El cuartito del fondo

Aquí estamos (Shadows House)

Una cama con forma de ataúd. Un montón de notas mal pegadas sobre un pizarrón, algunas de las cuales ya han caído sobre la caja. Un escritorio. Al menos cinco prendas iguales. Un espejo sucio. Y frente al espejo, una chica peinándose.

Una vez lista, la joven sale de su habitación y se encamina por las escaleras, con el corazón latiéndole cada vez más rápido. Sale a un elegante cuarto, nada que ver con el suyo, dónde está parado el objeto de su emoción.

–¡Sí! – Ella se abalanza sobre una figura que parece haber sido calcada a base suya, con la diferencia de parecer hecha de hollín.

–Te dije que lo íbamos a lograr–. Responde aquella sombra.

–Supongo que tenías razón; no debí preocuparme tanto. Pero, ¿No deberías hablar en tercera persona? Y usando mi nombre.

–Ah, cierto–. La noble se aleja y sigue hablando, divertida–. Entonces, Mirelle deberá buscarte un nombre.

–Es cierto.

–Mirelle necesitará un rato para pensar. ¿Podrías limpiar, mientras tanto?

–Claro, cómo tú quieras.

Ya a la tarde, cuando el cuarto está tan reluciente que no se puede más, ambas se encuentran tomando el té mientras juegan al ajedrez. En un determinado momento, Mirelle se queda como en blanco, sosteniendo su pieza en el aire.

–¡Ya sé! ¡Digo, Mirelle ya sabe! ¡Tu nombre será Elle!

Elle aplaude de forma lenta y responde sarcáticamente que cómo se le había ocurrido tal genialidad. Mirelle, ofendida, trata de defenderse con el argumento de que "sabe menos sobre el mundo humano que ella". Finalmente, ambas se ríen y continúan con sus juegos.

El ajedrez y su nueva aventura se parecían enormemente. Tanto en este con en la mansión Shadows, había que planear bien cada estrategia, pues un error podía ser fatal. Mirelle y Elle no sabían jugar muy bien al ajedrez, pero estaban llenas de energía y tenían tanta experiencia con los peligros, que se creían capaces de lograrlo.