「016 」

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JiMin sintió que el hombre que tenía encima estaba totalmente tenso

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JiMin sintió que el hombre que tenía encima estaba totalmente tenso. Hasta ese momento se encontraba tan pendiente de la discusión que mantenían que se le había olvidado que lo había inmovilizado contra el suelo. Abrió la boca para soltar un comentario sobre la sumisión, pero se detuvo. Y lo miró a los ojos. En ese momento contuvo el aliento.

Madre Luna - pensó

El deseo sexual fluía entre ellos cual tornado que ganaba velocidad y fuerza a cada segundo que pasaba. Esos ojos negros lo miraban con un brillo ardiente. Con una expresión a caballo entre el deseo y la ira.

Se percató de que YoonGi estaba apoyado entre sus muslos y de que sus labios se encontraban a escasos centímetros de los suyos, si bien tenía el torso elevado para aprisionar las manos. La situación había perdido el tinte de broma fraternal. Tampoco parecía típica de dos amigos ni de socios. Lo que quedaba era el deseo entre un alfa y un omega, y JiMin se sintió arrastrado al torbellino por las necesidades de su cuerpo.

–¿YoonGi? –dijo con voz ronca, titubeante.

Sintió los pezones endurecidos. Los ojos negros de YoonGi recorrieron su cara, su clavícula y la parte de su vientre que quedaba expuesto. La tensión entre ellos resultaba casi insoportable. Lo vio inclinar la cabeza. El roce de su aliento le acarició los labios mientras decía:

–Esto no significa nada.

Su cuerpo contradijo dichas palabras en cuanto se apodero de sus labios con ansia feroz. Al instante y sin delicadeza, le introdujo la lengua dispuesto a explorar su interior. Jimin sintió que se le nublaba la razón, atrapado entre el escozor que le había provocado el comentario y el placer que lo recorría en oleadas. Le aferró las manos con fuerza y se dejó llevar, arrastrado por el deseo y el vino. Levantó las caderas para acogerlo entre los muslos y se froto contra su torso. Había perdido el control en apenas unos segundos. El vacío desolador de los años fue sustituido por el sabor, las caricias y el olor a madera y chocolate de YoonGi.

Le devolvió el beso con pasión, introduciendole también la lengua en la boca, y soltó un gemido ronco. YoonGi le soltó las manos para acariciarle el abdomen y ascender en busca de sus pezones, estos le endurecian aún más cuando le levantó la sudadera. El fuego que ardía en esos ojos oscuros mientras contemplaba su torso. Tras acariciarle un pezón con un pulgar, arrancándole un grito, lo vio inclinar la cabeza era momento de la verdad. Si lo besaba de nuevo, se rendiría. Su cuerpo y su lobo lo deseaban y no encontraba objeción alguna para detener lo que estaba sucediendo.

Alguien llamó el timbre.

El sonido reverbera por las paredes. YoonGi se incorporó y se separo de él al instante, como si fuera un político pillado con las manos en la masa, murmurando algunas palabrotas que JiMin ni siquiera sabía que existían.

–¿Estas bien? –Le preguntó YoonGi

JiMin parpadeo al presenciar el recatado comportamiento de un hombre que poco antes había estado apunto de arrancarle la ropa. Lo observó abrocharse despacio la camisa mientras esperaba a que él respondiera. Salvo por el bulto que se apreciaba en la parte delantera de sus pantalones negros, parecía no estar afectado en absoluto por lo sucedido. Tal como ocurrió después de que lo besara en casa de sus padres.

La pesada comida le revolvió el estómago, y se vio obligado a luchar contra las náuseas. Respiró hondo, tal como le habian enseñado a hacer en las clases de yoga, y se sentó al tiempo que acomodaba su ropa.

–Claro. Abre la puerta.

El alfa lo observo al instante, como si estuviera decidiendo si se fiaba o no de su fachada, tras lo cual asintió con la cabeza y salió de la estancia.

El omega se llevó los dedos a los labios y trató de recuperar la compostura. Había cometido un error terrible. Obviamente, su reciente celibato había hecho estragos en sus hormonas, listas para revolucionarse en cuanto un Alfa lo tocara. El último comentario de YoonGi pasó por su cabeza a modo de mordaz.

Esto no significa nada.

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 𝘾𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙘𝙩 | 𝙔𝙤𝙤𝙣𝙢𝙞𝙣Where stories live. Discover now