03-¿Quiénes son ustedes?

42 31 2
                                    

  —¿Entonces comentas que hace aproximadamente 10 años han aparecido tus amigos imaginarios?— Preguntó el psicólogo Ricardo mientras se acomodaba en su asiento.

—Es correcto señor—Respondió Leo asintiendo con la cabeza

—¿Y has sentido algun cambio desde aquel día?—decía el psicólogo mientras tomaba notas.

—Ciertamente si, al principio tuve algunos problemas con ellos, suelen pelear por cualquier cosa y suelen…—Leo guardó silenció de golpe.

[—¿Qué creen que se esté refiriendo a nosotros?— pregunto Marco con una tenue voz casi susurrando]

[—Cállate, deja que se concentre, lo harás ver como un idiota— dijo Alejandro intentando mantener el orden]

[—Idiota ya es, que deje ver su verdadera naturaleza no es nuestra culpa— agregó quien ahora sabemos es su alter ego]

—¿Leonardo todo bien?—Pregunto el psicólogo Ricardo.

—Ss…si, todo bien—

—Ok Leo, vamos a continuar con la entrevista. ¿Te parece bien?—

—¿Y si mejor guarda silencio por un segundo y me deja en paz? — replicó Leo, adoptando una postura de superioridad, sacando el pecho y subiendo su pierna derecha sobre su pierna izquierda, ademas que su voz se había agravado un poco más, Leo parecía otra persona.

—¿Disculpa, dije algo malo?—dijo el psicólogo Ricardo.

—Si, todo, resulta que me estas incomodando con tus preguntas estúpidas, ¿Qué le importa a usted mi vida ¿Eh?. No es de su incumbencia—

—Lo siento Leo, pero son preguntas de rutina, no pasa nada, todo lo que me digas en el consultorio no saldrá de aquí ni le diré a tus padres, ¿Está bien?— dijo el psicólogo mientras tomaba notas en una pequeña libreta.

—¿Por quién me tomas, eh?. Se claramente que por ser menor de edad le comentaras todo a mis padres, tampoco soy idiota para no darme cuenta— dijo Leo con un tono mucho más furioso que antes, levantando poco a poco la voz.

—Claro que no Leo, toda información que me proporciones se quedará entre nosotros, no tienes de que preocuparte, ¿Esta bien?—.

Leo miró a la nada por unos instantes, guardando silenció, cuando de pronto volvió a hablar:

—Está bien señor Ricardo, pero ¿Por qué me aclara esto de nuevo?— respondía Leo confundido, esta vez adoptando una pose más pacífica, su  no solo había cambiado, también su forma de hablar, pues ahora demostraba un tono más inocente y pacífico.

—Bueno, aclaro esta información porque parecía que te incomodé con una de mis preguntas—

Leo una vez más guardo silencio mirando a la nada, cuando habló de nuevo.

—Me parece espléndido doctor, que se preocupe por mi comodidad, pero no tengo ningún problema por compartir ese tipo de información con usted, tan solo busca ayudarme, y me mostraré lo más cooperativo posible— dijo Leo esta vez con mucho más sentimiento en su voz, ahora su postura había cambiado una vez más, cruzando sus piernas y haciendo ademanes al hablar.

—Muy bien, sigamos, ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?. Cuéntame—dijo el psicólogo con un tono cálido.

—¿A mí?. Definitivamente me encanta escribir poemas y canciones a mi amada, se llama Dayra, ahhh, que hermosa mujer, me ha robado completamente el corazón, cada vez que la miro siento envidia de la brisa que toca sus bellos cabellos castaños, quiero probar el tacto de sus labios, sus bellos ojos que son como perlas, su bella sonrisa, aquella sonrisa que llena de alegría y de color mis días, bella y dulce como el atardecer, deseo con toda mi alma poder proteger esa sonrisa y jamás verla llorar, amo su elegante andar y su elegante figura, la amo en verdad doctor, quiero llevarla a las estrellas, crear un mundo solo donde nosotros dos podamos vivir en paz sin que nadie más nos pueda encontrar ni interrumpir—

La Suma de mis Partes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora