Gorda

Rojo

GORDA

CAPITULO 17: Rojo

Por Janet Gaspar

Capitulo dedicado especialmente a "sirlene-zamora" gracias por hacerme saber que hay alguien ahí atrás leyendo.

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Pongo la alarma a las 6:40 AM así que cuando suena la apago y siento que mi pecho se estruja. ¿De verdad voy a hacer esto?, es decir: salir. Haru se remueve a mi costado, con sus patas me empuja sin que le importe en lo más mínimo hacerme daño con las uñas, ¿o son garras?, es un animal después de todo.

Me pregunto si Alan piensa pararse o lo de ayer fue un farol, me sentiría bastante tonta si me quedo esperándolo desde las 7 y él no se presenta. En lo que decido si esperarlo como tonta o ser responsable y seguir durmiendo enciendo el celular y me paseó por las historias de whatsapp, como siempre mis dedos se deslizan rápidamente hasta llegar al perfil de Leonardo, la imagen que tintinea en su historia parece ser de un bosque y la aplicación notifica que son tres historias y de verdad, muero por verlas, pero como siempre digo, lo mejor hasta el final. No hay nada que me guste más que el postre.

Siguiendo la lógica de correcto disfrute de las historias veo primero los perfiles que no son importantes. "Pasteleria Letty" abre fuerte mostrando los nuevos pasteles de la temporada, sus deliciosas rebanadas de pastel de zanahoria baja en grasas y el numero para pedir servicio a domicilio. Tentador.

"Señor Juan electricista" tiene como diez historias y las veo todas, el asunto con el señor Juan es que hace años un foco de la casa dejo de funcionar y lo dejamos así hasta el aciago día en que mamá fue a comer bollitos nocturnos y resbaló con un trapo de cocina en la oscuridad así que papá me pasó el numero de Juan electricista mientras mamá se sobaba el pie en el sillón. El señor Juan arregló el asunto del foco en un tris, pero desde entonces he visto sus historias, es una vida muy interesante y como el señor Juan es, a todas luces, tan social a veces pienso que somos amigos y que yo también acompañe a su hija menor a la graduación del kinder, nos fuimos de parranda juntos cuando su mujer lo echó de la casa y le di buenos consejos en ese desliz que tuvo con la mujer que vendía los tacos de canasta en la esquina de la secundaria.

De cualquier manera las diez historias de hoy son de un picnic familiar porque se ha reconciliado con su esposa quien sale bastante acaramelada en las fotos (y así sepa la señora de los tacos de canasta con quien se esta metiendo). Suspiro feliz por el desenlace del drama familiar ajeno y deslizo a las historias de Lucía, y si te preguntas quien diablos es Lucía, pues es una de las chicas de coyotes en acción que en alguna ocasión me pidió el numero para mandarme la hora de una reunión (para quitar basura de las calles seguramente) así que, como me mandó mensaje directo en lugar de usar el chat grupal, también yo la agregue y ahora veo sus historias. Es muy casera y en la historia de hoy sale haciendo pastel de chocolate con su hermana, da la impresión de que se llevan bien.

—Bueno... —Me doy valor a mi misma y Haru me mira con curiosidad cuando llevo mi dedo al perfil de Leonardo y abro la primera historia. En la imagen se ve a Leonardo de espaldas haciendo senderismo por el bosque así que me imagino que le debió tomar la foto alguno de sus padres, detengo la imagen con el dedo para buscar a su perro y casi suspiro teatralmente de amor cuando Haru sale corriendo como una bala y escucho que golpea con las patas delanteras la puerta principal.

—¿Qué? —No puede ser son... oh dios son las 7, ¿pase 20 minutos viendo historias de Whatss App?, me levanto de un salto y escucho con horror el timbre de la puerta, ¿de verdad Alan llegó temprano?, a la carrera me enfundo en una playera y un short que me llega hasta la rodilla, me abrocho los tenis y corro a la puerta mientras me hago una cola de caballo alta. Cuando por fin abro me doy cuenta que no llevo cubrebocas y doy un paso atrás asustada.