Diablos, eres todo un bebé.

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29.

La tropa de chicos con protección  nocturna llevaron la consola de videojuegos a la sala, la instalaron y procedieron a jugar por turnos. Se quedaron enganchados con juegos de asesinato, corrupcion y carreras.

"ALAM, tu ya perdiste, me toca mi matar a los nazis." Dijo Stefano, quitándole el control.

"¡OYE! Me mataron con una emboscada, eso no es justo."

"Pues o juego yo o nos llevarán  al campo de concentración."

"¿Qué estan jugando, niños?" Preguntó el mayordomo, llegando con una bandeja de galletas "se oye violento."

"En realidad es un juego educativo" dijo Tyler, recibiendo la bandeja.

"¿En qué clase de juego educativo matas nazis?"

"Se llama Ana Frank zombie, la venganza."

"¡CORRE STEFANO! Acumula puntos de diario… eso es, está subiendo la sed de sangre, ¡dispara!"

Robert miró a lo que los chicos llevaban puesto y puso mal gesto.

"¿No son tus amigos algo… viejo para eso?"

"Todo es parte de un juego" respondió el pelinegro "¿Me haces un favor? Prepárame un biberón."

Las cejas pobladas del mayordomo se elevaron y su frente mostró  profundos surcos.

"Señorito, ¿no cree que está yendo demasiado lejos? Luego va a querer que cambie su cama por una cuna."

"Esa, de hecho, no es mala idea." Sonrió el pelinegro "Pero mejor no, no soy tan joven para eso, ja ja."

"Me asusta, estoy preocupado, Señorito."

Tyler solo sonrió y le dio una abrazo al mayordomo, como si eso resolviera algo.

"Haz tu trabajo, Robert. No me juzgues."

"¿Hace esto por… su madre?" Preguntó Robert, en un susurró. "No es sano, Tyler. Debes detenerte."

"Callete, tonto." Replicó  Tyler, poniendo mala cara y separándose de él. No estaba de humor para que el mayordomo del niño rico le diera un sermón sobre porqué  hacía lo que hacía. Él lo sabía y no tenía nada que ver con eso. Pero su respuesta bien podría estar siendo mal interpretada. "Me estoy quemando por dentro" Confesó "cada segundo bajo esta piel es un tormento sordo. Me duele y me fastidia existir desde hace rato de esta forma. Así  que perdón si crees que he enloquecido,  porque así es con seguridad."

El mayordomo no dijo nada. Más din embargo fue a preparar la bebida del señorito. No sin antes anotar en su agenda de tareas buscarle un buen psicólogo a primera hora del día siguiente.

"Oye Ferger, lo haces mal." Dijo el falso Tyler junto al grandulón, que intentaba plantar minas para emboscar al enemigo. "Tienes que arrastrarte para que no te vean. Lo vi en un gameplay."

"No sabia que fueras bueno en los videojuegos." Comentó  Ferger. "Empiezo a pensar que jamás me trataste como a tu amigo, haces muchas cosas de las que no te creí  capaz."

"¿No te gusta cómo me porto ahora?"

"No es eso, es que es diferente."

El pelinegro le quitó  el control de las manos y se lo dio a Lemon.

"Ferger, empecemos de cero." Se sentó  frente al grandulón en posición de loto. "Mucho gusto, soy Tyler, ¿quieres ser mi amigo?"

"Je, je. Hola Tyler.  Soy Ferger…  bueno… no sé ¿qué  ofreces?"

El Genio Malvado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora