Capítulo 12: Visitas

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—Baji está en coma

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—Baji está en coma.

¿QUÉ?

...

¿Me está haciendo una broma, no?

—Tuvo convulsiones al llegar al hospital, se complicó más porque estaba inconsciente. —explicó Chifuyu, quien decidió ir a la secundaria de Fumiko para explicarle la situación, después de todo les había ayudado en la pelea contra Valhalla. — Su madre levantó una denuncia a Kazutora, posiblemente esté en la correccional un gran tiempo.

No era nada diferente a lo del manga, a excepción de que Baji estaba... relativamente vivo.

No creo que pueda considerarse como una victoria.

—Ya veo... gracias, Chifuyu. —agradeció la pelirroja, a lo que él negó.

—Si tú no hubieras estado, Baji probablemente ni siquiera estaría vivo. —Ella pudo notar la tristeza que emanaba al solo mencionar a su mejor amigo. — Solo hay que esperar que se despierte.

—Lo hará, ya verás. — él asintió, teniendo fe de que el pelinegro sanaría y podría levantarse para que pudiera ver a sus amigos.

—Por cierto, ¿Por qué te ocultas de ToMan? —preguntó con curiosidad el joven a lo que ella hizo una mueca.

—Bueno... estoy un tanto segura que Mikey está con ganas de gritarme por haber interrumpido la pelea.

—Nah, creo que esos son Draken o Mitsuya. —El pandillero recordó como ellos se quejaron de que la pelirroja se expuso al peligro, y más cuando empezó a pelear contra Mikey. — Sin embargo, llamaste la atención de varios pandilleros, tienes suerte que tenías el cabello negro, de lo contrario ya te habrían reconocido.

—Ni me lo digas, tenía miedo de que la peluca se saliera en medio de la pelea. — soltó un suspiro, la peluca fue un proceso largo para evitar que cayera en medio de una pelea, por lo que tuvo que ir a una peluquería. Por tal motivo llegó un poco tarde a la pelea contra Valhalla. — Chifuyu, antes de que te vayas, ¿Se puede hacer visitas?

—¿Dónde Baji o donde Kazutora?

—Ambos. —ante la respuesta de Fumiko, el rubio sonrió.

—Te daré los horarios, ¿Tienes dónde apuntar? —ella asintió, a la vez que sacaba una post-it y un lapicero de su chaqueta escolar, normalmente lo tenía para cualquier emergencia.

Tras una breve conversación, el pandillero se despidió de Fumiko, quien volvió a sus clases, mientras sentía las miradas de algunos alumnos en su espalda, muy pocas veces venían jóvenes de otras escuelas.

—¡Fumiko-chan! — llamó Hinata desde el otro pasillo, a lo que ella se dio la vuelta para ver a su amiga caminando hacia ella con el ceño fruncido, señal de que estaba completamente enojada.

New Life | Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora