¡Unnie, habla bien! [Seulrene]

Problemas de comunicación

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No podía ser, Wendy tenía razón. Cómo no se había dado cuenta antes, tenía un gran problema entre manos. Maldición, debió pensar en eso mucho antes, así tendría una solución, pero no. No lo hizo.

- ¿Qué voy a hacer?

- Morir sola, supongo-. Escuchó las risas Yeri y Joy, esas dos tenían un complot para burlarse de ella.

- Que malas son-. Apoyó su cabeza en la mesa, aún atormentada por las cosas que le había dicho Wendy. La criada en Canadá le acarició el cabello para consolarla.

- Tranqui Seulgi, seguro Irene siente lo mismo que tú.

- ¿Joohyun piensa que no me va a entender cuando le pida que sea mi novia y por eso voy a morir sola mientras la veo tener una vida hermosa con alguien más?

- Uh... no, cabeza hueca-. Wendy negó mientras reía-. Me refiero a que a Irene también le gustas.

- No sé, ahora con lo que me dijiste me entraron dudas.

- Oh vamos, sólo es una forma diferente de decir lo mismo, seguro te entiende, no te compliques.

- Sí y después se hacen pololas-. Dijo Yeri, utilizando la palabra que Irene ocupaba para novias.

Seulgi se sonrojó, ser la novia de Joohyun era lo que más quería. Su unnie le gustaba desde hace mucho tiempo ¿pero qué pasaría si se lo pedía y no le entendía? ¿Y si ocupaba la palabra que Irene ocupaba? No, seguro sonaría riducula por no ser de Daegu... ay la vida es tan complicada.

Necesitaba encontrar una forma de confesarse sin complicaciones ni barreras. Quería que Irene le entendiera claramente lo que le proponía y no se quedara como ella cuando la mayor dice esas palabras raras que sólo ella entiende.

- Chicas, ya regresé-. Joohyun había ido al mercado, sólo por eso le había contado a Wendy su plan de pedirle noviazgo, no iba a arriesgarse a que la oyera.

- ¿Unnie, me trajiste lo que te pedí? ¿Compraste dulces? ¿Qué es eso? ¿Trajiste fruta?

Yeri y Joy hacían muchas preguntas al mismo tiempo, tantas que casi parecía que una sola persona estaba hablando.

Irene las apartó lo más que pudo para poder dejar las bolsas con las compras en la cocina, al menos si las revisaban allí no corría el riesgo de que la aventaran contra el suelo de lo desesperadas que estaban.

- Ten Seulgue, compré esto para ti-. Su unnie le sonrió mientras le entregaba un paquete de pringles.

- Gra-gracias-. Ay, aunque amara mucho esas papas no sentía que iba a poder comerlas. Irene se las había dado, las había comprado porque sabía que le gustaban, esas papitas eran ahora un tesoro que representaba lo mucho que Joohyun la conocía.

Ahora amaba mucho más a las Pringles sólo porque Irene le había llevado un paquete ¿no es algo fantástico cuando la persona que te gusta recuerda las cosas que te gustan?

- Oye Seulgi, las papas son para comer, no para mirarlas.

Maldita Joy, la distrajo de su ensoñación sobre papas y su crush.

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