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Jimin no tenía idea de lo que seguía después del sexo, tal vez un poco aftercare por parte del pelinegro sería bueno pero el muy bruto fue hasta su pequeña "Perla" para revisarla.

A él le habían roto el culo, no a la maderita esa.

Estas siendo dramático, stop Jims.

— Rubio, realmente me harías un favor si te colocaras algo más que te tape — el marinero sin disimulo miro las desnudas piernas del chico.

Jimin vestía solo un camisón, el cual había encontrado en un estante de la habitación, el tipo dueño del yate debió ser demasiado alto porque la prenda le quedaba como vestido.

— Hace demasiado calor, no me cambiaré porque tú lo digas — todavía se encontraba molesto y un poco decepcionado por el comportamiento desinteresado del contrario después del sexo.

Sexo, Jimin tuvo sexo, todavía no podía creerselo, si su familia se enterará que entrego su "virtud" al pelinegro vulgar que se lamía los labios cada vez que lo veía, estaría castigado de por vida.

— Eres una tentación para mí, por lo menos abrete esa camisa y muestra más — el pelinegro camino hasta el filo de su barco y tomo impulso para subirse al yate.

— Ni te acerques, no volverá a suceder, yo me encontraba susceptible y...

— No intentes escusarte, mejor hagamos algo diferente — el pelinegro ignoro las negaciones del rubio y empezó a desabrochar botón por botón — aprovechemos este tiempo.

Ni Jimin supo cómo es que terminó con el cuerpo inclinado mirando los leves movimientos del mar con Jungkook atrás de él.

— Eres tan delicioso rubio, lo que daría por verte montarme nuevamente.

Jimin solo pudo gemir como respuesta, su cuerpo se amoldaba tan perfecto al marinero que resultaba en una exitante danza de placer.

Jungkook siguió embistiendo al rubio con rudeza, movimientos descoordinados con gran exceso de lubricante alrededor del culo de Jimin.

Ver los glúteos rebotar cada vez que chocaba su pelvis contra el menor, le generaba tanta excitación que le fue inevitable no golpearlos.

Se ganó mil insultos por parte de Jimin pero por lo menos sus manos habían quedado marcadas sobre su piel al igual que los chupetones que había dejado sobre su cuello.

— Tan jodidamente delicioso, me encantas — el pelinegro masajeó las nalgas del rubio, se deleitó empujando su cadera hasta enterrarse por completo en su agujero.

— ¡Ah! Mierda ahí — gritó, esa sensación placentera bajo su vientre era tan enloquecedora.

— Encontré tu punto, nene — el marinero golpeó en la misma dirección reiteradas veces, cada vez con más fuerza y ahínco.

— Es mucho... pa..ra ¡Dios! — Jimin cerro los ojos, el movimiento del mar lo empezaba a marear.

— Ey rubio — Jungkook volteo a Jimin y lo cargo, con un brazo lo sostenía de la cintura mientras que el rubio enredaba sus piernas alrededor de su cadera.

Jeon lo llevo hasta la inservible cabina y lo sentó sobre esta, abrió las piernas del rubio y se inclinó para escupir en la rojiza entrada.

Era un maldito sucio para el sexo, ¿fetiche? No lo sabía, pero con solo ver esa expresión avergonzada del menor, endurecía tan dolorosamente su miembro.

— Te dije que no hicieras eso — su voz era apenas escuchable.

— No puedo evitar hacer algo que me encanta — Jeon burló una sonrisa cansina al ver sonrojado al contrario, volvió a escupir sobre la entrada y mirando los mieles ojos de Jimin, lamió alrededor de su agujero.

Sobre El Mar |Kookmin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora