48. Verdades Que Separan

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Desde que Eduardo y Matilde tuvieron que entregarle todo en compensación a Daniel, y comenzaran los procesos de fusión de las tres empresas, la de Daniel, los Beltrán y los Santibáñez habían pasado cinco meses.

Todos trabajaban sin descanso, excepto Bárbara y Regina que estaban en plena luna de miel. Se ausentarían un mes. Mientras la abuela, otra gente contratada y Andy con sus tres empleados mantenían las ventas.

Daniel no paraba de reunión en reunión, junto al especialista y todo el grupo de gente que colaboraba. Valeria lo seguía a todos lados, pegada a él como una garrapata. Tanto que ya estaba molestando a Sabrina. No vio nunca con buenos ojos a esa mujer. La consideraba falsa, su refinamiento y elegancia, no era natural en ella. Sabrina nacida y criada en el lujo, podía oler a distancia las intenciones con Daniel.

Incluso le preguntó a Daniel que pretendía con ella, él le aseguró que, tras terminar el proceso formal de todo el papeleo, la despacharía.

Andy por su parte, no daba abasto en el aumento de sus ventas en su propio negocio, manejar las ventas de sus hermanas y ayudar con sus conocimientos en la fusión. Apenas si le quedaba tiempo para dormir. Pero lo prefería así, para no pensar.

Tenían planeado en un plazo de un mes, terminar toda formalidad, para dar el vamos, a la etapa práctica de la fusión. Y Andy debió volver a la ciudad a preparar el traspaso de la información de las dos compañías que le faltaban, la de Daniel y los Santibáñez. Para migrar sus sistemas a las nuevas tecnologías, reemplazar equipamiento antiguo y, sobre todo, hacer una copia de toda la información que estaba en los equipos principales de la empresa Santibáñez.

Los tres departamentos de relaciones públicas de las tres empresas a fusionar, tenían ese mes para armar el evento del año. Una fiesta en donde se daría la marcha al funcionamiento de las tres empresas bajo un solo nombre.

Sería una fiesta en donde se juntarían todos los accionistas y altos ejecutivos de las tres empresas. Y usarían este evento para dar más publicidad a la nueva corporación.

Mientras tanto en una clínica clandestina en el extranjero una joven se realizaba una cirugía estética, en rostro y cuerpo. Llevaba meses cambiando su aspecto, para ser idéntica a otra persona que quería imitar.

Bajo las gazas que cubrían su rostro, sus ojos vacíos miraban la vista de la ventana y su teléfono sonó.

—¿Qué tal tu recuperación? ¿Duele mucho? — preguntó una mujer, la que pagaba sus cirugías.

—Bastante, pero he soportado mucho más, no te preocupes. Él solo pensar que tras esto cumpliré mi sueño, hace que todo sea más soportable. — dijo la joven hablando mal debido al vendaje.

—Tienes que ver todos los videos que te envié. Aprende sus movimientos, no te olvides, su forma de caminar, como mueve las manos, todo. Ahora tienes una nueva identidad. Y debes sacarle el máximo provecho para todo lo que quieres hacer. — dijo la mujer

—No te preocupes, tenemos tiempo todavía y ya he estudiado hasta como respira. Todo saldrá según lo acordado. — dijo la joven, tocando levemente su rostro.

—Bien, solo sigue preparándote, pronto iré a visitarte. — dijo la mujer y colgó.

—Los ojos de esa joven que tomaría una nueva identidad, ahora parecían cobrar un poco más de vida. Con la promesa de cumplir sus sueños y todas las cosas pendientes que tenía en su cabeza.

Y en la ciudad natal de las hermanas, Sabrina salía llorando de la visita que le hizo a Amaro. Se metió a duras penas en su auto, ahogándose en su desesperación. No podía salir de inmediato del estacionamiento, todo su cuerpo temblaba de la impotencia y el dolor.

Enemiga del CEOWhere stories live. Discover now