~° Lonely Together ~ Miles 42 / Prowler / Merodeador

XVI

—¿Nerviosa?—

—Para nada, estás conmigo.—lo miró—... ¿Sonríes bajo la máscara?—

—¿Cómo le supiste?—

—No sabía, me lo confirmaste.—

—Chica lista...—

El par de adolescentes caminaba por aquel extenso pasillo a paso apresurado.

~Oye, trenzas.~

La voz de Hobie sonó por los auriculares de Miles.

~Sé que estás con ella y no contestarás, asi que lo diré y ya... No la dejes matar a Kingpin.~

¿qué? ¿por qué?

~Tú no lo sabes, pero las veces que un Spiderman deja de regular sus golpes... No termina bien.~

~No quiero eso para ella... Asi que si de verdad la consideras una amiga... No la dejes ensuciarse las manos de nuevo.~

~Si tú lo haces, es asunto tuyo... Pero ____ no puede seguir sumando amarguras a su vida ¿Estamos de acuerdo con eso?~

—¿Sucede algo? Estás muy callado.—____ llamó la atención de Miles.

—Nada, solo pensaba... Sigamos avanzando.—

~Ya no hay nadie aquí, ___.~Miles1 habló por su auricular~. Los alcanzaremos en un segundo.~

—Entendido, Moralito. Con cuidado ¿Si?—

—¿También lo llamas así?—la chica notó la voz molesta de su compañero.

—En realidad, fue su apodo primero.—

—Ya veo...—____ sonrió bajo su máscara.

—... ¿Sabes algo? No te dije el orden de mi top 3 de Morales.—

—Creí que el de videojuegos era mejor que Miles y yo.—

—Que lo haya presentado primero no lo hace el primero de la lista... Bueno, antes sí lo era.—presionó su antebrazo con cierto cariño—. Tú eres el primero ahora... pero no le digas al otro Miles.—

Le dio unas palmaditas antes de continuar.

Soy su favorito...

Miles se sintió bien con eso.
La pequeña nube en la que estaba flotando se vio difuminada cuando la chica lo detuvo.

—Hay algo ahí adelante... Ten cuidado.—señaló la segunda puerta blanca de la izquierda.

—Voy primero entonces.—

—No.—____ se adelantó—. Tú no tienes un sentido arácnido que te cubra... Iré yo.—

La chica cruzó la puerta apurada, congelándose al ver a Kingpin sentado en un escritorio.
Estaba tan absorta en ello que no vio a los dos guardias junto a la puerta. Miles los redujo, arrojando sus armas lejos.

Toma una...

Ese extraño presentimiento le hizo guardar una pistola en su espalda. Aunque no creía que la usaría, no le gustaban.
Pero ante una emergencia...

—Están armando un buen alboroto ahí fuera, son una molestia.—

—Tú lo eres... Una puta molestia que lo enferma todo...—

Miles notaba que la chica estaba algo tensa. Muy tensa.

No la dejes matar a Kingpin...

—Pero verlos aquí me dice que si sigo esforzándome, podré conseguir lo que quiero.—