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La mansión en la que habían arribado era de nadie más ni menos que de Choi San. Era dueño de una buena cantidad de propiedades alrededor del mundo gracias al éxito de la compañía que ahora tenía en manos. A pesar de que Wooyoung venía de una familia de dinero su casa era más pequeña que esta y la verdad que incluso lucía mucho más viva que este lugar semejante a un palacio vampírico. Tenía un alto techo del cual colgaba una araña adiamantada, reflejando lo brillante sobre unas paredes de un gris oscuro que hacía conjunto con el piso de madera oscura. El lugar era sombrío pero tenía buena iluminación, la decoración era escasa, a lo que muchos llamarían minimalista. 

Había admirado por igual la entrada, los exteriores de la casa en forma de "L" era de paredes de piedra grisácea con techos negros, un montón de enormes ventanales en el centro y ventanas más pequeñas que la hacían ver como un castillo pequeño, podía decir que fácilmente era un lugar de tres pisos y los alrededores estaban llenos de arboles enormes que formaban un bosque, pinos y bastante mas flora. Había unos cuantos autos de lujo estacionados afuera, todos en color negro. Al parecer al hombre le gustaba dicho color.

El recibidor no tenías mas que unas cuantas plantas y un lugar donde colgar abrigos, era un pasillo que te llevaba a una gran habitación abierta que tenía un enorme par de escaleras y en el centro una entrada a lo que supuso era el resto de la casa. 

El omega, que seguía vestido con lencería pero ahora encima le cubría el saco de Choi San, quien se lo había entregado después de unos lentos minutos en silencio en la habitación donde se habían encontrado. Miró al alfa, lucía frustrado y conmocionado. No supo que hacer ante tal situación. Acababa de ser comprado por el atractivo hombre que frotaba su frente en medio de una gran habitación de su mansión y con los primeros botones de su camisa sueltos lo cual dejaba ver parte de su pecho marcado. Aquello lo hizo ruborizar y desviar la mirada. Estaban completamente solos en el lugar, antes de entrar le había dado indicaciones a unos hombres de que se quedaran afuera. Ellos los habían acompañado desde que salieron del club, dos en el auto en el que viajaron como pasajeros en la parte de atrás, fueron seguidos por un auto mas con otros dos hombres y por igual unos mas frente a ellos. 

Después del accidente por el que Wooyoung había pasado subirse al automóvil fue más difícil de lo que pensó, su cuerpo tembló como si estuvieran a menos de 5° grados, estuvo tenso todo el camino bastante largo que recorrieron hasta el lugar aislado en el que ahora se encontraban. 

— Sígueme. - habló el hombre después de unos largos minutos en los que tuvo que cubrir su entrepierna con ambas manos pues aún estaba avergonzado de llevar esas ropas tan reveladores frente al alfa. 

Desde que estuvieron juntos la primera vez, cara a cara, a menos de tres metros de distancia, el omega pudo oler a la perfección el aroma de las feromonas que bañaban al hombre, aunque podía sentir uno que otro olor de omegas desconocidos para ambos, omegas que no habían pasado la oportunidad de impregnar su escancia al momento en que San pasó a su lado solo por unos segundos, queriendo marcar un territorio bastante difícil de poseer. Su olor personal era mucho más fuerte que todos esos, un olor tan atrayente al que era fácil acostumbrarse. El olor refrescante combinaba con él a la perfección, era un olor agradable y relajante que lo mantenía con las defensas bajas. 

En vez de ir por entre las escaleras el alfa fue a un pasillo que Wooyoung apenas y habías notado, pasaron un largo tramo hasta que llegaron una habitación de paredes oscuras, en el lugar había una barra de bar con un montón de licores detrás de ella. Un área llena de libros que lo hacia parecer una biblioteca por la cantidad de estantes que decoraban las paredes. En el otro extremo se encontraban un montón de sillones de cuero negro en frente de unos ventanales enormes que dejaban entrar la luz de la luna, iluminándolos junto a un montón de pequeños focos amarillentos que colgaban del largo techo. A un lado de la estancia pudo ver una escalera que te llevaba al segundo piso, por la amplitud del lugar no pudo ver lo que había ahí. Se preguntó si podría llegar a recorres todo el lugar. 

Choi San lo invitó a sentarse en el enorme sofá, este aceptó la invitación y fue a donde se le había llamado. Por otro lado, San caminó hasta el bar, tomando una de las botellas y vaso de whisky para llenarlo hasta la mitad. Se tomó su tiempo dejando al chico ansioso por saber lo que pasaría después. Ambos sabían que no deberían estar tan tranquilos, por ello el alfa serio e inalcanzable se forzaba a estar tenso, buscando una explicación y solución a lo que había hecho. Al fin, después de mucho tiempo, tuvo una nueva primera vez. 

