Impostor

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Título: Gorda

Capítulo 9: Impostor

Por Janet Gaspar

Es miércoles y lo sé porque el camión de la basura ha pasado sonando sus campanas y entonando esa canción ridícula de basura que tenemos que poner en el contenedor.

Las clases en línea de alguna manera se han vuelto la nueva realidad y es un incordio, al principio la cosa iba de whatsapp y cada quien a su bola, pero ahora ha llegado el enemigo de los estudiantes: "zoom".

Zoom es una especie de programa donde se pueden hacer videollamadas entre muchos participantes, una especie de conferencia en línea y la mayoría de los profesores han decidido que tendremos clases de esa manera.

Al principio había opción de tener la cámara y el micrófono apagado así que solo era cosa de entrar y hacer como que estabas oyendo la clase cuando en realidad estabas haciendo otra cosa (como ver tu serie favorita o entretenerte en Facebook). Por desgracia los maestros pronto se aburrieron de hablarle a pantallas en negro así que ahora es necesario tener el video encendido.

Ha sido horrible.

Los gordos no tenemos un ángulo que se vea bien con la cámara de la computadora, es decir, nuestro mejor ángulo es desde arriba (por eso todas nuestras selfies vienen desde una mano en alto), pero es imposible tener ese ángulo privilegiado desde la computadora y aun no sé usar la maldita aplicación desde el celular.

Como resultado pierdo mucho tiempo acicalándome frente a la computadora intentando obtener mi mejor ángulo, volteó mi fleco de un lado a otro e incluso he intentado poner la computadora en planos superiores (lo que luego no sirve porque ni ves bien la clase, pero la necesidad es la madre de todas las inventivas).

Al principio se suponía que debías tener el micrófono encendido también para participar, pero ya se ha visto que aquello no iba a tener futuro cuando en una casa ladraba un perro, en otro lloraba un niño e incluso a un compañero le ha cantado el gallo como si fueran las cinco de la mañana.

A mí una vez me ha aparecido mamá en pantalla preguntándome si iba a querer comer más papaya o ya por fin había podido hacer del baño, he pasado la vergüenza de la vida y ella se ha salido corriendo y gritando cuando le he chillado que estaba en clase en línea, todos se han desbaratado de la risa y creo que el profesor también se estaba aguantando la gracia.

Alan, por supuesto, no se conecta a las clases y cuando lo hace deja la pantalla apagada o enfocando a otro lado (esto me lo ha contado cuando le he preguntado por whatsapp, que ahora nos mensajeamos un par de veces al día), sinceramente me pregunto cómo es que aún no ha reprobado.

La clase de laboratorio, por desgracia, sigue siendo por whatsapp así que ni siquiera tengo el consuelo de ver a Leonardo por la pantalla, mi único contacto con él era el saludo de buenos días en el grupo de Coyotes en acción... o lo era hasta que alguien ha dicho que juguemos Among Us y enseguida todos han brincado de emoción (Leonardo incluido) pidiendo que pasaran sus códigos y sus salas.

El problema claro es que yo no tengo idea de qué es Among Us. Sí que he visto, claro, algunos memes en internet acerca de una especie de astronautas de colores que aparentemente son asesinados en una nave espacial, fuera de eso mis conocimientos son nulos, pero mis ganas de acercarme a Leonardo son infinitas así que recurro, por supuesto, a mi medida más drástica. Tomando con velocidad el celular (sin importar que aún no hago la clase de filosofía) le mando un mensaje a Alan.

"Es urgente, necesito que me enseñes a jugar Among Us" porque estoy segura de que él debe saber jugarlo. La respuesta no tarda ni dos minutos en llegar, Alan me ordena que baje el juego en mi celular y para mi completo desconcierto entra una llamada por whatsapp de él así que aterrada le cuelgo, seguramente se debe haber equivocado.

GordaWhere stories live. Discover now