Capítulo 2 - las flores huelen como el

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Wolfwood caminaba por el parque, ya eran las 5 de la tarde, el lugar estaba lleno de personas paseando, divirtiéndose y charlando, pero lejos de relajarse con aquel ambiente tan alegre, el moreno maldecía en voz baja. Aquel hermoso paisaje lleno de colores vibrantes y frescos solo lo hacía pensar en la personalidad de vash, los girasoles amarillos era como su cabellos, las rosas rojas como su abrigo y el azul del cielo igual que sus ojos,  las flores le hacían recordar su olor. Vash, vash, puro vash, invadían sus sentido provocando que si corazón saltará sin control.

Y no solo ese parque le hacía recordar, si perdía su vista al fondo, podía ver aquella cúpula gigante donde actualmente residían las plantas que ayudaban a dar vida al planeta, vash había ayudado a construirla, fue gracias a vash que este mundo era así actualmente, cálido y acogedor, muy diferente de la arena rasposa y el sol inclemente de sus recuerdos de una vida pasada.

Su corazón se contrajo al cuestionarse como era que pudo sobrevivir en ese tiempo. Sin duda ese cuerpo modificado lo había convertido en un monstruo. Algo menos que humano, acostumbrado a la sangre, diseñado para cargar una cruz gigante que solo dejaba muerte a su paso.

Si cabeza dolió por los recuerdos, miro a livio con el ceño fruncido, era su culpa por hacer que saliera, encerrado en su casa ahogando su cerebro con alcohol y nicotina no estaría pensando en traumas del pasado y sobre todo en el rubio de ojos azules más amable que una vez conoció.

Por suerte solo lo encontró una vez, esa ciudad era muy grande y Vash era un viajero que no se quedaba mucho tiempo en un sitio ¿Que posibilidad había de que se lo volviera a encontrar?

Al parecer mucha.

Parecía que su mala suerte empeoraba más y más,  justo al lanzar la vista, lo vio caminar cercar con esa torpe y grande sonrisa.

—¿Oye ese chico se parece a vash...? — livio observó asombrado a wolfwood, pero el moreno alarmado se lanzó detrás de un árbol en un ataque de pánico — ¡Entonces es por eso que estás actuando así! ¿Ya te encontraste con él antes? ¿Que hablaron? ¿Recuerda algo?

—¡Livio, callate y ocultate antes de que nos vea! — reclamo jalándolo detrás del árbol, sin embargo este se resistio.

Wolfwood enojado lo empujó aún más, livio se negó y terminaron forcejeando en medio del pasto.

—¡Oye estás actuando como un idiota! ¿Que te pasa? — pregunto muy confundido, tirando de su camisa.

—¡El no debe recordarme! ¡No puedo dejar que me vea! ¡Se ve tan feliz en su nueva vida! — se excuso golpeando a livio para que dejara de jalarle el cabello.

Aquel forcejeo paso de ser jalones a golpes en el cuerpo, las gente al rededor comenzó a susurrar alarmados y el plan de wolfwood de ocultarse se arruinó, estaban llamando la atención, sobre todo la de vash que alarmado los vio.

—¡Oigan no peleen! — grito entrometiéndose al ver que nadie al rededor hacia algo.

Esa voz los paralizó a ambos. Observaron al rubio acercarse preocupado, sujeto a livio por los brazos y lo ayudo a levantarse, luego se acercó al moreno, extendió su mano, pero al ver su rostro el rubio se sorprendió.

—¡Oh! ¡Eres el chico del taller mecánico! — exclamó emocionado.

Wolfwood estaba paralizado, no sabía que hacer, el pánico de tenerlo cerca le hizo escupir palabras sin pensar. Golpeó la mano extendida de vash y se levantó solo.

—¡Eres muy entrometido! ¡No te metas en peleas ajenas rubia!  — se quejó muy frío, el rubio se retrajo inmediato.

—¡Nicolás! — grito livio enojado al ver que había hecho sentir mal a Vash, esos ojos azules cayeron al suelo desanimado y avergonzado.

Como un huracán (Vashwood Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora