2. Damaged man.

358 62 513
                                    

Hi~ No esperaba que tantas personas recordaran esta trama, me dio demasiado amor, muchas gracias por haberle dado una chance de nuevo, prometo que esta vez tendrá el rumbo decente que merece, pero siempre reforzando que esta cosa igual es media densa y oscura, especialmente en Eiji que es un personaje al que acostumbramos a ver más con valores idealizados, acá no tanto, así que por favor considerenlo. Este capítulo igual se mantiene apegado al original, pero del otro ya se empiezan a evidenciar más los cambios, así que nos vamos con más contexto, mil gracias por el apoyo.

Espero que les guste.

Espero que les guste

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ash está dañado.

Lo está desde que tenía ocho años, desde que su entrenador de béisbol posó su atención en un niño risueño cuyo padre jamás le importó y estaba desesperado por cariño, lo está desde que entró a esa mugrienta cabaña en la colina para "jugar juegos de adultos" pero no tenía que contarle a nadie, los demás niños se pondrían demasiado celosos, le decía. Aún sin explicación, Aslan sabía que algo se encontraba jodidamente retorcido en lo que hacían, Griffin no le enseñó a jugar de esa manera, jamás lo forzó a quitarse la ropa ni a tocarlo así, no le gustó, tenía miedo, tenía tanto miedo que no podía hablar, su corazón gritó pidiendo ayuda, pero no pudo decir nada.

«Es nuestro secreto, Aslan».

Nuestro.

Y entonces pensaba, ¿tan malo fue Barba Azul? Sí, es cierto, lo usó de prostituto, era apenas un niño cuando se atrevió a tomarlo y devorarlo hasta que no quedasen más que los huesos, pero no es tan diferente a sus otros clientes, no ha sido peor que Dino o los otros cerdos que ha conocido a lo largo de su vida, Dios sabe que no fue el peor, de hecho, hay una ambivalencia constante carcomiendo la grieta de su corazón podrido, engullendo y engullendo su concepto de amor porque una parte de sí mismo necesita creer que no todo fue la seducción de un pedófilo, que quizás lo amó un poquito, él necesitaba con desesperación que alguien lo amara, su padre no lo hacía y Griffin estaba muerto.

¿Entonces quién?

Da igual que sea un pedófilo, por favor alguien ámeme.

Por favor.

Cuando pensaba esto se daba cuenta de lo dañado que realmente estaba.

Y entonces él llegó, justo cuando Ash estaba resignado a no tener nada más porque no merecía nada más con un alma tan usada como la suya, él llegó.

Eiji Okumura

Su dulce Eiji.

Desde el instante que lo vio quedó paralizado por los ojos más amables del mundo y el mundo más amable dentro de ellos, Aslan solía crear capas y capas de espinas para protegerse, temía que viesen lo asqueroso que era, lo monstruoso y poco humano, el residuo de un niñito expuesto a la crueldad constante de la codicia, no quería que nadie lo supiera, pero antes que pudiese protegerse ya poseía a su corazón desnudo y sangrante entre sus manos, porque la sonrisa de Eiji era bonita, porque él no le mostró maldad ni codicia ni lujuria, porque sus mechones esponjados y negros se balanceaban juguetonamente tras su nuca mientras enroscaba sus palmas alrededor de la correa de cuero, firme y nervioso, luchando por disimular la ansiedad sin lograrlo, era el peor mentiroso y Aslan amaba eso de él, lo amaba tanto.

Damaged.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora