1 | Stupid Lies

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📍29 de mayo de 2021| Los Ángeles, California.

Isabella P.O.V.:

¿Si podías representar tu vida en una frase cuál sería?

La mía sin duda era "¿Por qué hice eso?"

Porque de verdad, ¿por qué hice eso?

Para empezar, solo con venir a Los Ángeles donde mi padre vivía gloriosamente su solteria mientras yo trabajaba de maquillista ya que a pesar de que ingresé unos años a la universidad, la comunicación social no era mi "alma mater" ayudó a ciertas cosas de mi carrera más un postgrado de marketing digital. Todo por mi amor al maquillaje.

Además, gracias a la ayuda de mis primos, impulsaron mi carrera de cierta manera que estaba haciendo una pequeña población de seguidores, pocos, pero honestos. Y no solo eso, sino que entre la propia familia a veces era la asignada "maquillista" para las reuniones o eventos estrafalaríos donde a veces en broma me molestaba con ellos por llamarme a última hora, pero al final lo hacía.

Porque era mi familia, la única que tenía.

Terminé de arreglar mi vestido veraniego color azul pastel que resaltaba la piel blanquecina que me reconocían en todas partes, para después echarme un vistazo. Nada mal.

Me quité del espejo que estaba en uno de los pasillos de la casa y busqué a mi padre que posiblemente estaría revisando que todo estuviera equilibrado para esta noche o al menos revisando que nada estuviera fuera de lo común en sus planes.

A cambio de mi, mi papá era normal, y yo era la que tenía el tic perfeccionista heredado y bulleado por él.

Pero a mi parecer, estaba disfrutando con su hermano y la familia en una mesa que estaba a un lado del patio de la casa donde la sombra los acompañaba y el clima fresco de los Ángeles movía las hojas de los árboles. La música de ambiente, el bullicio y la algarabía de las conversaciones se escuchaba como una armonia que me tomaba en brazos y me abrazaba como "casa".

Extrañaba mi casa.

Mi teléfono vibró en mi mano y rodé los ojos, sabiendo quien era el responsable.

No lo revisaré, no. No lo haré.

No y no...

—¡Chichón de piso!—y ahi se iba todo el encanto. Intenté no rodar los ojos ya que todos voltearon a verme por el apodo dicho por Sebastián, que paso su brazo por mis hombros para acercarme a él y darme un beso sonoro en la mejilla—Tiempo sin vernos chica, ¿qué tal tu vida?

My Funny Valentine || Paddy Gibson ©Where stories live. Discover now