Había una vez, una chica venezolana con mucha sal que bla bla bla bla ¡bla!
Nadie quiere leer la introducción, eso siempre es lo más seguro, a lo que resumiré esto de una forma más dinámica.
Isabella Salazar (yo) + Mi gran impulsividad + una mentiri...
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📍 18 de Junio de 2021 | Budapest, Hungría.
Isabella P.O.V.:
Subí mi mirada del teléfono, dejándolo a un lado mientras el rubio hacía lo mismo y le agregó un puchero a su expresión.
—No uses la manipulación de esa forma.
—¿Pero está funcionando?—cuestionó, mientras batía las pestañas hacía mi y lo único que logró fue hacerme reír. Noté su sonrisa de reojo y, se inclinó un poco hacía mi esperando mi respuesta y, haciendo mi corazón latir con rápidez.
—Estoy al frente tuyo, Patrick, ¿por qué no me pides el número ahora?
—¿Entonces eso es un si?—replicó con un poco de emoción y sus ojos azules volviendo a brillar con inocencia. Se veían tiernos.
Recuerda Isabella, esto es falso.
—¿Y cómo me comunicaría contigo?—dije obvia, y él se rió haciendo que mis labios surcaran una sonrisa moderada aunque tímida por la bruma de sentimientos que se revolvían en mi estómago.
Como pueden ver, sí. Sí, se logró la cita.
Ya era hora del almuerzo, nos habíamos metido en un restaurante de comida china como si no hubieramos pasado todo el día merodeando en la ciudad mientras hablabamos acerca de lo que veíamos en nuestro alrededor.
Patrick era bastante divertido y encantador, si hablabamos de sus gestos.
Como por ejemplo, cuando tomó mi mano al recogerme en donde me estaba hospedando y no me la soltó mucho con la excusa de que teníamos que "prácticar". Sabía que era un chiste, pero, en realidad tenía que dejar de sonrojarme por cualquier roce que tenía con el irlándes.
Aunque era inevitable, me ponía muy nerviosa y aún más con su outfit de su parte superior de hoy. ¿Franela sin mangas? Conocí mi nuevo enemigo que enlistaban "mis nervios".
Mentalmente regañaba a mi papá de haberle puesto una rutina de entrenamiento más pesada que la mía, aumentando la masa muscular del rubio y lo lucía muy bien en sus brazos, que evitaba verlos por mucho tiempo, pero odiaba lo mucho que me distraía o al menos, lo que causaba en mi, cuando pasaba su mano por mi cintura suavemente, pero sintiendo su brazo casi rodearme todo el cuerpo.
La diferencia de altura y tamaño, me estaba dando migraña de una buena forma.
Paddy me devolvió mi teléfono, rozando sus dedos con los míos a lo que ignoré las cosquillas que recorrieron por mi cuerpo por ese simple toque, cambiando el peso de mi pierna a la otra que estaba encima de esta.
—¿En serio? ¿Te agregaste como "Principe Nikolai"?—comenté leyendo el contacto, y luego viéndolo divertida a lo que sonrió con inocencia, colocando su brazo en el espaldar de mi silla dejándome encerrada en sus brazos y la mesa pegada al ventanal del lugar.
