7. Broken murderer.

379 46 625
                                    

Hi~ Deje este capítulo presubido porque anticipe que hoy llegaría bien tarde y no falle, aun no llego a mi casita pero estoy emocionada por el pov de Eiji así que acá estamos, chiquillos, muchas gracias por todo el amor que me han dado hoy, de todo corazoncito, me siento muy afortunada de estar acá y que me lleven aguantando tanto tiempo, gracias, de verdad. Volviendo al capítulo, les refuerzo las advertencias del inicio porque se vuelve turbio.

Espero que les guste~

Espero que les guste~

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Eiji está roto.

Sí.

Lo está desde antes de llegar a Nueva York, la lesión en su tobillo fue una manifestación perfecta aun si intentó volar (Dios sabe que realmente lo hizo) falló, nunca se supo reparar, más supo arreglárselas y fingir que estaba armado, eso era lo que todos esperaban de Eiji y tal vez, eso era lo que él anhelaba para sí mismo, no obstante, en algún punto fue insostenible esa farsa. Ash-u. Sí. Ash fue su punto sin retorno, mientras más tiempo estaba con Ash más podía ser él mismo y por ende, más evidentes sus grietas se hacían, una vez le habló sobre un arte japonés para reparar fracturas. Kintsugi le dijo. Sabía que Ash estaba muy ocupado en su autodestrucción para siquiera discurrir que al atreverse a anhelar una reparación hablaba de sí mismo. Eiji está roto.

Lo está desde Japón. Desde que no se atrevió a disparar un arma aun si su vida dependía de eso y al final Shorter tuvo que apretar el gatillo. Desde Nueva York. Cape Cod. Los Ángeles. Desde que Shorter fue inyectado y se convirtió en su mayor miedo. Desde que Ash le pidió que se escondiera y derribara la puerta. Desde que corrió a abrazarlo pero lo vio herido, realmente herido. Eiji no pudo hacer nada.

Dame un arma, yo me protegeré.

No quería ser una carga nunca más, al menos eso podía hacer ¿verdad? Pero Aslan no creía lo mismo.

No es necesario. Un asesino es suficiente.

Yo te protegeré. Nunca te alejes de mí.

—Lo siento por no poder cumplir esa promesa.

Eiji dice para sí mismo cargando su arma, aunque lleva tres años lidiando a diario con estas máquinas el peso del cartucho aún se siente ajeno, el olor a pólvora todavía le incita náuseas y el sonido de las balas, bang, el eco del metal atravesando la carne humana y Shorter cayendo encima, con sus latidos disminuyendo cada segundo sobre Eiji, poniéndose frío, mojándolo con las lágrimas. Mierda. Supone que cada día se ha roto un poco más y en algún momento se hará irreconocible pero si la única forma de salvar a Ash es por ese camino, qué así sea, está más que dispuesto a ir al infierno.

—Te ves intranquilo. —La impasible voz de Blanca interrumpe su hilo de pensamientos—. Me refiero a mucho más de lo usual ¿estás nervioso?

—Tal vez. —Están en el campo de tiro de los Lee, es acá donde nació un asesino y murió la inocencia.

Damaged.Where stories live. Discover now