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Poncho trabajaba como loco y al final de la tarde ya estaba despidiendo a la secretaria y prácticamente arrastrando a Any al ascensor.

Any: ¡¿Cuál es la prisa?! - No pude contener la risa.

Poncho: Eso de tu culo y tus nalgadas ha estado en mi mente todo el día.

Any: ¿Hablabas en serio? - la voz tiembla entre el miedo y el deseo.

Poncho: Podemos pensar en dar nalgadas, pero necesito tocarte toda desnuda, realmente lo necesito. - sonrió maliciosamente.

Tomando su cara entre sus manos, la besó, un beso profundo y caliente, empujándola contra la pared del ascensor. Deslizó una mano sobre el trasero de Any, levantando una pierna para encajar mejor.

Any gimió al sentir la dura erección presionando su vientre, si no fuera por el timbre del celular de Poncho, se habrían perdido dentro de ese ascensor.

Poncho: Esta es Maite. - respondió desanimada mientras Any arreglaba su ropa - No Mai, no voy a ir a mi departamento… porque salgo con Any… no, no puedes ir con nosotros… te conozco Eres inteligente, así que averigua solo lo que hacen una pareja de enamorados... - Any se sonrojó violentamente y se rió - Está bien, podemos arreglar algo mañana... está bien Mai, te lo enviaré... a ti también . Beso primo. - Apagó su celular.

Any: ¡Poncho, cómo puedes decirle tal cosa a Mai! ¿Qué pensará ella?

Poncho: que necesitamos privacidad. - La abrazó y besó su rostro - Ahora vamos directo a tu departamento, es una tortura pasar el día a tu lado solo imaginándolo, sin poder tocarlo.




Any apenas cerró la puerta cuando fue jalada contra el pecho de Poncho, él entrelazó sus dedos en su cabello y bajó su boca sobre la de ella con desesperación y pasión. Él la levantó del suelo, obligando a Any a envolver sus piernas alrededor de su cintura y sujetarla contra la pared.

Poncho: Sabes que odio cuando estás cerca de Dereck, ¿no?

- preguntó entre besos y mordiscos que repartió por su cuello.

Any: si - respondió sin aliento.

Poncho: No te quiero cerca de él. - mirándola fijamente - Abre los ojos Anahi.

Any respondió a la orden aún perdida en la niebla del deseo.

Poncho: No te quiero cerca de él. - repitió de nuevo.

Any: si

Poncho: eres mío. - dijo mientras la llevaba al dormitorio.

Any: tuyo, solo tuyo. - gimió frustrada cuando él la soltó sobre la cama - ¡Poncho!

Poncho sonrió y lentamente se quitó la ropa pieza por pieza. Mordió su cuello, lamió sus pezones, besó su vientre, torturándola lentamente, llevándola al borde del orgasmo pero siempre alejándose antes de que pudiera liberarse.

Any se retorcía sobre las sábanas, necesitando sentir, tocar y ser tocado por Poncho.

Se acostó en la cama esperando, Any despertó de su letargo y con manos ávidas lo desnudó, saboreando cada toque. Poncho la levantó y deslizó su miembro dentro de ella, caliente y suave, haciéndolo gemir.

Tú Mejor  amigoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora