntó después de un rato, provocando que tragara en seco y se encogiera en el asiento del copiloto que el otro manejaba. "¿No vas a contestarme otra vez?" Le preguntó, obteniendo silencio como respuesta. "Yoongi ya pasó-"

"Media hora." Lo interrumpió con irritación, mirándolo con el ceño fruncido. "Ya lo dijiste."

"Si." Confirmó sus palabras. "Pero eso lo dije hace quince minutos." Yoongi bufo en respuesta, cruzándose de brazos. "Mira, yo se que te he estado presionando todo este tiempo para que hagas algo y claramente estoy más emocionado yo que tú, pero podemos volver a casa con Holly."

"¿Para qué?" Le preguntó de vuelta. "¿Para que vuelvas a fastidiarme? No, gracias."

"¿Qué te cuesta aceptar que te gusta mi compañía?" Le preguntó ofendido. "No soy un mal compañero."

"No limpias tu habitación, dejas la ropa tirada, te la pasas pidiendo comida rápida, estás entrenando a mi perro para ser tu cómplice de travesuras y tiraste todas mis bebidas alcohólicas." Le recordó, su amigo le sonrió con orgullo. "Deja de sonreír así, Taehyung. Es insoportable."

"Ah-ah." Exclamó, misma muletilla que sacaba de quicio a Yoongi. "Es-"

"Insoportable." Lo interrumpió, provocando que el otro rodara los ojos.

"Es-"

"Insoportable." Reafirmó. El menor frunció el ceño.

"No es-"

"Es insoportable." El mayor aseguró.

"Tú eres insoportable." Se defendió. Sus mejillas se habían encendido de un tono rojizo que casi lo hacía lucir adorable, Yoongi sabía que lo estaba enfadando, mismo que provocó una sonrisa en sus labios.

"Okay, vete de mi casa entonces."

"No." El menor protestó. "¡Deja de echarme!"

"No hasta que lo consiga."

"Yoongi." Murmuró entre dientes con enfado.

"Taehyung." Le respondió con calma, arqueando una ceja en su dirección.

"Lárgate de mi coche y ve a tocar en esa puerta antes de que yo mismo me baje y empiece a hacer cosas por mi cuenta." Alzó la voz irritado, cruzándose de brazos y apartando la mirada de las burlonas facciones del mayor.

"Por favor." Pidió poniéndose cómodo, acurrucándose contra el asiento.

"¡Por eso Jeongguk te dejó!" Se quejó en un gritito, mismo que borró cualquier rastro de diversión del rostro del mayor, quien atinó a encogerse, apartando la mirada hacia la casa del otro lado de la calle donde estaban estacionados.

Habían sido unos últimos meses demasiado abrumadores.

Yoongi estaba acostumbrado a vivir con su mejor amigo, o quien solía serlo, lo conocía desde pequeño y congeniaban muy bien. Tenían la química perfecta que los hacía vivir en armonía, cada uno tenía sus responsabilidades y entre los dos habían adoptado un perro, todo era perfecto. O al menos eso creía el mayor de los dos.

Con Jeongguk las cosas eran más fáciles.

Los quehaceres de la casa se dividían entre los dos, Jeongguk le daba mantenimiento al jardín y Yoongi lavaba la ropa, con jabón hipo alergénico porque su mejor amigo tenía la piel muy sensible. Jeongguk cocinaba la cena y Yoongi el desayuno, asegurándose de agregar algo dulce porque así le gustaba al menor.

Tal vez en algún punto Yoongi comenzó a pedir servicio a domicilio para la cena y Jeongguk empezó a lavar su propia ropa porque ambos habían conseguido trabajos estables que les arrebatan un poco de su tiempo, pero las cosas estaban bien... Hasta que Jeongguk tuvo su primer ascenso en el trabajo y Yoongi no pudo ir a su pequeña fiesta, o cuando Jeongguk calificó como el empleado del mes y ganó una cena en un restaurante muy lindo al que Yoongi nunca llegó.

Secreto. (Yoonkook/Koogi AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora