Cap. 7 - Explicaciones

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Los días fueron pasando, y la intriga de Luna por saber quién era su padre fue disminuyendo. No obstante, Amelia una noche le confesó a Luisita sobre la conversación que tuvieron, y que la pequeña ya era conocedora de su relación.

- Ahora entiendo porqué ya no me pregunta qué haces aquí todas las mañanas...- dijo Luisita - Como tampoco le da mucha importancia al hecho de vernos dándonos muestras de cariño...

- Aún así, creo que le debemos una explicación formal... - soltó Amelia - Solo tiene mi confirmación, pero creo que estaría bien que tuviese la de las dos, y resolver algunas de las dudas que tiene, como niña que es...

Y así hicieron. Aprovecharon esa noche de viernes, donde solían pedir pizzas y cenaban viendo alguna película de las tantas plataformas que tenían contratadas.

- Luna, cariño... - llamó la atención su madre antes de darle al play a la película escogida.

- Tu madre y yo queremos hablar contigo, y creemos que ahora es buen momento... - siguió la morena.

- ¿Me vas a contar ya quién es mi padre? - soltó sin temor Luna.

Las mayores se quedaron paradas al ver su forma tan directa de sacar el tema, pero eso no las frenó.

Amelia dió pie a Luisita, ya que consideraba que era ella quien tenía que marcar el ritmo, y contar lo que ella considerase.

- Mi vida, antes de responder eso, queremos hablarte de algo... - dijo la rubia.

- Sois novias, ya lo sé. - soltó la pequeña - Me lo contó la tita...

Luisita miró a Amelia, y esta levantó los hombros.

- Pues ya estaría, ¿no? - dijo Amelia riéndose - Tantos nervios para esto...

- Los abus ya me lo dijeron... Sois como dos adolescentes ciegas de amor... - exclamó Luna

- ¡Pero niña! ¿Con tus abuelos hablas de nosotras? - preguntó la morena.

Luna asintió sin preocuparle mucho la reacción de las mayores.

- ¿Me vas a decir quién es mi padre? - preguntó Luna insistiendo.

- Verás, cuando me quedé embarazada de ti, Amelia estaba en Barcelona terminando la universidad... - empezó Luisita - Yo estaba aquí en Madrid, y me sentía muy sola...

- Tu madre con esto, no quiere decir que te tuviera por ese sentimiento... - le ayudó Amelia - Lo que quiere decir, que por sentir eso, se pudo centrar en ella, y en las prioridades que quería llevar a cabo.

- Y como en ese momento, Amelia y yo estábamos pasando por un momento muy delicado en nuestra relación de pareja, decidimos darnos un tiempo... - continuó Luisita.

- Pero con la promesa que siempre que una de las dos estuviera mal, llamaría a la otra... - dijo la morena.

- ¿Y tita, tú cómo estabas? - preguntó Luna.

- Yo estaba muy preocupada. - confesó mirando a Luisita - Casi no me concentraba, los exámenes los aprobaba pero no con la nota deseada... Todo se dificultó, y la distancia no ayudó... Pero encontramos la manera de ser fuertes, de estar la una con la otra, y hacíamos viajes express de un fin de semana para vernos siempre que podíamos, para intentar recuperar aquello que en algún momento se perdió... - terminó diciendo.

- Y en esos viajes, empezamos a escribir un diario en una libreta... - dijo Amelia.

- ¿Con una luna? - preguntó curiosa la pequeña.

- Con una luna. - confirmó la morena.

- He visto como mami alguna vez la leía, y lloraba con una sonrisa... - murmuró Luna, bajo la mirada de su madre.

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⏰ Last updated: Jun 29, 2023 ⏰

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