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- ¿Qué tan arrogante, fuerte y vanidoso te sentiste al darte cuenta de que Axel no podía pelear contra ti y pudiste agredirle sin mayor complicación?

- No comprendo su pregunta.- negó.

- Sabes perfectamente de qué estamos hablando, Gilbert Atxa. Amenazaste a Axel Gómez para que no pidiera ayuda, te aseguraste de que actuara normal delante de William, y te aseguraste mezquinamente de que ese pobre chico desapareciera después de abusar una y otra vez de su pobre cuerpo...- la mirada del castaño se fue oscureciendo con cada palabra que salía de los labios de su majestad.- Pero su correspondencia con su mejor amigo desde la infancia, el comandante de mis ejércitos, Eiver Leila, nos ha revelado que tus ojos rojos causaban pesadillas y fulminaron la autoestima y la vitalidad de ese muchacho... Por tanto, creo que ya no te quedan argumentos para aguantarte fuera de la culpabilidad.

Hubo un nuevo silencio en el juzgado.

- ¿Tienes algo que decir antes de deliberar?- Gilbert se mantuvo en silencio.- Bien... Por los poderes que me otorga esta cámara y en nombre de todos los que estamos aquí presentes, bajo una cámara unida bajo la decisión de todos los jurados... ¿Hay alguien en contra de la decisión unánime?- no hubo nadie.- Y por la voz que me otorga ser el dirigente de esta cámara... Declaro a Gilbert Atxa Hernández culpable de los siguientes crímines: agresión sexual a Axel Gómez, encubrimiento pruebas, acusaciones falsas, extorsión y abuso psicológico. Por todos estos crímenes, se declara la pena máxima, Gilbert Atxa queda sentenciado a: pena de muerte. William Atxa queda absuelto de los crímenes de los que ha sido acusado. La ejecución se celebrará mañana al mediodía. Tu ejecutor será William Atxa.

William y Gilbert se estremecieron al notar como las tornas habían cambiado entre ambos. El día anterior, Gilbert estuvo a punto de saborearse los labios mientras alzaba la katana dispuesto a disfrutar hasta el último de los segundos que la vida de su primo durase. Y ahora era Gilbert el que iba a respirar sus últimos alientos, que iban a ser arrebatados por William.

...

Al día siguiente el sol había desaparecido detrás de las nubes grises, era un día fresco y húmedo, su cuerpo se estremecía con cada paso que daba en el porche de aquella academía para ejecutores. El silencio había cundido durante todo el día, y durante la hora de comer se hizo al menos cinco minutos de silencio en honor y memoria a Axel Gómez, pues su verdadero agresor había sido sentenciado y con ello, su alma podría descansar en el más allá. Después de esos cinco minutos de silencio, el reloj marcó las doce y la ejecución de Gilbert se puso en marcha.

William había estado gran parte de la mañana desde el amanecer delante de la espada con la que iba a estar bautizado como miembro oficial entre los aprendices de alto rango y pasaría a ser maestro de uno de los novatos que recién llegaban, asimismo su entrenamiento se basaría en la perfección de su corte hasta ser capaz realizar una decapitación sin que el criminal sintiera dolor. Su primer criminal no era nadie más y nadie menos que su primo, temía no hacerlo bien, los huesos de espalda eran un lugar muy complejo y duro, los huesos de la columna debían estar alineados y debía ser un corte limpio que profanara justo el hueco milimétrico de las vértebras, sino, el corte hace sufrir al criminal, pues no es un corte limpio y empieza a desangrarse dolorosamente mientras se mueve y agoniza, y el final de su vida no es más que una agonía y dolor.

Es cierto que Axel había sufrido durante un año entero aquella conducta de agonía, desesperación, incertidumbre y dolor, y Gilbert no parecía haberse preocupado en absoluto por esos sentimientos, pero William no era así, no podía arrancarse todos los sentimientos del cuerpo y pensar en el único deseo de la rabia que sentía porque la vida de Axel terminara tan abruptamente.

Todo estaba preparado, William había tomado la katana de forma ceremonial y colocó la vaina en su cintura después de vestir sus prendas oficiales, su mirada se reflejaba en el espejo con miedo y su reflejo en el agua mostraba el remolino de emociones en su cuerpo. El reflejo de la espada mostraba una figura negra en su reflejo, el metal de espada siempre muestra la verdad, y lo único que tenía por dentro eran inseguridades y una tensión que lo carcomía por dentro. Tenía que concentrarse y dejar ir aquellos sentimientos, aquellas emociones estresantes y volverse un mar en calma. Suspiró profundamente.

Sus pasos recorrieron el patio, se encontraba delante de su primo, quién sus gafas habían sido retiradas y entregadas solemnemente a su padre, su frente estaba pegada al tronco en el que sería ejecutado ante el duque. Sus movimientos erráticos y nerviosos, sus manos atadas a la espalda, todo era clara evidencia de que no quería morir. Nadie quería morir ejecutado. Los hombres que sujetaban su espalda no hacían mucha fuerza a pesar de que Gilbert se oponía, pero tampoco tenía una fuerza formidable con la que liberarse. William alzó la katana, célebre, fuerte, controlaba los temblores de sus manos con una mirada determinada, su mente se volvía un calmado mar, una pacificación interna, el océano a sus pies, las olas relajadas, el velero pudiendo navegar en su mente... las nubes, el sol, la luz, los olores primaverales estimulaban sus sentidos. La primavera siempre había provocado algo en él, una conexión que no comprendía y una calma que resultaba satisfactoria... Solo gracias a ese olor a hierbabuena fue capaz de relajarse.

- Espero no haber interrumpido...- Gilbert dejó escapar un largo suspiro de alivio al ver que la tensión se había relajado de repente.- Estupendo, llego justo a tiempo...

William bajó la katana a un lado de su cuerpo y después la guardo lentamente con un sonido metálico escalofriante y agudo.

El chico que había interrumpido era el hijo mediano del monarca. Sus cabellos eran rubios oscuros, atados en una coleta baja, pero con un flequillo que cubría parcialmente su frente, sus ojos tenían una sorprendente heterocromía verde y azul, su piel era pálida como la del monarca. Se encontraba subido sobre un corcel de pelaje color crema y crines claras. Sin bajarse del caballo se dirigió hacia el duque.

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Gil es uno de los personajes que más amo de todos mis personajes, espero que su desarrollo como personaje esté a la altura a lo largo de la historia, y que no se vea excesivamente forzado...

Quiero decir, intento desarrollarlo adecuadamente, pero es complicado cuando ha violado a un aprendiz hasta el punto de hacer que se suicidara...

QwQ

Aquí las opiniones --------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1145 Palabras]

56.- El Oasis de la Vida Eterna (crossover Jigokuraku)Where stories live. Discover now