La Suma de mis Partes

02-Voces

Leonardo gritó aterrado por lo que presenciaba, cayó al suelo, arrastrándose hacia una pared apreciaba como los ojos sin vida de su abuelo lo miraban fijamente, parecía como si le viesen lo más profundo de su alma. Gracias al grito que dejo escapar Leo, su madre, su padre y su abuela subieron inmediatamente encontrándose con la horrible escena. El pequeño Leo se encontraba en un rincón en estado de shock en posición fetal llorando desconsoladamente, su padre lo tomó en brazos desviando su mirada de la terrible escena, sin embargo, ya era demasiado tarde, los gritos de terror de su madre y abuela abundaban en el ambiente, Leo sin poder parpadear contemplaba como sus padres llamaban a una ambulancia para llevarse el cuerpo de su abuelo.

El funeral se llevó a cabo al día siguiente, Leonardo no pudo dormir por el horror de ver aquella terrible escena, causando que durante toda la noche no pudiera dormir, debido a que tenia esa imágen tatuada en sus párpados. Durante el resto del funeral se encontraba con una cara inexpresiva, llorando manera desgarradora cada vez que se acercaba al féretro que contenía el cuerpo de su héroe, de su ídolo, de su abuelo.

Una vez en el cementerio llevaron a cabo los rituales necesarios antes del entierro, fue en ese entonces que llego el momento de decir el último adiós, Leonardo no soportó ver como kilos de tierra caía sobre el hombre a quien alguna vez llegó a referirse como papá Leo.

Sin poder contener las lágrimas Leonardo se tiró al suelo rogando que no le arrebatasen a su abuelo, sin poder hacer nada al respecto huyó del lugar, sus padres no pudieron detenerlo debido a que se fue corriendo entre las tumbas, hasta perderse en la inmensidad del campo santo. Sus padres lo buscaban e iban tras de él, sin embargo, Leonardo se escondió detrás de una capilla, una vez estando sólo, soltó a llorar amargamente de nuevo, dos nuevos ríos surcaban sus mejillas, lloraba porque su mayor ídolo ya no estaba con él, lo había dejado sólo. No dejaba de pensar que su abuelo era un mentiroso, ya que él había faltado a su promesa de estar ahí cuando él forjara su identidad, concepto que aún no lograba darle sentido, pero que sin embargo juraba algún día entenderlo, pero no podía soportar que su abuelo le mintiera de esa manera. Leo sin más metió su cabeza entre sus rodillas llorando en silenció.

-Oye, no estés triste, todo pasará- dijo una voz masculina con un tono cálido y reconfortante-la muerte no es algo con lo qué debas de lidíar toda tu vida, es un proceso natural, es aquel proceso en el que pasamos todos y cada uno de nosotros, por lo que debemos de estar preparados para ello-

-Exacto, la muerte es el fin de las grandes aventuras que uno vive a lo largo de su vida, es por ello que hay que vivir muchas de ellas para no arrepentirnos nunca- dijo una segunda voz, esta vez con un tono más seguro e inspirador para Leonardo.

-Déjenlo chicos, dejen que viva su duelo, está bien estar tristes todo el tiempo, debemos de tomarnos nuestro tiempo en total soledad, sin que nadie nos vea destrozados, es lo que debemos hacer todos, llorar y llorar hasta que no puedas más- dijo una tercera voz con un tono mucho más melancólico y triste que la de los demás, la voz era tan triste que Leonardo se contagió de su tristeza y rompió a llorar mucho más fuerte.

-Excelente idiota, lo empeoraste- dijo una cuarta voz regalando a la tercer voz, esta voz sonaba mucho más firme y grave que las anteriores-Chico, no le hagas caso, al parecer su especialidad es hacer sentir peor a los demás, no te preocupes por esto, es una terrible desgracia que hayas presenciado todo esto, no debiste verlo, y sin embargo así sucedió, lo único que queda es levantarte de nuevo y seguir luchando por las enseñanzas que te dio tu abuelo, debes levantarte y demostrar de lo que estas hecho, por ti, y por los que todavía están contigo, eso es lo que él hubiera querido- Esta voz fue la más reconfortante para Leo, ya que se limpió las lágrimas de los ojos diciendo: