Painfully fated lover - WooSan

07

Choi San había salido de la habitación como si le persiguiera el mismísimo diablo. Su ropa y piel mojada dejaron un camino de gotas brillantes de agua sobre el suelo a cada paso que daba a lo largo de su casa. El lugar parecía haber sido abandonado hasta por dios y solo podía escuchar su propia respiración y zapatos contra la firme madera bajo sus pies.
Dudó por unos segundos a donde irse cuando abandonó el cuarto de baño y lo primero que le vino a la cabeza fue su oficina. Bajó hasta la primera planta y se encerró en dicho lugar bajo seguro. Su cuerpo cayó pesado sobre la silla de cuero detrás de sus escritorio, con la respiración acelerada echó la cabeza hacía atrás.
¿Qué había hecho? ¿Por qué se dejó llevar por sus instintos tan fácilmente después de haber luchado contra ellos?, y lo peor de todo, ¿por qué tenía esa enorme erección apretando la tela de sus pantalones húmedos?

El alfa aprisionó su labio inferior entre sus dientes, evitando a toda costa algo que no podía dejar de sentir. Su cuerpo estaba caliente a pesar de todo, pareciera que en cualquier momento su cuerpo comenzaría a evaporarse en el aire y dejarlo sin existencia.
Le picaban las manos en deseo y sin contenerse un segundo más se llevo las manos a la prenda apretada. Se deshizo del amarre en la hebilla del cinturón y sacó el botón; bajó el cierre a toda prisa y después el pantalón junto a su ropa interior.
Su palpitante glande y duro pene salieron libres de inmediato rebotando sobre su abdomen bajo. Se escapó un gemido desde lo más profundo de su garganta.

Por otro lado, en la segunda planta un Wooyoung desorientado salía a paso lento de la regadera. Sus brazos se abrazaban a sí mismo en busca de un poco de calor que comenzaba a anhelar. Su mirada estaba perdida en el camino que recorrían desde el cuarto de baño hasta la habitación principal, después al pasillo y por último a su propia habitación.
Cerró la puerta detrás suyo con cuidado, como si tuviera miedo de ser atrapado por aquel demonio apresurado que antes lo había abandonado en una dolorosa soledad. Tragó en seco.
Se sentía incómodo con la ropa mojada pegándose a su cuerpo y aún sin hablar de la creciente erección que le acompañaban en su estado.
La idea se posó en su cabeza, la imagen del alfa detrás suyo, recorriendo sus extremidades fuertemente con esas calientes manos. Sacando cada una de sus prendas como él mismo hacía en ese momento hasta quedar completamente desnudo frente a su cama. Se encontraba jadeante, sediento. Estaba totalmente expuesto para Choi San quién ni siquiera estaba presente pero aún así en su interior esperaba que apareciera. 

El omega en cuestión de unos largos segundos estaba posado sobre el colchón, boca abajo con la mejilla pegada a las sábanas así como sus brazos y rodillas dejando su culo redondo, mojado al aire.

Gimió sin vergüenza de tan solo imaginar como San palmeaba su carne y tanteaba su entrada la cual estaba lista y dispuesta para él. Bajó su mano derecha hasta su entrepierna tal como la mano del alfa quién seguía en su oficina lo hizo.
La mano de Choi San se aferro en su pene con fuerza, apretando la punta con cierta fuerza que le hizo retorcerse sobre la silla, gruñendo abiertamente ante la sensación.
Su mandíbula estaba apretada mientras su brazo comenzaba a moverse lentamente alrededor del falo. Sin más pena y ansioso por su desesperación escupió en su mano, volviendo a tomar su miembro y con más fácil bombear rápidamente.
Un par de maldiciones salieron disparadas. Con los ojos cerrados y el omega en su mente estaba masturbandose, su coherencia no estaba presente en ese instante, no sabía cuando volvería pero con una punzada en el pecho disfrutaba del placer visual que su mente le brindaba.

Los dedos del omega jugaban en el anillo de músculos apretados mientras se relamía los labios. No tenía idea de como hacerle para hacerse sentir bien, el joven se encontraba más que desesperado en aquella cama sin idea de que seguía para sentirse mejor.
Su entrada palpitaba por dentro al igual que su miembro el cual estaba cubierto por una ligera capa de pre semen. ¿Dónde debía acariciar primero?, con su mano sería suficiente, creía.