El hombre caminó por fin hasta el omega el cual jugaba con los dedos de sus manos y las fina tela que cubría sus muslos. 

— Debo decir que esto es algo que no planeé, no estaba en mi itinerario y ahora debo saber como manejarlo. - 

"Manejarte a ti."- quiso decir. 

— Así que, Jung Wooyoung, tengo entendido que tienes apenas veinte años, aún eres bastante joven. Estarás aquí por un tiempo, no puedo decirte cuanto para ser exactos pues yo tampoco tengo idea. — su voz era grave y seria, Wooyoung se sentía como si estuviera hablando con algún superior, como algún maestro o policía, era difícil de explicar tal sensación, así que a pesar de que solía ser alguien extrovertido ahora solo se quedaba callado y escuchaba con atención sumisamente. 

— Tengo un par de reglas, quisiera que esto quedara bien claro y sean seguidas por ti. En esta casa no hay nadie mas que nosotros y la gente que trabaja aquí. El desayuno se sirve a las 7:00 a.m, quiero verte en la mesa para entonces, la comida puedes tenerla cuando desees, yo no estoy por esas horas, alguien te hará saber si estaré presente durante la cena, esté yo o no espero que estés sentado comiendo a las 8:00 p.m, espero verte presentable, mañana por la mañana traerán ropa para ti, también espero que mantengas una actitud tranquila y apacible, no soy fan del ruido así que puedes ser tan silencioso como gustes. -

Las cosas que salían de su cabeza no las había pensado, la verdad es que simplemente había implementado parte de su rutina y nada más. No tenía idea de que hacer, como actuar ni lo que hacer con el joven sentado a cuatro metros frente a él. La bebida en su mano estaba por la mitad, ni siquiera supo en que momento la bebió pero vaya que se sentía sediento, tener al omega frente a él en esa ropa, decorado con la luz de la luna y olor a flores frescas lo estaba distrayendo, por ello evitaba verlo tanto como fuera posible. Pero se tomó un pequeño momento, unos cuantos segundos bastaron para que sus ojos sobre aquel cuerpo descifraran la belleza que contenía, las mejillas sonrosadas y el cabello oscuro alborotado, lo suficientemente largo como para cubrir su nuca y poca parte de su cuello, los labios rojizos y ojos cafés. Tragó saliva, en su cabeza no sonaba más que un pitido lejano que casi lo hacer perder la razón hasta que él mismo se contuvo. Carraspeó y miró su vaso. 

— Por hoy, ¿tienes alguna petición? - pregunta el hombre afligido en busca de razones coherentes para mantener a ese chico a su lado como sus entrañas deseaban. 

— Quisiera cambiar mi ropa y poder descansar, señor... — al escucharlo el alfa se puso de pie pero Wooyoung a prisa lo detuvo con su suave voz una vez mas. — Sin embargo, antes de eso quisiera poder escuchar un poco de usted. -

San se sorprendió, no sabía a lo que se refería pero tomó asiento una vez más con el ceño fruncido y sin rapidez. Ante tal gesto el omega creyó que le había molestado, su rostro era bastante serio que lo volvía intimidante y lo que menos quería era hacerle enojar. 

— Yo aún... no sé su nombre. — dice con lentitud, intentando calmar lo que creyó era furia cuando en realidad su sentir era de duda. 

Después de escucharlo su ceño se relajó, asintió levemente y Jung Wooyoung pensó por primera vez que el hombre no solía sonreír. 

— Choi San, ese es mi nombre. — creía que eso era todo lo que el menor debía saber por ahora así que nuevamente se puso de pie y comenzó a caminar hacia las escaleras. Wooyoung no tuvo mas remedio que seguirlo y seguir viendo parte de la enorme y oscura casa. 

Lo dejó en una habitación, le mostró donde estaba el armario y se retiró dejándolo solo en aquel gran lugar. Una habitación con su propio baño y el armario era un cuarto mas pequeño. No tenía expectativas en ver otros colores en la casa, todo parecía ser igual aunque las feromonas que el alfa había impregnado en el lugar lo relajaron para no sentirse solo.

Wooyoung tenía muchas cosas que pensar pero por otro lado estaba tan cansado que cuando tocó el colchón de la gran cama que había en el centro de la habitación quedó completamente dormido. 

Painfully fated lover - WooSan Where stories live. Discover now